sábado, 4 de marzo de 2017

En busca de la felicidad… / The Pursuit of Happyness…

“Encuentra algo que te enamore. Algo que te emocione tanto que no puedas esperar para saltar de la cama en la mañana. Olvida el dinero. Sé feliz.”

Christopher Paul Gardner

Hoy les presentamos...




Compilado por Graciela Sepúlveda

Recordando la película “En busca de la felicidad” me dí a la tarea de investigar sobre el personaje en que está basada, siempre que veo una película basada en hechos reales me gusta saber más de esa persona, y aquí  les comparto lo que encontré de este gran hombre…

Christopher Paul Gardner nació el 9 de febrero, 1954 en Milwaukee, Wisconsin, en los Estados Unidos de Norteamérica; la figura paterna estuvo ausente y su madre se volvió a casar con un hombre muy violento que la golpeaba, a pesar de ser un matrimonio infeliz  la madre de Gardner, Betty Jean, fue fuente de inspiración y fortaleza para él. Ella animó a Gardner a creer  y tener confianza en sí mismo, le enseñó que a pesar de su procedencia se podía trazar otro camino y alcanzar cualquier meta que se propusiera. El propio Christopher la cita: “Sólo puedes depender de ti mismo, la caballería no va a venir a rescatarte". Todo esto que vivió en su infancia lo motivó a decidir que el alcoholismo, la violencia doméstica, el abuso a menores y el analfabetismo eran contra lo que lucharía el resto de su vida. A pesar de haber vivido su infancia rodeado de situaciones adversas, decide que su vida iba a estar dirigida hacia el bien, no dejándose influir por el mal.

Cuando terminó la secundaria, Gardner se enlistó como miembro del cuerpo médico en la Marina Estadounidense. Ahí conoció al Dr. Robert Ellis, quién le ofreció trabajo como asistente en la clínica de investigación en el Centro Médico de la Universidad de California y el Hospital de veteranos en San Francisco. Gardner aceptó el trabajo y se mudó a San Francisco en 1974. Durante dos años, aprendió como manejar el laboratorio e incluso colaboró en artículos de investigación con el Dr. Ellis. El 18 de junio de 1977, Chris Gardner se casó con Sherry Dyson, experta educativa en matemáticas. Con 10 años de entrenamiento médico, lo más seguro era que Chris eligiera en el futuro una carrera médica. Sin embargo, debido a la larga duración de los estudios y los notables cambios tecnológicos que se producirían para cuando acabara, ya no podría servirle todo lo aprendido por lo que al cumplir 26 años anunció a su esposa que ya no quería ser doctor. Esto provoco un enfriamiento en la relación con Sherry, agravado por otras diferencias ideológicas. Tres años después Jackie Medina, una estudiante de odontología, quedaría embarazada por él. Gardner dejó a su esposa para cuidar de Jackie y su hijo. No sería hasta 9 años después que se consumaría el divorcio con Sherry.

Christopher Jarrett Medina Gardner, hijo de Chris, nació el 28 de enero de 1981. Cuando apenas cumplió un año, Gardner para poder mantenerse económicamente tuvo que tomar otros trabajos, entre ellos como representante de ventas. Después de ir a una de sus ventas, la vida de Gardner cambió. Conoció a un hombre impecablemente vestido con un Ferrari rojo. Curioso, Gardner le preguntó que hacía para vivir, a lo que respondió que era corredor de bolsa. A partir de ahí Gardner decidió a lo que quería dedicarse en el futuro. Este hombre de traje era Bob Bridges, quién lo introdujo en el mundo de las finanzas. Inmediatamente le presentó al director de la firma para hablarle de programas de capacitación. Uno nunca sabe cómo y cuando se le van a presentar las oportunidades en la vida, por eso hay que estar atentos, aunque muchas veces vienen con obstáculos que hay que sortear vale la pena buscar lo que te hará feliz.

Gardner dejó su trabajo al ser aceptado en un programa de capacitación en E. F. Hutton, pero al presentarse el primer día a trabajar habían despedido al director que lo contrató. Sin experiencia ni licenciatura consiguió que le hicieran una entrevista en la bolsa de valores Dean WitterReynolds pero una semana antes fue detenido por no pagar $1,220 dólares en multas de coche y pasó 10 días en la cárcel.  Cuando salió, descubrió que su novia se había ido con su hijo y todas sus pertenencias, incluida su ropa. Al día siguiente, con la misma ropa con que entró a la cárcel  decidió  presentarse en la entrevista. Consiguió un empleo como aprendiz por 1,000 dólares al mes, que apenas le alcanzarían para vivir. Cuatro meses después de que Jackie desapareciera, regresó para dejarle de nuevo a su hijo para que él se hiciera cargo del niño. En las pensiones no se aceptaban niños, pero aun así aceptó su custodia. A pesar de tener trabajo, su hijo y él vivían desamparados sin hogar mientras ahorraban para alquilar una casa en Berkeley, California. Ninguno de sus compañeros de trabajo sabía que él y su hijo estuvieron un año viviendo sin casa. Todo su sueldo se iba en los pañales, el jardín infantil y la comida. Chris nunca se desalentó a pesar de todas las dificultades que se le presentaron, siguió y siguió.

Usaba dos trajes, uno gris y uno azul, que cargaba en su bolsa. Al principio dormían en moteles baratos, pero no se podían dar ese lujo durante todo el mes. Más adelante dormían en donde pudieran, como en su oficina, albergues, parques y hasta baños públicos. Chris recibió ayuda de las personas que menos esperaba, las prostitutas al verlo empujando la destartalada carreola de su hijo, le regalaban al pequeño billetes de cinco dólares. Pero fue el reverendo Cecil Williams quien al ver la dedicación de Gardner a su hijo, les permitió quedarse por unos cuantos meses en el refugio de madres indigentes.

Gardner siempre fue el primero en llegar a la oficina y el último en irse, haciendo 200 llamadas al día a los clientes prospecto. En 1982, por fin pasó su examen para obtener la licencia y obtuvo empleo en Dean Witter Reynolds, durante ese año llegaba un hombre todos los días a ver a la corredora que estaba a su lado y después de un año de verlo trabajar arduamente le ofreció una mejor posición en su compañía, Bear Stearns & Co donde trabajó de 1983-1987 donde llegó a ser el de más altos ingresos. En 1987 Chris Gardner estableció su propia firma de bolsa de valores Gardner Rich & Co, en Chicago, Illinois desde su casa con una inversión de $10,000 dólares. A la larga o a veces a la corta se tiene la recompensa del trabajo arduo y bien hecho.

En el 2006 vendió Gardner Rich & Co. en un trato multimillonario, y se convirtió en fundador de Christopher Gardner International Holdings, con oficinas en Nueva York, Chicago, y San Francisco. Ahora está haciendo inversiones en Sudáfrica que crearán cientos de trabajos e introducirán millones en inversiones extranjeras para la nación. En la actualidad también coopera en varias organizaciones filantrópicas como Cara Program y la Iglesia Metodista de San Francisco quiénes más le ayudaron cuando lo necesitaron él y su hijo.

También fundó un proyecto millonario en San Francisco que crea casas de renta baja y oportunidades de empleo. En Chicago da asistencias para vacantes de empleo, orientación laboral y capacitación a gente sin hogar ni recursos. También coopera con el National Fatherhood Initiative para enseñanza de los niños. Ha recibido el premio al Padre del Año en 2002, el 25 Premio Anual Humanitario y en 2006 el Premio a Amigos de África, así como muchos otros reconocimientos. Al ser agradecido con la vida comparte con los demás, y recibe más.

Cuando se le pregunta qué es lo que lo hace feliz, él contesta que el tener buena salud, el tener dos hijos excepcionales a pesar de haber sido padre soltero y el haberle dado al mundo una posición sobre la reflexión de los valores, eso lo hace feliz. La mejor inversión que ha hecho en su vida ha sido en la gente, ayudar a la gente a conseguir oportunidades, que crezcan con ellas y ver como ellos a su vez ayudan a otros a crecer.

Los tres consejos que da Gardner para lograr el éxito son:

  • Haz algo que realmente te apasiona.
  • No lo hagas solo por el dinero, sé y piensa en algo más grande que el dinero.
  • Siempre busca la felicidad.

Algo de lo que se siente muy orgulloso y con lo que siente que cortó la historia que arrastraba de su familia es el de haberle dado a sus hijos algo que él nunca tuvo: un padre.
Escribió dos libros: “En busca de la Felicidad” que también se llevó a la pantalla grande, y “Comienza donde estás” ambos han servido mucho de inspiración a miles de personas y escribió el segundo para contestar todas las preguntas que la gente le hacía después de leer su primer libro.

Christopher Gardner, un ejemplo para millones de personas de que sí se puede lograr el éxito con trabajo, dedicación y pasión.