domingo, 27 de octubre de 2013

Al otro lado

Tenemos una historia que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish version)


Al otro lado

Bob se nos unió justo antes de la Navidad de 2010. Era un gato callejero que vivía fuera de la oficina donde trabajaba Ginny. Ella y sus compañeros de trabajo lo mantenían alimentado al igual que a otros gatos callejeros más. El clima se hizo cada vez más frío. Ginny perdió su trabajo. "No lo voy a dejar!" ella me dijo .

Bob llegó a casa para Navidad.

Cuatro meses más tarde, Bob todavía estaba con nosotros. Lo llevamos al veterinario y le pusieron sus vacunas. Pronto sería castrado. Mientras tanto, ya que Bob no se llevaba bien con nuestro gato, vivía en el garaje por la noche y en el patio durante el día.

Me rompe el corazón, porque es un gran chico amoroso. Necesita un hogar. Esperamos encontrarle uno. Si no, no lo vamos a abandonar a su suerte.

Pocas semanas después de que nuestra casa se convirtió en la suya, Bob desapareció. Nuestro patio, rodeado por una valla de dos metros de altura, estaba vacío. Lo buscamos y lo llamamos, pero no lo encontramos en ninguna parte.

Bob se había ido.

Nos preocupamos. No era nuestro gato, pero éramos su familia adoptiva, hasta que tuviera una casa, nos sentíamos responsables. Me fui a la cama inquieto. ¿A dónde se fue? A la mañana siguiente, me lo encontré acurrucado en una silla, durmiendo. Me saludó. "¡Meow!" y corrió hacia la puerta para entrar en el garaje y  comer.

Ginny y yo revisamos la valla. No había agujeros lo suficientemente grandes para que se deslizara a través de ella. ¿A dónde  fue? ¿Cómo consiguió escapar?

La respuesta llegó dos noches después. Una vez más, el patio estaba vacío. Bob se había ido. Lo llamé, escuché un rasguño, y lo vi pasar por encima de la parte superior de la valla y caer abajo en el patio.

Me quedé sorprendido.

Bob exploró nuestro patio y se encontró una pared doce veces más alta que él. ¿Dejó que esto lo detuviera? ¡No! Bob sabía que había algo más en la vida.

¿Acaso Bob dejó que la pared lo restringiera? ¡No!

¿Acaso Bob miró a su alrededor, vio los muros, se sentó y se puso a llorar?¡No!

Bob miró a la pared y pensó, tiene que haber  algo más y mejor. Tenía fe. Bob dio un salto hacia el futuro.

Perdí mi trabajo. Ginny perdió el suyo. Una cerca de desesperación nos rodeaba. Nos mirábamos y queríamos sentarnos y aceptar nuestro destino, pero sabía que no estaba bien. Tenemos que seguir el ejemplo de Bob. Tenemos que saltar la valla. Bob entendió. Hay más oportunidades en el otro lado.

Michael T. Smith

Michael vive con su encantadora esposa, Ginny, en Caldwell, Idaho. Ha sido publicado recientemente en dos libros de Sopa de Pollo para el Alma: “All in the Family” y “Cosas que aprendí de mi gato”, en "Thin Threads - Life Changing Moments", y en Catholic Digest . Para suscribirse en las historias de Michael de "Click" en este enlace

  
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea

Here the English version…

On The Other Side

Bob joined us just before Christmas of 2010. He was a stray cat living outside the office where Ginny worked. She and her co-workers kept him and the other strays fed. The weather grew cold. Ginny lost her job. "I'm not leaving him!" she said to me.

Bob came home for Christmas.

Four months later, Bob was still with us. We took him to the vet and got him his shots. Soon he will be neutered. In the meantime, because Bob doesn't get along with our cat, he lives in the garage at night and in the yard during the day.

It breaks my heart, because he is a big loving boy. He needs a home. We hope to find him one. If not, he won't be left on his own.

A few weeks after our home became his, Bob disappeared. Our backyard, surrounded by a six foot fence, was empty. We searched and called for him, but he was nowhere to be found.

Bob was gone.

We worried. He wasn't our cat, but we were his foster family, until he had a home, we felt responsible. I went to bed and fretted. Where did he go? The next morning, I found him curled up on a deck chair sleeping. He greeted me. "Meow!" and ran for the door to get into the garage and his food.

Ginny and I checked the fencing. There were no holes big enough for him to slip through. Where did he go? How did he get away?

The answer came two nights later. Once again the yard was empty. Bob was gone. I called, heard a scratch, and watched him climb over the top of the fence and drop down into the yard.

I was amazed.

Bob explored our yard and faced a wall twelve times higher than he. Did he let it stop him? No! Bob knew there was more in life.

Did Bob let the wall restrict him? No!

Did Bob look around him, see the walls of restraint, sit down and cry? No!

Bob looked at that wall and thought, there has to be more and better. He had faith. Bob took a leap into the future.

I lost my job. Ginny lost hers. A fence of despair surrounds us. We stare at it and want to sit and accept our fate, but know that's not right. We need to follow Bob's example. We need to jump the fence. Bob understood. There are more opportunities on the other side.

Michael T. Smith

Michael lives with his lovely wife, Ginny, in Caldwell, Idaho. He has recently been published in two Chicken Soup for the Soul Books (All in the Family and Things I Learned from My Cat), in "Thin Threads - Life Changing Moments" and in Catholic Digest. To sign up for Michael's stories “Click” on this link

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