sábado, 30 de marzo de 2013

El color del éxito...

Hoy como cada sábado queremos presentarles la semblanza de una persona a quien pudiéramos reconocer como exitosa. En esta ocasión descubrimos a un mexicano que decidió seguir su vocación...

Alejandro Rangel Hidalgo, el color del éxito...

Semblanza compliada por Graciela Sepúlveda

En un viaje de trabajo que hicimos mi esposo y yo a la ciudad de Colima, tuvimos la oportunidad de conocer algunos de los maravillosos lugares cercanos, uno de ellos, el Museo Universitario Alejandro Rangel Hidalgo. Nos cautivó, por albergar parte de la obra de este magnífico pintor, escultor, escenógrafo, diseñador de muebles y herrería, conocimos algo de su vida, les platico algo de lo que aprendimos ese día…

Alejandro Rangel Hidalgo nació en 1923 en la Hacienda Nogueras en Comala, Colima, fue en esta hacienda de su familia donde vivió y trabajó la mayor parte de su vida. Rangel era el mayor de tres hermanos, su abuelo adquirió la hacienda convirtiéndola en productora de caña de azúcar y procesadora de azúcar.

Sin embargo, la economía  y los molinos de caña de azúcar colapsaron después de la Revolución Mexicana, y los papás de Alejandro no tenían el dinero para enviarlo a él y a sus hermanos a la escuela, entonces, los niños fueron enseñados en su casa a leer, inscribiéndose a muchas revistas dedicadas a la cultura y mecánica. El señor Rangel y sus hijos aprendieron técnicas metalúrgicas para mantener la hacienda funcionando y trabajaron con los carpinteros haciendo y reparando muebles. La familia también estableció una tienda para vender juguetes y otros objetos creados por ellos mismos y que frecuentemente eran pintados por Alejandro. Con un talento declarado y descubierto a temprana edad, Alejandro gana su primer concurso a la edad de 6 años y anuncia que será pintor.- A pesar de la escasez en que vivieron un tiempo no dejaron que esto los detuviera y se pusieron a aprender, a trabajar y a crear para salir adelante, y  no sabemos si todo esto hizo que el talento de Alejandro aflorara más tempranamente-.

Sus primeros estudios de pintura los hizo con el maestro Rafael Heredia en Colima. Más adelante Alejandro ya pudo asistir a la secundaria y preparatoria en Guadalajara. Después de su graduación, trabajó en los talleres de los arquitectos Ignacio Díaz Morales y de la Peña en Guadalajara y colaboró con Luis Barragán, trabajó también en el taller de José Clemente Orozco. En 1947 Alejandro ganó un premio con una beca la cual le permitió viajar por Europa 2 años donde trabajó como escenógrafo para ballets y operas de las cuales recibió críticas halagadoras, además de que expone 23 obras en el Museo de Arte Moderno de Madrid ese mismo año.

A su regreso a México continuó ilustrando para innumerables revistas, incluidas algunas de gran tiraje como el Catholic Digest (él era un devoto católico). También ilustró los cuentos de sus amigos Juan José Arreola “Zapatero” y para Juan Rulfo “El llano en llamas” y “Lubina”.
Su trabajo más conocido es el diseño de tarjetas de Navidad para la UNICEF (United Nations International Children's Emergency Fund) y la Sociedad Gráfica de Nueva York, las cuales le dieron reconocimiento internacional. Las tarjetas lograron récords de ventas para la UNICEF. Una serie de ellas se llamó “La Navidad a través de los Siglos” con escenas históricas del siglo 15 al 19, tales como  España bajo Felipe II, el Renacimiento, Francia gótica, México colonial, Inglaterra victoriana, etc. Otra serie de tarjetas se tituló “Ángeles de este Mundo” que eran escenas de niños-ángeles donde cada ángel estaba vestido con el traje típico correspondiente a su país, eran de varias partes del mundo y la escena estaba acompañada por objetos y productos típicos de ese mismo país. Una última serie se enfocó en la vestimenta y motivos Mexicanos. Si recuerdan la película de Disney “Los tres caballeros” la escena de las posadas la pintó Alejandro Rangel (la pueden ver dando "Clic" sobre esta liga).

Algunos de los trabajos que se hacían en la Hacienda eran con madera y un día la mamá de Alejandro le pidió que se deshiciera de la madera que quedaba pues ya iban a cerrar la carpintería, Alejandro empezó a diseñar y hacer muebles para que la madera no se desperdiciara y fue tal el éxito, que tuvieron que ampliar la carpintería. Coleccionistas de piezas finas empezaron a llegar; estos muebles también fueron muy populares en embajadas en todo el mundo, decoran “Los Pinos” así como tres hoteles en Colima, todo esto gracias a sus líneas limpias, sus detalles y el uso de madera fina como la caoba y una madera local llamada “parota”, además de que son totalmente ensamblados, no usan ni un clavo ni un tornillo, el diseño de los muebles lleva el nombre de “Rangeliano”. 

Alejandro estuvo siempre muy involucrado en las actividades de la comunidad de Nogueras. Cuando la economía de la caña de azúcar se derrumbó, él trabajó para ayudar a las familias a empezar nuevos negocios como restaurantes y tiendas. Patrocinó una escuela para los niños de la localidad, con educación básica como higiene, además de medicinas y cuidados hospitalarios. También usó sus ganancias para patrocinar festivales y tradiciones católicas locales e invitaba sacerdotes a la hacienda para que oficiaran misa en la Capilla Franciscana del siglo XVI. Él remodeló la capilla y continúa dando servicio hasta estos días, es muy requerida para bodas y bautizos.

En 1975, Alejandro y uno de sus hermanos obtuvieron fondos federales y fundaron la escuela-taller de Artesanías en Comala, donde enseñaron diseño, pintura y construcción de muebles. Por seis años enseñaron a cerca de 300 artesanos locales, agregando clases para trabajar la madera, trabajo con hierro y con piel, aplicación de hoja de oro y acabados de muebles. Con su esposa Margarita Septién dieron soporte financiero al Instituto Vasco de Quiroga, el cual opera hasta estos días con 250 estudiantes.- Si todas las personas regresaran a la sociedad algo de todo lo que han recibido otro mundo sería, es increíble el altruismo de este gran hombre, cuanta gente pudo salir adelante gracias a él, creó un entorno de paz y armonía en Nogueras ayudado también, yo creo, por su vivencia de las tradiciones religiosas-.
Alejandro Rangel fue uno de los principales fundadores de las Escuelas de Arquitectura de las Universidades de Guadalajara y Colima en los 80’s.

Alejandro por 40 años fue un ávido coleccionista de cerámica pre Hispánica y algunas de las piezas se exhiben en el Museo, son de la zona de Comala y en su mayoría fueron sacadas de las tumbas de tiro, donde antiguamente la gente era enterrada con objetos de cerámica que lo acompañaban, entonces las tumbas eran saqueadas para vender los objetos a extranjeros, y con el fin de que se quedaran en México, Alejandro compraba todas las piezas que podía. La mayoría de las piezas son huecas para facilitar su cocción y datan entre los años 500 a.c y 600 d.c.

Alejandro Rangel recibió varios premios y reconocimientos que enorgullecieron a su familia y a México. Su memoria sigue siendo honrada hasta estos días en el estado de Colima. Uno de los festivales anuales más importantes organizados por la Secretaría de Cultura lleva su nombre y presenta talleres en arte y artesanías. 

Al morir en febrero del 2000, Alejandro Rangel deja a los mexicanos un nutrido legado de diseño y color que fortalece nuestras raíces. 

Alejandro Rangel Hidalgo, un hombre que dedicó su vida a plasmar la belleza en diferentes aspectos del arte así como ayudar a todas las personas a su alrededor, un hombre que logró el éxito haciendo lo que más le gustaba: pintar y diseñar.