sábado, 2 de febrero de 2013

Michael Oher de ser un niño sin hogar, mañana juega el Super Bowl


"A la gente le gusta hablar de "Historias estilo Cenicienta", pero Cenicienta no consiguió llegar a su final feliz sin mover un dedo. Tuvo que asistir al baile, ser encantadora y educada y conquistar al príncipe. Por supuesto que tuvo ayuda a lo largo del camino, pero a fin de cuentas, dependió de ella hacer que el cuento de hadas tuviera su final feliz.”

Michael Oher


De ser un niño sin hogar,
mañana juega el Super Bowl


Compilado por Graciela Sepúlveda

Una de mis películas favoritas es “Un sueño posible / The Blind Side” la cual está basada sobre una historia verdadera, y Big Mike, el personaje de la película, hoy juega realmente como profesional del futbol americano en el equipo de los Ravens de Baltimore que este domingo jugarán el Superbowl, así que este es el momento ideal para compartirles algo de la vida de Mike Oher…
Michael Jerome Williams Jr. nació el 28 de mayo de 1986 en Memphis, Tennessee. Fue uno de los doce hijos de Denise Oher, mujer adicta al alcohol y la cocaína, su padre, Michael Jerome Williams, se la pasaba frecuentemente en la cárcel. Por todo esto Michael recibió poca atención y disciplina en su infancia. Repitió primero y segundo de primaria, y asistió a once diferentes escuelas durante sus primeros nueve años como estudiante. Fue puesto en un hogar temporal junto con su hermano a los siete años porque su mamá los dejaba durante varios días (incluyendo un bebé de 14 meses) para ir a buscar drogas, y Michael alternaba entre vivir en varios hogares temporales y dormir en la calle. Su padre fue asesinado en la cárcel cuando él estaba en preparatoria.

Y aunque todos estos hechos eran para que se convirtiera en un delincuente o estuviera mendigando por las calles, a los once años, viviendo entre pandillas y drogas miró a su alrededor y pensó: “Debe de haber algo mejor en algún lugar”, y se retiró de ahí.
A los  trece años se levantaba a las 6 de la mañana los domingos para vender periódicos y poder ganar dinero para comida y ropa.

En el año 2002 el padre de un amigo, con quien vivía temporalmente, inscribió a Michael en la Briarcrest High School, una escuela privada cristiana ubicada en Memphis. Tenía 16 años, su expediente académico arrojaba una nota media de 0.6 y su coeficiente de inteligencia era de 80, muy por debajo de lo normal. Además, ya medía casi 1.90 m y pesaba 156 kg, así que era imposible que pasara desapercibido. En una semana ya era famoso en la escuela, tanto por su colosal aspecto como por su comportamiento dócil y su constante silencio. Ante sus obvios problemas de aprendizaje entró en el programa de educación especial de la institución, pero sin resultados. Ni siquiera el hecho de prohibirle practicar deporte para que se concentrara en los estudios ayudó a que aquel gigante subiera sus calificaciones.

Sean Tuohy, padre de dos alumnos de la escuela y propietario de una cadena de restaurantes, había visto a Michael deambulando por la institución, era imposible no fijarse en él. Siempre llevaba la misma ropa: una camiseta descomunal y unos vaqueros cortos que le dejaban las pantorrillas al descubierto. Un día le preguntó si había comido y, tras recibir una respuesta titubeante, decidió abrirle una cuenta en la cafetería del colegio para que comiera gratis todos los días. Su ayuda se quedó ahí… hasta que entró en escena su esposa, Leigh Anne Tuohy. Lo vio por primera vez bajando de un autobús el Día de Acción de Gracias. Estaba nevando, pero Big Mike llevaba la misma ropa de siempre. Le preguntó a dónde iba y dijo que a ver el entrenamiento de basketball porque había calefacción. Al día siguiente, Leigh Anne se presentó en el colegio, recogió a Michael y lo llevó a comprar ropa de invierno. Cuando lo acompañó a lo que él denominaba casa y vio que era un remolque abandonado, lo instaló con ella y su familia en su hogar, adoptándolo más adelante.

La señora Tuohy lo ayudó para que progresara en los estudios e incluso contrató a una pedagoga especializada en jóvenes con problemas de aprendizaje que le dedicaba cuatro horas al día. El primer año su nota final fue de 0.9, pero el segundo, gracias a la ayuda de los Tuohy, subió hasta 1.56. Paralelamente, se le levantó el veto para practicar deporte y Mike probó el basketball primero y más tarde el lanzamiento de disco y de bala, aunque el entrenador del equipo de fútbol americano le había echado el ojo e insistió para tenerlo en su equipo. Era pasivo y no tenía demasiada idea de las nociones básicas de ese deporte, pero poseía una fuerza asombrosa y era rapidísimo para su corpulencia (corría las 40 yardas: unos 36 m, en 5″32), así que fue puliéndolo poco a poco. Al final de su segundo año ya se le auguraba un enorme futuro y habían ido a verle en acción técnicos de las principales universidades del país.

Sin embargo, había un problema: la NCAA (National Collegiate Athletic Association) prohíbe por reglamento entrar en la universidad a aquellos deportistas que no tengan una nota mínima de 2.65. Pese a seguir mejorando cada día y terminar su trayecto escolar como el 154 de 157 alumnos, dejando de ser el último por primera vez en su vida, su media de 2.05 era insuficiente. Su padrastro, Sean Tuohy, averiguó que había una última oportunidad: un curso de diez días impartido por la Brigham Young University para mejorar la nota escolar, con un examen final a través de internet. Toda la familia se aplicó con Mike, que finalmente logró las calificaciones apropiadas y entró en la universidad.

Aunque recibió ofertas de becas de Tennessee, LSU (Louisiana State University), Alabama Auburn, y Carolina del Sur, Michael finalmente decidió jugar para el entrenador Ed Orgeron en la Universidad de Mississippi, alma mater de sus guardianes, Sean y Leigh Anne Tuohy. Ahí Michael se convirtió en “All American” lo que significa un reconocimiento de ser el mejor jugador en su posición de todas las universidades del país, y ahí fue donde se labró su actual presente en la NFL, logrando cada año en la universidad ser reconocido como un gran jugador. Y, lo que es mejor, en su segundo año como universitario se le efectuó otro test de inteligencia. Arrojó un resultado de 105, que corresponde a la media de una persona normal. Hoy es capaz de hacer cosas que la mayoría de la gente da por supuestas pero que él jamás habría podido conseguir sin la desinteresada ayuda de los Tuohy.

En el 2006 el autor Michael Lewis publicó un libro titulado “The Blind Side”, el cual detalla la vida de Michael Oher de ser un niño sin hogar hasta ser una estrella de futbol colegial. Después se hizo película en el 2009 protagonizada por Sandra Bullock. La película fue nominada al Oscar como Mejor Película del Año y Sandra Bullock ganó el Oscar como mejor actriz.

En febrero de 2011 Michael escribió un libro en el que cuenta su propia versión de los sucesos de su infancia y adolescencia llamado: “I Beat The Odds: From Homelessness, to The Blind Side, and Beyond” y lo que el más quiere es que su libro alcance a los más de 500,000 niños americanos en hogares temporales, y a millones más que viven en lugares donde los sueños nunca se realizan para inspirarlos y darles aliento y esperanza.

En el Draft del 2009 los Cuervos de Baltimore lo eligieron en la primera ronda, su familia adoptiva estaba con él. Ese mismo año firmó un contrato por 5 años y $13.8 millones de dólares, se le asignó el jersey #74 el cual había usado también en la Universidad. Su posición ha variado de tackle izquierdo a tackle derecho.

Michael Oher ha superado todos los pronósticos al haberse empeñado con gran determinación a ser alguien en la vida a pesar de haber pasado su infancia sin padres que lo orientaran y sin un hogar que lo protegiera. Además de la fuerte decisión de ser bueno y hacer el bien, encontró alrededor gente que le brindó ayuda y protección y supo responder a ellos sacando lo mejor de él y llegando a hacer realidad un sueño, logrando el éxito de muchas formas, económico, familiar, profesional y hasta intelectual, pues logró graduarse y terminar sus estudios. Este domingo estaré al pendiente del número 74 de los Cuervos de Baltimore, sabiendo que si ya superó todos esos obstáculos que le puso la vida, seguramente seguirá cosechando éxitos y dando frutos toda su vida.

Te invitamos a ver estos videos
La elección de Michael Oher en el draft


Un viaje por la vida de Michael Oher