sábado, 22 de noviembre de 2014

La que nunca se molesta...


Compilado por Graciela Sepúlveda

Este día le dedicamos la semblanza a una exitosa mujer en el campo de los deportes, específicamente el atletismo, y quien desde pequeña quiso dedicarse a correr largas distancias, y a pesar de no contar con el apoyo de su familia, solo de su madre, perseveró, y ahora cosecha los frutos de su perseverancia y dedicación, haciendo a muchos a su alrededor partícipes de estos grandes logros…

Tegla Loroupe nació en 1973 en una granja en el área rural de Kapenguria, Kenya al norte de Nairobi. Debido a una sociedad polígama Tegla creció con 24 hermanos; su padre tenía cuatro esposas. Pasó su infancia trabajando en el campo, cuidando al ganado y atendiendo a sus hermanos y hermanas menores. Desde muy temprana edad a Tegla se le dio el apodo de Chametia, que significa "la que nunca se molesta." El cual reflejaba su personalidad alegre.

Tegla empezó a correr porque era la forma más rápida para llegar a donde quería ir. A la edad de 6 años, cuando empezó a asistir a la escuela, comenzaba su día con una carrera de velocidad de diez kilómetros a la escuela, agobiada por su pesada mochila, las colinas que se interponían entre ella y la escuela, y el aire que era pobre en oxígeno por la alta elevación del terreno. Pero Tegla corría y corría porque sabía que los estudiantes que llegaran tarde recibirían de castigo una paliza. Dos veces por semana después de la escuela, ella corría otra docena de kilómetros, mientras pastoreaba el ganado de sus padres. No importaba como fuera el terreno, Tegla corría descalza, los zapatos eran un lujo. Mientras que la mayoría de sus amigos corrían tanto como Tegla, las competencias de carreras escolares le mostraron a los nueve años que tenía un talento natural para correr. Sobresalía en todas las competencias, pero la de 800 metros mostró que Tegla era una corredora de fondo; también le indicaba un camino por el cual ella podría evitar el futuro tradicional de una niña de su tribu: el matrimonio, los niños, y la limpieza de la casa. Cuando platicó en su familia que su sueño era ser corredora de largas distancias, toda la familia estuvo en desacuerdo, nadie la apoyó, solo su madre y su hermana mayor, es más, su padre se lo prohibió pues decía que no era propio de una dama, y que se esperaba de ella  que se concentrara en tareas más útiles como el cuidado de sus hermanos.

Sin embargo, Tegla siguió haciendo todo lo necesario para alcanzar su sueño, a pesar de que la federación de atletismo de Kenia no la apoyó en un principio, pues pensaban que era demasiado pequeña y delgada. Sin embargo, después de que ganó una prestigiosa carrera a campo traviesa, descalza, en 1988, esto cambió. Entonces comenzó a entrenar para competir a nivel internacional al año siguiente, ganando su primer par de tenis para correr en 1989, los cuales usaba sólo para carreras particularmente difíciles.

En 1989 en el Campeonato Mundial de Cross Country quedó en el lugar 28 y en el 90 en el lugar 16. Tegla seguía entrenando duro y no se desanimaba, continuó corriendo carreras de 10,000 metros ganando en algunas y en otras llegaba en los primeros lugares.

En 1994 Tegla corrió su primer maratón importante, el de Nueva York, el cual es uno de los 6 más importantes del mundo y donde se corren, como en todo maratón, 42.195 kilómetros, y que cuenta con entre 25,000 y 30,000 participantes.

En esta competencia se enfrentó a las corredoras más fuertes del mundo, y ganó. Esto causó una gran felicidad en su país, pues era la primera vez que una mujer africana ganaba el maratón de Nueva York y como consecuencia de ello fue idolatrada por muchos jóvenes en África: al fin, un campeonato de una mujer para complementar los muchos corredores masculinos exitosos. Desde entonces, ha ganado un sinnúmero de carreras. Sus mayores éxitos incluyen récords mundiales en competencias de 20, 25 y 30 kilómetros. Tegla también ganó el maratón de Nueva York al año siguiente, y maratones en Berlín, Rotterdam, Osaka y Londres y es una de las personas más inspiradoras en el mundo de la marcha y les voy a platicar el porqué.

Tegla reconoce su posición como un modelo a seguir por las mujeres corredoras de todo el mundo, y ella explica de donde viene su motivación. "Yo no corro para mí, corro por los demás", dijo  una vez a un entrevistador del Runner's World Daily. Entre esos "otros" están aquellas mujeres que, a diferencia de Tegla, no han podido romper con la tradición y seguir sus sueños. "Cuando estaba en la escuela, los hombres de mi tribu dijeron, 'Tegla, estás perdiendo el tiempo', Ellos no querían que hiciera deportes. Pero Dios tenía un plan para mí. El hombre no me puede cerrar la puerta."

Por cierto Tegla hizo las paces con su padre, aunque sobre esto ella comenta: “Por supuesto que somos amigos ahora, cuando tienes éxito, todo el mundo quiere ser tu amigo."

En 2003 Tegla fundó la “Fundación de Paz Tegla Laroupe” donde básicamente lucha por los Derechos Humanos y desde entonces, es la autora de muchos proyectos diferentes que luchan contra los conflictos, contra la pobreza y la injusticia: fundó una escuela para huérfanos y niños abandonados en África, tiene patrocinios infantiles y un programa donde une a los guerreros de diferentes tribus en África y los convence de dejar atrás sus armas, estos son sólo algunos de los proyectos de Tegla. Ella está convencida de que el deporte es capaz de transmitir un sentimiento de unión y conciencia acerca de la paz. En 2006 fue nombrada Embajadora de las Naciones Unidas para el Deporte y la Paz y la marca de tenis “On” la hizo también su embajadora, y gracias a eso por cada par de tenis que es comprado, otro igual se envía a Kenia para algún niño que lo necesite.


Al preguntarle si el ser una atleta de alto rendimiento la ha convertido en una persona de éxito, ella simplemente responde: "Es más que el éxito en la competencia. Muchas personas pueden ganar carreras. Es el carácter que se va desarrollado cuando compites en el deporte: la persistencia frente al fracaso, la superación del dolor, el tener la visión a largo plazo, el tener una poderosa esperanza, la independencia, el ser veraz con uno mismo, estos rasgos de carácter desarrolladas a través del deporte son lo que me ayudaron en mi trabajo por la paz”. Y este trabajo por la paz es para ella su mayor éxito alcanzado.