sábado, 15 de junio de 2013

La Reina de Katwe

Phiona Mutesi


Phiona tenía hambre, lo único que quería era un plato de sopa, y lo encontró junto con una experiencia extraordinaria que cambiaría su vida por completo, les comparto una semblanza de la aún corta vida de esta gran jovencita…

Compilado por Graciela Sepúlveda

Phiona Mutesi nació en Katwe, Uganda, no sabe qué día ni en qué año, entonces la Federación Mundial de Ajedrez calculó que fue en 1993 y le pidieron que eligiera un día del año, ella eligió el 28 de marzo porque recordaba que ese día le habían dado cupcakes en su colegio. La fecha era necesaria para poder sacar su pasaporte para poder viajar a Estados Unidos, bueno, vamos a ver como comenzó todo y porque viajó a Estados Unidos.

Phiona Mutesi era una niña fangosa de 9 años que vivía en el barrio más pobre de Uganda, "No teníamos comida. Estábamos durmiendo en las calles porque no teníamos dinero para alquilar una casa. Fue un momento muy difícil ", dice Phiona, quien vive con su mamá y dos hermanos y cuyo padre murió de SIDA cuando ella tenía tres años. En esa época casi deja la escuela pues no podían pagarla y fue cuando descubrió, a través de su hermano mayor Brian, un programa de ajedrez. No fueron los peones, las torres, los alfiles, los caballos o un rey lo que la llevó a una terraza en la iglesia en Katwe, Kampala - fue lo que daban junto con la lección de ajedrez: ¡un plato de sopa! "Las piezas no tenían atractivo para mí. Yo no quería aprender el juego. Yo sólo quería tomar una taza de sopa”.

Phiona estaba sucia y descalza. Los otros niños en el programa de ajedrez le dijeron que se fuera.

"No me siento mal porque esa es la vida en Katwe", dijo. Mutesi volvió una y otra vez para el programa de ajedrez, pero sólo por la comida gratis. "Si no luchas no se puede conseguir nada" comenta Phiona. Fue entonces cuando se puso a practicar mientras comía y nació en ella el interés por el ajedrez. Y encontró que le gustaba porque implicaba planificación, y en su vida se la pasaba planificando para el futuro, ¿Cómo iba a conseguir comida mañana?

El ajedrez había sido introducido en el este de África a principios de los 70’s por un grupo de doctores que trabajaban en el hospital Mulago en Kampala. Pensaban que con el ajedrez podrían hacer que creciera el razonamiento. Más tarde lo llevaron al ejército para ayudarlos a planear estrategias.

El Padre Damián Grimes
Fue gracias al Padre Damián Grimes, que dirigió el Colegio Namasagali entre 1967 y 2000, que el ajedrez fue introducido en las escuelas. El Padre Grimes inició el club de ajedrez Namasagali y organizó torneos con otras escuelas.

Al prinicipio iniciaron solo cuatro escuelas y no podían persuadir a las niñas de que se animaran a jugar. Sin embargo, gradualmente las cosas fueron cambiando y para finales de los 70’s y principios de los 80’s ya eran como 30 escuelas y con niñas participando también.

Un equipo consistía de 4 jugadores y una escuela podía enviar varios equipos a la competencia si querían. La competencia se convirtió en un festival de ajedrez anual llamado Torneo de Escuelas del Padre Grimes. Nunca se imaginó el Padre Grimes que dos décadas después una niña de los barrios más pobres de Katwe y su equipo ganarían el título cinco años consecutivos.

Después de ganar su primer torneo del Padre Grimes, en el 2009 Phiona fue al Torneo Internacional de Ajedrez para Niños en Sudán del Sur, era su primera vez fuera de Uganda y su primera vez en un avión. “Wow, estaba muy emocionada y no lo podía creer, hasta que llegamos a nuestro destino” recuerda Phiona, “Pensé que estaba cerca del cielo”.

Desde entonces ha competido en dos Olimpiadas de Ajedrez en Siberia y Turquía. En el 2011 obtuvo el título del Campeonato Junior de la Mujer en Uganda. En el 2012 Phiona y compañera Ivy Amoko ganaron el Woman Candidate Master en la 40° Olimpiada de Ajedrez, siendo las primeras mujeres en ganar el título en toda la historia de Uganda. Ha ganado otros títulos y ha tenido experiencias maravillosas, como la de que se publicó un libro sobre ella llamado: “La Reina de Katwe: Una historia de Vida, Ajedrez y del sueño de una chica extraordinaria de convertirse en una gran maestra” ("The Queen of Katwe: A Story of Life, Chess, and One Extraordinary Girl's Dream of Becoming a Grandmaster") escrito por Tim Crothers. Otra gran experiencia es que Disney quiere los derechos del libro para hacer una película basada en él.

Recientemente habló en la Cumbre Mundial de las Mujeres en Nueva York donde también asistieron Hillary Clinton y Oprah Winfrey. En Estados Unidos Phiona pudo jugar con su héroe, el maestro Garry Kasparov, uno de los campeones más grandes del ajedrez del siglo 20, ella perdió el juego pero dijo que aprendió muchas cosas al perder, Kasparov le dijo que esa es una de las lecciones más importantes de la vida, aprender de los propios errores. Y además nada más y nada menos que Bill Gates ha comentado que quiere jugar un partido con ella. Una escuela de Estados Unidos ha iniciado un torneo de ajedrez que lleva su nombre. Phiona comenta que el ajedrez le ha enseñado a tener mucha disciplina, cosa de la que carecía, y a tener una vida más espiritual.

Phiona y Gary Kasparov
Phiona  comenta: “Antes solo pensaba en cómo podía llegar a conseguir algo de comer. Ahora tengo la esperanza de convertirme en una profesional, una doctora, e incluso construir un orfanato para niños de barrios marginales”, “nunca pensé en llegar a ser una inspiración para los demás”.

Phiona Mutesi, una jovencita cuya vida difícil y sin esperanza la pudo haber llevado a elegir el camino fácil, sin embargo, ella esperó su momento, éste llegó en forma de comida, algo que ella buscaba desesperadamente, y la comida la llevó a encontrar una nueva forma de vida que la llevó a viajar a lugares que nunca se hubiera imaginado, a tratar con gente que tal vez nunca soñó conocer, a tener confianza en ella misma, y saber que puede “ganar” en las situaciones que se le presenten en la vida, no solo en el ajedrez, y a tomar los errores como una oportunidad de aprendizaje, que grandes lecciones nos enseña esta pequeña jovencita.