sábado, 3 de agosto de 2013

Un emprendedor con gran sentido humano...

Eugenio Garza Sada

Compilado por Graciela Sepúlveda


Una de las instituciones que más admiro es el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, su seriedad, su colaboración con la sociedad, sus instalaciones, su apoyo con becas y su apoyo a las empresas familiares, las investigaciones que realiza, y desde luego la formación de excelentes profesionales, además de muchas cosas más con las que hace de este un mejor país, y el pilar de todo esto y de muchas, muchísimas cosas más es un gran hombre que hizo mucho por los demás, Don Eugenio Garza Sada, veamos cómo empezó todo…

Don Eugenio Garza Sada nació el 11 de enero de 1892 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Sus padres fueron el empresario regiomontano Isaac Garza Garza, uno de los fundadores de Cervecería Cuauhtémoc, y su esposa, Consuelo Sada Muguerza. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de San Juan en la ciudad de Saltillo, Coahuila, para después regresar a Monterrey y continuar su educación en el Colegio Hidalgo, dirigido por la Congregación de los Hermanos Maristas. Desde niño, con el ejemplo de su padre, recibió lecciones que después le resultarían fundamentales en su carrera profesional. Aprendió a convivir con el riesgo y los problemas, asimiló las muestras de patriotismo, de servicio a la comunidad, de rectitud, de modestia, de exigencia personal y de severidad. Fue forjando, en definitiva, esa personalidad que iba a alcanzar tantos y tantos logros.

Su familia se vio obligada a dejar México debido a los disturbios provocados por la revolución y se exiliaron en los Estados Unidos. Durante su estancia en aquel país, Garza Sada además de continuar su instrucción académica trabajó en una tienda como dependiente y en un cine como acomodador. Estudió la escuela preparatoria en la academia militar Western Academy y posteriormente realizó sus estudios universitarios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde se graduó de ingeniería civil en 1916.

Al terminar sus estudios en los Estados Unidos y ya finalizada la revolución, Garza Sada regresó a México junto con su familia y en 1917 se integró a la Cervecería Cuauhtémoc, su primer puesto fue el de auxiliar del Departamento de Ventas. Esta fábrica había sido iniciada por su padre, don Isaac Garza, junto con otros empresarios de la época. Ahí fue ocupando, sucesivamente, puestos de mayor responsabilidad e importancia. Después de la muerte de su padre en 1933, pasó a formar parte del Consejo de Administración de Cervecería Cuauhtémoc, al igual que su hermano Roberto, para después convertirse en el Director General.

El trabajo, según su pensamiento, conducía al hombre hacia la libertad y la cultura. Era, de acuerdo con lo anterior, un activo promotor del trabajo. Encontraba en él la razón de la dignidad humana y, por ello, era un trabajador incansable y feliz. Lo anterior, unido a su responsabilidad social, lo llevó a crear empleos para muchos mexicanos. Esa preocupación se reflejaba en sus palabras: "No repartas riquezas: reparte trabajo. Así elevarás el nivel de vida del pueblo." Este pensamiento se volvió en él algo más que una frase: llegó a ser su credo personal y su objetivo profesional. Nunca se dio por vencido y supo crear las condiciones favorables a sus proyectos aun cuando fueran, en principio, adversas. Tuvo también la habilidad de hacer fácil lo difícil a través de la dedicación y la destreza.

Hojalata y Lámina S.A. (Hylsa)
El 12 de mayo de 1936, su hermano y él crearon un holding que se encargó de manejar el conglomerado de empresas relacionadas con la cervecería, el cual fue denominado Valores Industriales, S. A. de C. V. o sea VISA. Para 1938, VISA estaba constituida por doce empresas y después VISA estableció Hojalata y Lámina S.A. (Hylsa) en 1943, con la finalidad de procesar el acero necesario para las corcholatas (o tapas) de sus envases de cerveza, pues en esa época Estados Unidos le había cortado a México los suministros de acero debido a que se había involucrado en la Segunda Guerra Mundial. Hylsa se convirtió en la mayor acería privada en México, con actividades que van desde la minería, el procesamiento del hierro hasta la fabricación del producto final, aquí vemos como, después de un tropiezo, quedarse sin acero, surge una de las más grades empresas de México. Cabe referir que en vista de la imposibilidad de equipar la fábrica con maquinaria nueva, cuya importación estaba prohibida a causa de la guerra, técnicos regiomontanos se lanzaron a buscar por diversos países del mundo partes usadas de maquinaria: un molino abandonado, un horno viejo, un motor desvalijado, alguna prensa ruinosa, accesorios oxidados, etcétera. Una vez   que reunieron el material, se dieron a la tarea limpiarlo, repararlo y armarlo, realizando la proeza de que Hojalata y Lámina iniciara su producción en el año citado.

Para el inicio de los años 1970, el holding familiar Valores Industriales, S. A. de C. V. había crecido de forma importante bajo la dirección de los hermanos Garza Sada y contaba ya con 90 empresas, las cuales proporcionaban empleo a más de 33,000 trabajadores.

Don Eugenio también realizó inversiones en medios de comunicación, tuvo participación accionaria en la Editora el Sol y su financiamiento ayudo a la creación de un nuevo periódico matutino en 1938, El Norte. En 1937 compró la estación de radio XET y fue cofundador de la cadena televisiva Televisión Independiente de México, que por diversas presiones se fusionó en 1968 con Telesistema Mexicano para formar Televisa.

Don Eugenio fue uno de los socios fundadores del Club Sembradores de Amistad que inició sus operaciones el 9 de julio de 1936, la intención de los miembros fundadores era crear un club de servicio de origen mexicano que fuera fiel a los valores e ideales de la población. El club fue benefactor del Hospicio Ortigosa,  que ha servido de hogar a niñas huérfanas durante muchos años, fundó las instalaciones de la Cruz Roja de Monterrey y fue fundador de los Bomberos de Monterrey, además de otras instituciones de asistencia social. Sembradores de Amistad sigue realizando obras de beneficencia pública, entre otras cosas, ofrece becas y atención médica gratuita a personas de bajos recursos y apoya económicamente asilos, orfanatos y guarderías.

Edificio Sociedad Cuauhtémoc y Famosa
Don Eugenio Garza Sada fue un devoto impulsor de la educación. Creía firmemente en que el desarrollo humano conduciría a que México fuera un mejor país. Así, a través de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, canalizó recursos muy importantes para la impartición de cursos y, sobre todo, para el otorgamiento de becas para los hijos de quienes trabajaban en las empresas afiliadas. En 1943, convocó a su hermano Roberto y a un grupo de empresarios de la localidad, con la finalidad de constituir la sociedad civil Enseñanza e Investigación Superior (EISAC) y por medio de ella y por iniciativa suya, cristalizó la idea de crear una institución cuyo objetivo fuera formar integralmente -y no sólo como profesionistas bien calificados- a hombres y mujeres. Esta institución, concebida en la mente de don Eugenio, según se dice, desde 1917, comenzó modestamente en una casa del centro de Monterrey, el 6 de septiembre de 1943, con 350 alumnos y unos cuantos profesores, era el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey que es actualmente considerada la universidad privada número uno de México y de América Latina con sesenta y cuatro campus y más de trescientos mil estudiantes. La nueva institución contaba en sus primeros años únicamente con una escuela preparatoria, una facultad de ingeniería y otra de contabilidad, así como instalaciones que funcionaban como internado para los estudiantes foráneos. Don Eugenio dedicó gran parte de su tiempo a esta institución, siendo presidente del Consejo Directivo del Tecnológico desde 1943 hasta la fecha de su muerte.

El TEC de Monterrey en sus inicios
Creó también dentro de sus empresas, entidades que ofrecieron prestaciones a los trabajadores antes de la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social en México, así como un gran centro de recreación construido especialmente para los miembros de esa sociedad. Y además, en el año de 1957 creó en Monterrey la Colonia Cuauhtémoc en un terreno de 40 hectáreas (años antes de la creación del INFONAVIT), cuya finalidad fue ofrecer casas habitación a los trabajadores de las empresas que dirigía.

También en 1957 Don Eugenio, con su esposa Consuelo Lagüera y su hermano Roberto, fundó los colegios La Salle e Isabel la Católica donde se imparte educación preescolar, primaria y secundaria, encomendando las tareas educativas a los Hermanos Lasallistas, para el colegio La Salle y a las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento para el colegio Isabel la Católica.

Y el deporte también tuvo el apoyo de Don Eugenio, ya que Cervecería Cuauhtémoc patrocinó en sus inicios al equipo Carta Blanca, que ingresó a la Liga Mexicana de Béisbol el 1 de febrero de 1939 y se conoció como los Sultanes de Monterrey a partir de 1948, también facilitó el espacio y el apoyo económico para crear el Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, inaugurado en marzo de 1973.

Para que en sus empresas hubiera una convivencia óptima de todos sus integrantes, don Eugenio definió el Ideario Cuauhtémoc, mucho antes de que en las empresas se hablara de códigos de ética o de enunciados de la misión. Este documento contiene 17 normas y conceptos personales, y fue distribuido entre sus compañeros de trabajo, con la petición de tenerlo en un lugar visible en sus oficinas, siendo él mismo el primero en poner el ejemplo. El Ideario permanece al día de hoy como un ejemplo de vida para las nuevas generaciones.
Don Eugenio se casó en 1921 con doña Consuelo Lagüera Zambrano. De ese matrimonio nacieron 8 hijos quienes, junto con doña Consuelo, ocuparon siempre el primer lugar en las prioridades de don Eugenio. Aun en medio de sus múltiples actividades como empresario y líder social, tenía tiempo de dedicarse a sus aficiones: la jardinería y la música. Sus hijos lo definieron como un hombre profundamente humano y sencillo, parco en el comer y austero en el vestir.

El 17 de septiembre de 1973, Don Eugenio Garza Sada fue asesinado por un comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre.


A sus funerales asistieron 50,000 personas; el presidente de México, Luis Echeverría Álvarez y el gobernador de Nuevo León, Pedro Zorrilla Martínez se sumaron al cortejo fúnebre. Al mismo tiempo, 160,000 obreros y trabajadores suspendieron sus labores en señal de duelo.

El 11 de enero de 1975, a petición de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, el Ayuntamiento de Monterrey le asignó el nombre de Eugenio Garza Sada a la avenida donde se encuentran las instalaciones principales del Instituto Tecnológico de Monterrey. Ese mismo año, la escuela preparatoria del ITESM recibió también su nombre. En 1993 —veinte años después de su muerte—, FEMSA instituyó el Premio “Eugenio Garza Sada”, desde entonces, el premio se otorga anualmente a personas o instituciones “que coadyuven al bienestar de la comunidad mexicana a través del desarrollo, mejoramiento y promoción de la capacidad productiva de sus recursos humanos y físicos”.

Por su vida y su obra, en 1998 el H. Congreso del Estado de Nuevo León declaró a Don Eugenio Garza Sada Benemérito de la Educación.

Don Eugenio Garza Sada logró el éxito llevando a cabo sus proyectos con mucho trabajo, dedicación y disciplina, buscando siempre en todo el bien de los demás y con ello logrando una plena felicidad y satisfacción en la vida.

Don Eugenio es un ejemplo permanente. Su preocupación por el desarrollo humano a través de la educación y del trabajo, así como por el mejoramiento del nivel de vida y de cultura de sus compatriotas, sigue vigente en las numerosas obras que emprendió, cuyos beneficios se multiplican en la actualidad gracias a que don Eugenio supo transmitir a muchas personas los valores que guiaron su vida.

La trascendencia de este gran hombre, industrial y humanista, es innegable e imperecedera.

IDEARIO DE DON EUGENIO GARZA SADA:

http://www.slideshare.net/fhuertamty/ideario-cuauhtmoc-femsa-don-eugenio-garza-sada