Compilado
por Graciela Sepúlveda
Dentro
de unos días nos visitará en Monterrey, N.L. México, para participar en el “VI
Encuentro Mundial de Valores”, la ganadora del Premio Nobel de la Paz en el
2011, Leymah Gbowee, y nos da una gran lección que nos enseña que la unión hace
la fuerza, ella, unida a miles de mujeres cristianas y musulmanas, lograron
detener la sangrienta segunda guerra civil en Liberia, África, y tener PAZ…
Leymah Gbowee nació en Liberia, África, en la zona
central, el 1 de febrero de 1972. A los 17 años se mudó a Monrovia, en la misma
Liberia, pero en la costa oeste, cuando estalló la primera guerra civil del
país. Leymah se entrenó como terapeuta para ayudar a las personas a superar el trauma
que supone una guerra, trabajó durante la guerra civil con los niños soldados
del ejército de Charles Taylor, el dictador que presidió Liberia de 1997 a 2003
y gobernó a base de asesinatos, violaciones, esclavismo, mutilaciones y uso de
niños como soldados, entre otras cosas. Madre de seis hijos y rodeada de
imágenes de guerra, se dio cuenta de que si algo debía cambiar en la sociedad,
debería ser llevado a cabo por las madres. La Segunda Guerra Civil estalló en
1999 cuando la oposición al régimen del presidente fue creciendo.
En 2002, Leymah Gbowee era una trabajadora social que
organizó la Acción Masiva por la Paz de
las Mujeres de Liberia. El movimiento por la paz empezó de forma local, en
Monrovia, con mujeres cristianas y musulmanas que rezaban y cantaban en el
mercado de pescado, las organizó para rezar por la paz y llevar a cabo
protestas pacíficas por la no violencia.
Miles de mujeres unieron sus esfuerzos y llevaron a cabo
protestas entre las que se encontraba una huelga de sexo y la amenaza de una
maldición hacia los que contribuyeran a la guerra. Forzaron una reunión con el
presidente Charles Taylor y consiguieron de él la promesa de asistir al diálogo
de paz en Accra, Ghana para negociar con los rebeldes de Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia.
Luego Leymah lideró una delegación de mujeres de Liberia
que se dirigieron a Ghana para seguir presionando durante todo el proceso de
paz. Celebraron una protesta silenciosa en el exterior del Palacio Presidencial
en Accra, pidiendo un acuerdo para los diálogos de paz. Lo que iba a durar 2
semanas se extendió por 3 meses. Durante este proceso se enteraron que un misil
había sido lanzado a una embajada donde estaban varios liberianos, esto hizo
enfurecer a Leymah, se dirigió al salón de la paz y les dijo a las mujeres que
estaban ahí: “vamos a dejar a estos
hombres sin agua y sin comida”, e hicieron una barricada, claro que la
quisieron arrestar los de seguridad, pero ella amenazó con quitarse toda la
ropa, inmediatamente se fueron, esto se debe a que cuando una mujer decide que
va a entregar el último vestigio de su dignidad, eso es algo que hace despertar
a cualquiera, incluso al dictador más desalmado. Con todo, todavía se tardaron
3 semanas más en firmar el tratado de paz.
Leymah Gbowee y Comfort Freeman, presidentes de dos
iglesias luteranas diferentes, organizaron la Red de Mujeres para la Construcción de la Paz (WIPNET por sus
siglas en inglés) y dirigieron una declaración de intenciones al Presidente: “En el pasado nosotras éramos silenciosas,
pero después de haber sido asesinadas, violadas, deshumanizadas, e infectadas
por enfermedades, y viendo a nuestros niños y nuestras familias destruidas, la
guerra nos han enseñado que el futuro yace en decir ¡NO a la violencia y SÍ a
la paz! No pararemos hasta que la paz prevalezca.”
Su movimiento trajo el fin de la Segunda Guerra Civil de
Liberia en 2003 y lideró la elección de Ellen Johnson-Sirleaf, como presidenta,
promoviendo el voto en las mujeres, algunas de las cuales en su vida habían
votado, siendo entonces Liberia la primera nación africana en tener a una mujer
en este cargo.
Vestidas con camisetas blancas para simbolizar la paz, y
contadas por miles, las mujeres se convirtieron en una fuerza política contra
la violencia y el gobierno y han liderado con éxito la petición de paz en otros
estados africanos.
Leyman Gbowee es el personaje principal del documental
rodado en 2008 “Ruégale al diablo que
regrese al infierno”. La película ha sido usada como un instrumento de
propagación en zonas de postconflicto como Sudán y Zimbabwe, movilizando a
mujeres africanas para solicitar la paz y la seguridad. También escribió un
libro: “Un sueño de Paz”.
Leymah Gbowee es la directora ejecutiva de la Red de Mujeres por la Paz y la Seguridad
basada en Accra, Ghana y trabaja para construir relaciones en la región de
África occidental en apoyo de la capacidad de la mujer para prevenir, apartar y
terminar conflictos.
La paz no se obtiene cuando se firma el tratado de paz,
las injusticias no se acaban cuando el dictador se va, la discriminación no se
acaba cuando se promulgan las leyes, la paz es una lucha continua en la que
Leymah está al frente y sin descansar hasta ver que su país, Liberia, avance a
una paz estable y un desarrollo sostenible, y asegurarse de que todos sus
líderes, sean hombres o mujeres, sean responsables por todo lo que hacen.
Entre paréntesis, el desgraciado dictador Charles Taylor,
después de buscar escapar, actualmente cumple una condena de 50 años por
crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en su país y en Sierra
Leona, convirtiéndose en el primer exjefe de Estado contra el que la justicia
internacional ha completado un juicio.
Leymah se ha hecho acreedora a muchos premios y
reconocimientos, el más grande, el Premio Nobel de la Paz en el 2011,
compartido con la presidenta de su país, Ellen Johnson-Sirleaf, y con la yemení
Tawakkul Karman, otros honores son:
- Galardonada en el 2010 con la Medalla de Justicia John Jay
- Galardonada con el Premio Gruber 2009 de Derechos de la Mujer
- Galardonada con el Premio al Coraje John F. Kennedy en 2009
- Galardonada con Premio Mujeres Líderes del Siglo 21 en el 2008
Leymah
Gbowee, una mujer de éxito, que logró la paz en su país a base de mucha lucha,
paciencia, entrega, y sobre todo, unión, y donde la unión hizo la fuerza, y donde
por la unión se hicieron notar en su país y en el mundo, que gran enseñanza nos
deja Leymah, bienvenida a Monterrey!!!
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