domingo, 27 de diciembre de 2015

Tenemos una historia que queremos contarte
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish story)

"Cinco minutos más", le grité a mi mamá que siempre trataba de despertarme para ir a la escuela todas las mañanas. Era un ritual matutino. Esos "5 minutos" inevitablemente se convertirían en 10 minutos, que luego se convertirían en 15, y entonces…, o, si uno no tiene una "madre dispuesta e ingenua", siempre está el radio reloj con el botón de repetición de alarma cada vez más ruidoso. (¿Para qué lo tienen  de todos modos?)

Es un hábito común para muchas,  muchas personas, "apretar el botón de repetición", o más simplemente, "posponer". Creo que he aprendido por las malas que "el posponer  no es la mejor manera de hacer las cosas y lograr cumplirlas".

En la prepa fue siempre "dejar para después" o posponer. No parecía importar, ya que siempre lograba buenas calificaciones, pero siempre lo llevaba al  límite. Si tenía un examen importante, no importaba pues, al parecer, "Dios siempre estuvo al pendiente de mí en la prepa", porque yo siempre (muy apenas, pero siempre) terminaba el trabajo. Así es como yo lo "prefería" (pensé), yo creía que era invencible, al menos en lo que respecta a mi manera de posponer.

Ese método de estudio parecía funcionar bien en mi primer año en la universidad,  igual que en el primer semestre de mi segundo año. Incluso pospuse mis exámenes finales del primer semestre de segundo año, presentándolos hasta después de las vacaciones de Navidad. Me fue bien y volví a pensar: "El posponer no me hace nada de daño”. Sin embargo, muy pronto me enteré que la vida no era tan fácil, dos semanas después de presentar esos "finales" toda mi vida cambió para siempre, así como también mi deseo de posponer las cosas.

Fui gravemente herido, sufriendo una lesión cerebral traumática. La mayoría de los médicos y la gente no creía que iba a sobrevivir, mucho menos regresar a la universidad, y mucho menos ser un miembro activo de la sociedad nunca más. No fue fácil. Sin embargo he aprendido que no se supone que la vida sea fácil.

Dieciocho meses después de casi perder mi vida y pasar esos meses en terapias muy dolorosas, volví a la universidad. De vuelta en la universidad no podía ahora "saltarme" mis clases como previamente lo había hecho. Mi lesión cerebral me obligó a trabajar duro para entender el material, y eso significaba asistir a todas las clases y conferencias.

Sin embargo, después de cuatro años de haber regresado a la universidad me gradué como el mejor de mi clase y con muchos honores. Sonriente y cojeando mientras cruzaba el escenario para recibir el diploma del decano, me di cuenta de que todo mi trabajo penoso y difícil valió la pena, y de que "cualquier cosa que vale la pena hacer en la vida, rara vez se logra fácilmente". Cuando ya había aceptado el diploma del decano, me reí interiormente, mientras me preguntaba: "¿Qué es postergar?"

Sin embargo, años más tarde, aprendí otra lección en relación a posponer.
Mi familia y yo fuímos a la boda de mi primo en Nueva York a finales de 1990. Nuestro hotel estaba justo frente a las Torres Gemelas. Pensé en subir todas las escaleras hasta la parte superior (para hacer ejercicio, para establecer una "meta", y simplemente porque quería probar que podía hacerlo). Mirando desde mi habitación del hotel a una de las "Torres" pensé: "Ya se está acercando el momento en que tenemos que estar listos para la boda, además, las "Torres” estarán allí cuando regrese en otro viaje."

Como podía imaginar lo que ocurriría el 11 de septiembre de 2001, y que las Torres no estarían allí para un viaje de regreso.

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de lo que puede ocurrir cuando se "pospone para otro día" lo que puedes hacer hoy. A veces los mañanas nunca llegan. Nunca se debe dejar para mañana lo que puedas hacer hoy: escalar un rascacielos, decir que amas a alguien, visitar amigos en un hospital. Todo es importante. Uno nunca sabe lo que el futuro tiene reservado para ti. Por eso, si buscas en el diccionario encuentras la definición de "ahora mismo" como "presente". Nadie sabe lo que el futuro nos depara.

El presente es un regalo - es por eso que se llama "presente" - es un regalo para ti – recuérdalo y vive de acuerdo a eso.

© 2009 por Michael Jordan Segal, todos los derechos reservados

Michael Jordan Segal, quien desafió todos los pronósticos tras recibir un disparo en la cabeza, es esposo, padre, trabajador social, un autor independiente (que incluye un CD para descargar con 12 historias para leerlas con música de fondo, titulado POSIBLE), orador y motivador, comparte su receta para la felicidad, la recuperación y el éxito.

Para comunicarte con Mike o para ordenar su CD, por favor visita: www.InspirationByMike.com y por favor toma un momento para ver su video de youtube en: Michael Segal - A story of hope andinspiration te gustará haberlo hecho .

Publicada originalmente en Internet en Insight Of The Day de Bob Proctor

Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
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Here the English version... 

"Five more minutes," I screamed at my mother as she always tried to awaken me from bed to go to school every morning.
It was a morning ritual. That "5 minutes" would inevitably turn into 10 minutes, which would then turn into 15, then. or, if one does not have a "willing, gullible mother" there's always the clock radio with the ever powerful snooze button. (Why do they have them anyway?)

It's a common habit for many, many people to always "push the snooze button," or more simply put, "procrastinate." I guess I learned the hard way that "procrastination is not the best way to do things and get them accomplished."

In high school I was always "putting things off" or procrastinating. It did not seem to matter, as I was always making great grades, but always pushing it to the limits. If I had a huge final, it did not matter as, apparently, "God would always watch out for me in high school" because I would always (barely, but always) get the work done. That's how I "preferred" it (I thought); I thought I was invincible; at least in regard to my procrastinating ways.

That method of studying seemed to work well as a freshman in college also, as well as the first semester of my sophomore year. I even procrastinated on one of my first semester sophomore finals, not taking exams until after the Christmas break. I did well and thought again: "Procrastination did not hurt me at all." However, very soon I learned life was not so easy, as two weeks after I took that "make up final" my entire life changed forever, as well as my desire to procrastinate.

I was seriously injured, suffering a traumatic brain injury. Most physicians and lay people did not believe I would survive, much less return to college, much less be a functioning member of society ever again. It was not easy. However, I have learned life is not supposed to be easy.

Eighteen months after almost losing my life and spending those months in painful therapy I returned to college. Back at college I could now not "skip" my classes as I previously had. My traumatic brain injury obligated me to work hard in order to comprehend the material, and that meant attending all classes and lectures.

However, after four years back at college I graduated at the top of my class with many honors. Smiling and limping as I crossed the stage to accept my diploma from the dean, I realized that all my painful and difficult work was worth everything, as, again, I realized that "anything in life that's worth doing, rarely comes easily." As I accepted the diploma from the dean I chuckled inwardly as I asked myself, "What's procrastination?"

However, years later, I learned another lesson in regard to procrastination.
My family was going to my cousin's wedding in New York City in the late 1990s. Our hotel was directly across the street from the World Trade Towers. I thought about climbing all the stairs to the top (for exercise; to set a "goal"; and simply because I wanted to prove that I could do it). Looking from my hotel room at one of the "Towers" I thought, "It's already getting close to the time when we have to get ready for the wedding, plus, the "Towers" will be there when I return on another trip."

Little could I ever imagine what would happen on September 11, 2001, and that the Towers would NOT be there for a return trip.

Looking back, I realize what might happen when one "puts off for another day" what he can do today. Sometimes the tomorrows never come about. One should never put off until tomorrow what one can do today: climbing a skyscraper, saying you love someone, visiting friends in a hospital. They are all important. One never knows what the future holds in store for you. That is why if you look in the dictionary you will find a definition as "right now" for "present." No one knows what the future will be.

The present is a gift -- that is why it is called "present" -- it's a gift to you -- remember that and live life accordingly.

©2009 by Michael Jordan Segal; all rights reserved

Michael Jordan Segal, who defied all odds after being shot in the head, is a husband, father, social worker, freelance author (including a CD/Download of 12 stories, read with light backgroud music, entitled POSSIBLE), and inspirational speaker, sharing his recipe for happiness, recovery and success before conferences and businesses.

To contact Mike or to order his CD, please visit: www.InspirationByMike.com and please take a moment to check his video Michael Segal - A story of hope and inspiration you will be glad you did.

Originally published on Insight Of The Day  from Bob Proctor