sábado, 20 de diciembre de 2014

Puedes hacer lo que quieras


Compilado por Graciela Sepúlveda

Stephen Covey es reconocido por la revista Time como uno de los 25 estadounidenses más influyentes, ha compartido con todo el mundo la enseñanza de Vivir Centrado en los Principios, lo que ha llevado a muchas, muchísimas empresas y familias que aplican estas enseñanzas, a lograr más productividad en las empresas y más felicidad en las familias, les compartimos la semblanza de este gran hombre…

Stephen Richards Covey nació el 24 de octubre de 1932, en Salt Lake City, y se crió en una granja dedicada a la venta de huevos que estaba fuera de la ciudad. Stephen era un gran deportista, y tenía una prometedora carrera en ésta área, sin embargo dicha carrera se vio interrumpida por una degeneración en sus piernas, lo que le causó que usara muletas por tres años durante la adolescencia, terminó la preparatoria a muy corta edad.

Stephen siempre reconoció que sus papás lo alentaban constantemente, su madre le decía: “Puedes hacer lo que quieras”.

Ingresó en la Universidad de Utah a los 16 años y obtuvo una licenciatura en Administración de Empresas. Después se fue dos años a Gran Bretaña como un misionero mormón, tras esto regresó  a Estados Unidos para obtener un MBA (Master in Bussiness Administration) de la Escuela de Negocios de Harvard. A veces se ponía a predicar la doctrina mormona en el parque Boston Common, cerca de Harvard.

Después de otra temporada misionera en Irlanda, inició un doctorado en Educación Religiosa en la Universidad Brigham Young en 1969, enfocando su tesis en la literatura estadounidense, relacionada con el éxito personal, desde 1776, hasta la fecha en que la escribió. Esta investigación produjo un documento que fue el «caldo de cultivo» de donde más tarde saldría el libro de los 7 hábitos.

En Brigham Young, Stephen se convirtió en asistente del presidente de la universidad y comenzó a enseñar en el campus las ideas de autoayuda que había ido descubriendo. En 1983 se jugó todo lo que tenía al iniciar el Centro de Liderazgo Covey, un centro de formación y consultoría en Provo, Utah.

Estando de vacaciones en Oahu, Hawaii, Stephen fue inspirado por un párrafo que leyó y que le cambió la vida. La idea que cambió su vida era esta: "hay un espacio entre cualquier estímulo y la respuesta al mismo. La clave de nuestro crecimiento y la felicidad está en cómo usamos ese espacio". Covey fue golpeado por la simplicidad del párrafo y experimentó una "revolución interna".

“Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva: Lecciones de gran alcance en el Cambio Personal” se publicó por primera vez en 1989. Este best-seller cubría tanto cuestiones de negocio como manejo de la vida en general, fomentando mejoras proactivas en ambas, en la vida familiar y en la vida profesional. Ha vendido más de 15 millones de copias en 38 idiomas en todo el mundo, y la versión de audio-libro ha sido la más vendida en lo que a libro de no ficción se refiere. En agosto de 2011 en la revista “Time” apareció como uno de "Los 25 libros más influyentes de gestión empresarial". El presidente de Estados Unidos Bill Clinton invitó a Stephen a Camp David (que es la casa de descanso del presidente) para que lo aconsejara sobre cómo integrar el libro en su presidencia.

"En realidad, yo no inventé los siete hábitos, son principios universales y la mayor parte de lo que escribí es sólo sentido común. Me da vergüenza cuando la gente habla de los hábitos de Covey, y no me gusta la idea de ser una especie de gurú," decía Stephen.

Stephen dice que un hábito es la intersección de tres componentes que se sobreponen: el Conocimiento, las Habilidades y el Deseo (o actitud). El Conocimiento te indica qué hacer y por qué. Las Habilidades te enseñan cómo hacer las cosas. El Deseo es la motivación, tus ganas de hacerlas. Si una persona es capaz de llevar estos hábitos en su vida cotidiana puede lograr importantes logros, tanto en su vida personal, como en cualquier organización. Sin embargo él siempre recordaba que aprender y no hacer, es realmente no aprender, y saber y no hacer, es realmente no saber.

Otros libros publicados por Stephen Covey incluyen "Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas", "La naturaleza del liderazgo", "Viviendo los 7 hábitos: Historias de valor e inspiración" y "El octavo hábito: De Efectividad a la Grandeza".

En 1997 Stephen Covey se fusionó con Franklin Quest, fundada por Hyrum Smith, un experto en el manejo del tiempo, para convertirse en el Franklin Covey Company. Ahora opera en más de 50 países y tenía $160,8 millones dólares en ventas en el 2011.

Dentro de los hábitos que Stephen Covey compartía era el buen uso del tiempo, él odiaba perderlo, y entonces, por ejemplo, hacía copias de documentos y los guardaba en un maletín debajo de su escritorio en caso de que se perdiera algún original. Y le gustaba hacer más de una cosa a la vez. La revista Fortune reportó que una vez fue visto en un gimnasio sentado en el piso, con tres cabezas de regadera mojándolo mientras se lavaba los dientes y se rasuraba.

Me gustó mucho la definición de éxito de Stephen Covey, nunca la había escuchado, al explicar su segundo hábito altamente efectivo – Comienza con el final (lo que quieres lograr) en mente – le decía a la gente que pensaran cómo les gustaría ser recordados. "Si consideras cuidadosamente lo que quieres que se diga de ti en tu funeral ", decía, "entonces habrás encontrado tu definición de éxito."

Una de sus más insistentes enseñanzas (que no sólo escribió, sino que vivió) era que las personas deben equilibrar su vida (incluyendo todos los ámbitos: Dios, familia, amigos y sociedad) con su trabajo, Covey siempre se dio tiempo de convivir con su extensa familia.

Durante su vida Stephen Covey recibió muchos reconocimientos entre ellos: 12 doctorados honorarios, varios premios internacionales que lo nombraban Hombre de Paz, también como Emprendedor del Año, pero del que estuvo más orgulloso siempre fue del que recibió en el 2003, el Premio Nacional de Paternidad, que Covey dijo que era el premio "más significativo" que había recibido.

El 16 de julio del 2012 Stephen Covey falleció debido a complicaciones tras haber sufrido un accidente en bicicleta en abril de ese año; se lastimó la cabeza, se rompió varias costillas y un pulmón colapsó parcialmente, nunca se recuperó del todo, le sobreviven su esposa Sandra, con quien estuvo casado 55 años y con quien procreó una familia numerosa: 9 hijos, 52 nietos y 6 bisnietos. Su familia comenta que una de las expresiones que más usaba era “quiero resultados, no excusas”.


Hay tanto que decir de este extraordinario hombre, sin embargo ya tengo que terminar, así que termino con otra de sus ideas que me deja reflexionando: Es bueno equilibrar y renovar tus recursos, energía y salud para crear un estilo de vida efectivo y sostenible a largo plazo. Destaca principalmente el ejercicio para la renovación física, la oración, meditación y una buena lectura para la renovación mental, y el servicio a la sociedad para la renovación espiritual. Stephen Covey, un hombre exitoso que hizo la diferencia, con palabras sencillas basadas en principios universales, fue capaz de mostrar cómo sí es posible para las personas aplicar la calidad a ellas mismas, a su carácter, y hacerse reingeniería a sí mismas, buscando una vida equilibrada, más plena, más eficaz, más lograda.

Los 7 hábitos:


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