sábado, 21 de febrero de 2015

El Negro


Compilado por Graciela Sepúlveda

Mañana domingo 22 se celebrará la 87ª entrega de los premios Oscar a lo mejor de la cinematografía, y el mexicano, Alejandro González Iñárritu, tiene 9 nominaciones con su película BIRDMAN, hoy le dedicamos este espacio a este gran director quien ha obtenido el éxito haciendo lo que más le gusta hacer, y haciéndolo muy bien, pero no siempre estuvo atraído por el cine, veamos como inició todo

Alejandro González Iñárritu o “el Negro” nació el 15 de agosto de 1963 en la ciudad de México, D.F., creció en la Narvarte, un barrio de clase media cerca del centro de la capital. Su papá era banquero, y siendo Alejandro todavía un niño su padre se declaró en quiebra, perdiendo todo lo que tenían. Su papá, siempre trató de hacer todo lo posible para que a pesar de las dificultades económicas vivieran felices, convirtiéndose en un distribuidor de frutas y verduras en la Central de Abastos, todo esto sería una fuente de enorme inspiración para Alejandro al ver en su padre las cualidades de un guerrero. Los primeros años de Alejandro en el mundo de las comunicaciones no son lo que varios se imaginan; no se pasó cientos de horas frente a películas de Federico Fellini o Alfred Hitchcock, ni tuvo su primera cámara a los ocho años con la cual realizó cortometrajes de cada familiar u objeto que se le presentaba. De hecho, él siempre creyó que lo suyo era la música, y que su sentido auditivo era mejor que el visual.

Cuando era adolescente, a los 17 años, se escapó de su casa con una mujer mayor que él. La fuga terminó en desastre: el padre de la joven amenazó al padre de Alejandro; ella se sumió en una crisis profunda, y él perdió el hilo, fue expulsado del colegio y se fue a Veracruz para embarcarse en un buque que lo llevaría a Europa y África, brindándole, además del transporte, comida, a cambio de  fregar el suelo y engrasar las máquinas. Alejandro hace de estos viajes su mayor experiencia intelectual y cultural, y sin saberlo, todos estos lugares serían más adelante escenarios de sus películas. A su regreso a casa decide matricularse en la Universidad Iberoamericana para estudiar Comunicación, y al mismo tiempo, comenzó a trabajar como DJ de radio en una estación, la WFM en México, una estación de música rock y ecléctica. En 1988, se convirtió en el director de la estación, ya desde estos momentos empezaba a dirigir. Durante los siguientes 5 años Alejandro pasó su tiempo entrevistando estrellas de rock, trasmitiendo conciertos en vivo y haciendo de la WFM la estación número uno en México. De 1987 a 1989, compuso música para seis películas mexicanas. Alejandro ha comentado que él cree que la música ha tenido una mayor influencia en él como artista que las mismas películas, él mismo se describe como un músico frustrado. Más adelante estudió dirección teatral con el legendario Ludwik Margules, un tiránico maestro que le inculcó la necesidad de tener bajo su bota cada milímetro de la escena y de hacerlo con un espíritu renacentista. “Nada puede escapar, todo es responsabilidad mía, de todo he de saber”, aquí debe haber iniciado su característica de perfeccionista en cada una de sus películas.

A los 27 años ya se había convertido en el productor y director más joven de Televisa, sin embargo abandonó la cadena televisora para abrir su propia compañía, Zeta Films, donde se dedicaba a la grabación de anuncios, cortometrajes y programas de televisión. Alejandro atribuye su capacidad de narrar historias a todo lo que pudo aprender mientras trabajaba en radio y publicidad. Su primera incursión en el cine como director fue en 1996 con “El timbre”, un corto estelarizado por Damián Alcázar.

Pero no se sentía satisfecho, así que se asoció con el novelista Guillermo Arriaga para crear once cortometrajes sobre las contradicciones de la Ciudad de México. Al final, la pareja creativa decidió centrarse en tres historias interconectadas y ampliarlas hasta convertirlas en una película que acabó llamándose “Amores perros”. La película ganó una serie de premios, incluido el BAFTA (Premio de la Academia Británica) a la Mejor Película en Lengua no inglesa, trece premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencia Cinematográficas y una nominación a los Oscar en el año 2000 en la categoría de Mejor Pelícyla en Lengua No Inglesa, gracias a estos reconocimientos pudo asegurar la financiación de sus proyectos posteriores.

Al llegar el 2001, ya se había convertido en un director famoso. Firmó un contrato para rodar anuncios para la BMW y para dirigir al actor Clive Owen en el corto de 2001 “Powder Keg”. También en el 2002 dirigió un episodio del filme colectivo “11'09'01” en honor de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre.

En el 2003 Alejandro realizó “21 gramos”, este marcó su debut en el cine norteamericano y metió a dos de sus protagonistas, Benicio del Toro y Naomi Watts, como nominados en las principales categorías de actuación en los Oscar de 2004. Su siguiente película, Babel (2006), fue un éxito de taquilla y estuvo nominada a varios premios, incluyendo siete nominaciones al Oscar entre ellas a Mejor Película y Mejor Director, ganando un Globo de Oro a la Mejor Película Dramática y Alejandro González Iñárritu, por su parte, ganó el Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Cannes.

Tristemente ese mismo año rompió toda relación con el guionista Guillermo Arriaga, quien hizo los guiones para Amores Perros, 21 gramos y Babel. Ahora cada quien trabaja por su lado.

Junto con Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, es propietario de la productora “Cha cha cha”, con la cual firmaron un contrato por 100 millones de dólares con Universal Pictures, por cinco películas, la primera de estas es “Rudo y Cursi”, la cual cuenta con las actuaciones de Gael García y Diego Luna.

Y seguían los reconocimientos como un gran director, pues lo invitaron a dirigir un cortometraje conmemorativo por los 70 años del Festival de Cine de Cannes en el 2009, año en que también escribió, dirigió y produjo “Biutiful”, misma que cuenta con la participación del español Javier Bardem, cuya actuación fue elogiada por los miembros de festivales de cine y obtuvo nominación en los premios Oscar como Mejor Película Extranjera.

Alejandro está casado con María Eladia Hagerman y tiene dos hijos María Eladia y Eliseo, un día de 2010 alquiló un cine en Los Ángeles y preparó tres días de sesión para sus hijos, que acababan de cumplir 15 y 17 años y que nunca antes habían visto sus películas. Proyector, sala oscura, palomitas. “Mis hijos han sufrido mis ausencias y me dije, ‘por lo menos que vean que lo que hice merecía la pena” comenta.

Unos días antes de las Olimpiadas en Londres 2012, Alejandro dirigió un comercial para P&G muy emotivo, “El mejor trabajo”, donde se puede ver papel de las mamás en el mundo del deporte, y también dirigió otro comercial de la marca Nike con el que ganó la Palma de Oro en Cannes.

En la primavera de 2013, Alejandro González Iñárritu trabajó en Birdman, su quinta película. La cinta se estrenó en 2014 y ha sido reconocida con nominaciones a muchos premios que destacan lo mejor del cine, entre ellos los Globos de Oro, los SAG, Critics Choice Awards y 9 nominaciones al Oscar, ha ganado 140 premios de 180 nominaciones, entre ellos a Mejor Director otorgado por sus colegas del Sindicato de Directores (DGA).

Actualmente está produciendo THE REVENANT, una cinta escrita por él y Mark L. Smith, la están filmando en Calgary, Canadá donde se encuentran a temperaturas de 30 grados centígrados bajo 0, ya lleva 6 meses de filmación y le faltan otros 3, eso es vocación, amor al trabajo y buscar la perfección.

Premio 2015 Como Mejor Director del Sindicato de Directores (DGA)
Alejandro González Iñárritu, un hombre exitoso quien define el éxito como “hacer lo que uno quiere” y dice que hay que aprovechar los fracasos, pues son los ladrillos que finalmente nos llevarán al éxito, que, sin embargo, es muy subjetivo, pues si haces lo que quieres y eres feliz, eres exitoso, si ganas un premio o no eso no hace mejor tu película, tu trabajo o a lo que te dediques, claro que es muy satisfactorio, pero no indispensable ni necesario. Les dejo esta frase del Negro que a mi parecer se aplica a todos en todo: “Creo que para ser un director de cine, uno tiene que ser un guerrero que no debe ser derrotado por el ataque diario de problemas. Todos estamos colgando de hilos y estamos a merced de diversos elementos, si uno falla todo el vuelo podría venirse abajo, y como un buen guerrero no me voy a quebrar”.

 Alfonso Cuarón, Andrés Bermea, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu

Mira el comercial: