sábado, 6 de octubre de 2012

Las Santas de Somalia…







"Yo trabajaba en una situación muy difícil, muy peligrosa, y cuando vi a la gente que me necesitaba, yo estaba allí para ayudar, porque yo podía hacer algo por ellos..."


Hoy les compartimos la semblanza de una mujer excepcional que en ayudar a los demás ha encontrado su realización personal y el éxito. Es la historia de...

Mama Hawa

Compilado por Graciela Sepúlveda

Hay tantos y tantos héroes y heroínas en nuestro mundo que han alcanzado el éxito ayudando a los demás, que tal vez no tengan riquezas y poder, pero que al irse a dormir lo hacen con un sentimiento de satisfacción y alegría que solo en el servicio se puede experimentar, yo creo que la Dra. Hawa Abdi es una de ellas, y les comparto su historia para que la conozcan…

Hawa Abdi Dhiblawe nació en Mogadiscio en 1947. Cuando su madre murió al dar a luz a uno de sus hermanos, Hawa tenía 12 años, se le quedó grabado en la mente el cuidado y la dedicación de los médicos para con su mamá y nació en ella el deseo de ser también doctora, su padre la apoyó a seguir su sueño y a los 17 años ganó una beca para estudiar medicina ginecológica en Kiev, Ucrania, durante la década de 1960. Después de terminar sus estudios, la doctora Abdi regresó a Somalia en 1971.

Se convirtió en la única mujer médico en su país musulmán donde se espera que las mujeres no sean vistas ni oídas. Cuando estalló la guerra en 1983, la doctora Abdi eligió quedarse. Con todo el dinero de su familia, mamá Hawa (como le llaman) logró construir un hospital con 400 camas. Sus pacientes eran en su mayoría mujeres y niños. "Yo trabajaba en una situación muy difícil, muy peligrosa, y cuando vi a la gente que me necesitaba, yo estaba allí para ayudar, porque yo podía hacer algo por ellos..." comenta Hawa.

Pero curar a sus pacientes no les mantenía a salvo de la guerra. Entonces, a principios de la década de 1990 Mama Hawa abrió la granja de la familia a quienes se veían obligados a huir de los combates en busca de alimento y atención, convirtiéndose en la Fundación Hawa Abdi. Miles de mujeres somalíes construyeron sus chozas en forma de cúpula con palos y láminas de plástico. Con el cambio de siglo, la comunidad de 90,000 refugiados se había expandido para incluir una escuela para 800 niños, y clases para adultos de cocina nutritiva, agricultura, costura y pesca, era un oasis de paz en tiempos de guerra.

Sin embargo, Hawa se enfrentaba a mil y un problemas al vivir en un país en guerra, por ejemplo, una mañana de mayo de 2010, Mama Hawa despertó con la guerra fuera de su ventana, 750 combatientes del Partido del Islam con armas automáticas rodearon su casa y saquearon el hospital, destruyeron muchos de los aparatos que utilizaban para operar y curar, dispararon contra el mobiliario y las paredes, entonces un matón extremista le gritó: “¿Por qué tienes este hospital? ¡Eres vieja y eres mujer!” Y una tenaz mujer de 1.57 m. y 64 años, Mama Hawa, se mantuvo firme y le dio la mejor respuesta del mundo, le dijo: “Sí, eres joven, y eres hombre. Pero, ¿Qué has hecho por tu sociedad?...Yo no me voy de mi hospital. Si muero, muero con mi gente y mi dignidad”.

Mientras los rebeldes fuertemente armados mantenían el recinto a raya, ocurrieron dos cosas que Somalia había visto pocas veces, las mujeres refugiadas musulmanes arriesgaron sus vidas para estar al lado de Mama Hawa, y los líderes de los dos poderosos clanes en guerra durante 25 años, coincidieron en dejar a la Dr. Hawa Abdi a salvo. 

Avergonzados por las mujeres que protestaban, y presionados por los jefes militares, los combatientes se echaron para atrás. La publicidad sobre el incidente llamó la atención internacional para Mama Hawa, para obtener los recursos tan necesarios para su fundación, y para sacar algunas conclusiones sólidas acerca de las mujeres y la guerra
"No somos sólo víctimas indefensas de la guerra civil, Somos las líderes... Hacemos la paz. Nosotras somos la esperanza de las generaciones futuras... Nosotras podemos hacerlo todo" fueron las palabras de Mama Hawa después de este incidente.

La Revista Glamour en ese mismo año, 2010, nombró a la Dra. Abdi y sus dos hijas “Mujeres del Año” dándoles también el nombre de “Las Santas de Somalia” diciendo que eran en partes iguales La Madre Teresa y Rambo.

Hawa tuvo tres hijos con su esposo, dos mujeres y un hombre, su hijo murió muy joven en un accidente y sus dos hijas han sido un apoyo para su causa como no se hubiera imaginado, las dos son doctoras y tienen su misma fortaleza para luchar por el bien de su gente, trabajan muchísimo pues como ella, pasan 12 horas al día, 7 días a la semana, recibiendo recién nacidos, tratando heridas por arma de fuego, apoyando por vías intravenosas a los niños desnutridos, y un sinfín de enfermedades que pudieran aparecer entre todos los refugiados en su fundación, y ella lo ha hecho todo a través de donaciones y de sus fondos personales, vendió todas sus joyas, liquidó sus activos, vendió parte de sus tierras, y pidió la ayuda humanitaria de las ONG, sin apenas financiación internacional o ayuda.

Mama Hawa inspiró a sus dos hijas, hoy también doctoras
Para ver los pantalones de esta mujer les quiero platicar otro incidente que pasó  a principios del 2000, la Cruz Roja Internacional envió un camión de ayuda el cual fue bloqueado por un grupo de la milicia local, la Dra. Hawa enrolló sus mangas, salió sola, se interpuso entre la milicia y los camiones de la Cruz Roja, y dijo a los hombres que ella iba personalmente a llevar la comida a su gente y si querían detenerla, iban a tener que poner una bala en ella. El líder de la milicia protestaba, la Dr. Hawa protestaba también, les tronó los dedos, y les dijo que le bajaran al tono, y cuando el sol se puso esa noche no sólo tenía las tropas milicianas permitiendo el paso de la ayuda, sino que  personalmente escoltaron el convoy de la buena doctora todo el camino hasta el hospital. Wow ¡que pantalones!!!

Todo esto ha cansado mucho a la Dra. Hawa y de repente se le baja la moral, pero este año, en marzo de 2012, fue nominada al Premio Nobel de la Paz, y he aquí su respuesta ante tal honor: “Quiero decirles que en los últimos 27 años  le he dado a mi gente mi alma y mi corazón. Todavía no pierdo la esperanza. Un día las vidas de mis gentes van a mejorar. 

Mama Hawa y sus dos hijas
Espero que mis hijos, y los hijos que crecen en el campamento, y los que nacen en el hospital, cambiaran las vidas de los somalís, porque los he entrenado para ser honestos y trabajadores. La nominación al Premio Nobel de la Paz llega en  el momento justo. Estaba en un nivel de esperanza bajo. Pero la nominación me levantó la moral y mantiene mi esperanza viva. Si gano el Premio Nobel de la Paz, voy a capacitar económicamente a las mujeres somalíes y dar hogar a los que no lo tienen. Gracias”.
 
La doctora Hawa ha logrado ser una persona exitosa utilizando su vocación de servicio, pudo haberse quedado en Ucrania, pero prefirió luchar por su pueblo y enseñar a los que vienen detrás de ella a ser mejores personas para lograr un mejor país, ojalá que pronto pueda ver los frutos de lo que ha sembrado todos estos años y esperemos que gane el premio Nobel, con el que podría lograr mucho bien para Somalia.
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