Compilado
por Graciela Sepúlveda
Este
día le dedicamos la semblanza a una exitosa mujer en el campo de los deportes,
específicamente el atletismo, y quien desde pequeña quiso dedicarse a correr
largas distancias, y a pesar de no contar con el apoyo de su familia, solo de
su madre, perseveró, y ahora cosecha los frutos de su perseverancia y
dedicación, haciendo a muchos a su alrededor partícipes de estos grandes logros…
Tegla Loroupe nació en 1973 en una granja en el área
rural de Kapenguria, Kenya al norte de Nairobi. Debido a una sociedad polígama
Tegla creció con 24 hermanos; su padre tenía cuatro esposas. Pasó su infancia
trabajando en el campo, cuidando al ganado y atendiendo a sus hermanos y
hermanas menores. Desde muy temprana edad a Tegla se le dio el apodo de Chametia,
que significa "la que nunca se molesta."
El cual reflejaba su personalidad alegre.
Tegla empezó a correr porque era la forma más rápida para
llegar a donde quería ir. A la edad de 6 años, cuando empezó a asistir a la
escuela, comenzaba su día con una carrera de velocidad de diez kilómetros a la
escuela, agobiada por su pesada mochila, las colinas que se interponían entre
ella y la escuela, y el aire que era pobre en oxígeno por la alta elevación del
terreno. Pero Tegla corría y corría porque sabía que los estudiantes que
llegaran tarde recibirían de castigo una paliza. Dos veces por semana después
de la escuela, ella corría otra docena de kilómetros, mientras pastoreaba el ganado
de sus padres. No importaba como fuera el terreno, Tegla corría descalza, los zapatos
eran un lujo. Mientras que la mayoría de sus amigos corrían tanto como Tegla,
las competencias de carreras escolares le mostraron a los nueve años que tenía
un talento natural para correr. Sobresalía en todas las competencias, pero la
de 800 metros mostró que Tegla era una corredora de fondo; también le indicaba
un camino por el cual ella podría evitar el futuro tradicional de una niña de
su tribu: el matrimonio, los niños, y la limpieza de la casa. Cuando platicó en
su familia que su sueño era ser corredora de largas distancias, toda la familia
estuvo en desacuerdo, nadie la apoyó, solo su madre y su hermana mayor, es más,
su padre se lo prohibió pues decía que no era propio de una dama, y que se
esperaba de ella que se concentrara en
tareas más útiles como el cuidado de sus hermanos.
Sin embargo, Tegla siguió haciendo todo lo necesario para
alcanzar su sueño, a pesar de que la federación de atletismo de Kenia no la
apoyó en un principio, pues pensaban que era demasiado pequeña y delgada. Sin
embargo, después de que ganó una prestigiosa carrera a campo traviesa, descalza,
en 1988, esto cambió. Entonces comenzó a entrenar para competir a nivel
internacional al año siguiente, ganando su primer par de tenis para correr en
1989, los cuales usaba sólo para carreras particularmente difíciles.
En 1989 en el Campeonato Mundial de Cross Country quedó
en el lugar 28 y en el 90 en el lugar 16. Tegla seguía entrenando duro y no se desanimaba,
continuó corriendo carreras de 10,000 metros ganando en algunas y en otras
llegaba en los primeros lugares.
En 1994 Tegla corrió su primer maratón importante, el de
Nueva York, el cual es uno de los 6 más importantes del mundo y donde se
corren, como en todo maratón, 42.195 kilómetros, y que cuenta con entre 25,000
y 30,000 participantes.
En esta competencia se enfrentó a las corredoras más
fuertes del mundo, y ganó. Esto causó una gran felicidad en su país, pues era
la primera vez que una mujer africana ganaba el maratón de Nueva York y como
consecuencia de ello fue idolatrada por muchos jóvenes en África: al fin, un
campeonato de una mujer para complementar los muchos corredores masculinos exitosos.
Desde entonces, ha ganado un sinnúmero de carreras. Sus mayores éxitos incluyen
récords mundiales en competencias de 20, 25 y 30 kilómetros. Tegla también ganó
el maratón de Nueva York al año siguiente, y maratones en Berlín, Rotterdam,
Osaka y Londres y es una de las personas más inspiradoras en el mundo de la
marcha y les voy a platicar el porqué.
Tegla reconoce su posición como un modelo a seguir por
las mujeres corredoras de todo el mundo, y ella explica de donde viene su
motivación. "Yo no corro para mí,
corro por los demás", dijo una
vez a un entrevistador del Runner's World Daily. Entre esos "otros" están aquellas mujeres
que, a diferencia de Tegla, no han podido romper con la tradición y seguir sus
sueños. "Cuando estaba en la
escuela, los hombres de mi tribu dijeron, 'Tegla, estás perdiendo el tiempo', Ellos
no querían que hiciera deportes. Pero Dios tenía un plan para mí. El hombre no me
puede cerrar la puerta."
Por cierto Tegla hizo las paces con su padre, aunque
sobre esto ella comenta: “Por supuesto que
somos amigos ahora, cuando tienes éxito, todo el mundo quiere ser tu
amigo."
En 2003 Tegla fundó la “Fundación de Paz Tegla Laroupe” donde básicamente lucha por los
Derechos Humanos y desde entonces, es la autora de muchos proyectos diferentes
que luchan contra los conflictos, contra la pobreza y la injusticia: fundó una
escuela para huérfanos y niños abandonados en África, tiene patrocinios
infantiles y un programa donde une a los guerreros de diferentes tribus en
África y los convence de dejar atrás sus armas, estos son sólo algunos de los
proyectos de Tegla. Ella está convencida de que el deporte es capaz de
transmitir un sentimiento de unión y conciencia acerca de la paz. En 2006 fue
nombrada Embajadora de las Naciones Unidas para el Deporte y la Paz y la marca
de tenis “On” la hizo también su
embajadora, y gracias a eso por cada par de tenis que es comprado, otro igual
se envía a Kenia para algún niño que lo necesite.
Al
preguntarle si el ser una atleta de alto rendimiento la ha convertido en una
persona de éxito, ella simplemente responde: "Es más que el éxito en la
competencia. Muchas personas pueden ganar carreras. Es el carácter que se va
desarrollado cuando compites en el deporte: la persistencia frente al fracaso,
la superación del dolor, el tener la visión a largo plazo, el tener una
poderosa esperanza, la independencia, el ser veraz con uno mismo, estos rasgos
de carácter desarrolladas a través del deporte son lo que me ayudaron en mi
trabajo por la paz”. Y este trabajo por la paz es para ella su mayor éxito
alcanzado.