sábado, 11 de julio de 2015

Imágenes que hablan...



Compilado por Graciela Sepúlveda

Hace unos días tuve la oportunidad de ver el documental “La Sal de la Tierra” sobre el extraordinario fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, quien logra plasmar en sus imágenes las vidas de los desposeídos del mundo, Salgado se ha ganado fama por sus fotos crudas de las personas que hacen frente a los efectos de la pobreza, el hambre, la industrialización y la opresión política. Ha publicado varios libros y ha recibido premios por su fotoperiodismo con conciencia social. Increíble su trabajo y su preocupación por el sufrimiento de la humanidad, y esta vocación la descubrió por casualidad, les compartimos como inició todo…

Ubicación de Minas Gerais en Brasil
Sebastião Ribeiro Salgado Jr. nació el 8 de febrero de 1944, en Minas Gerais en Brasil, hijo de un ganadero se crio en una granja con sus siete hermanas.

Sebastião asistió a la escuela por primera vez en el pequeño pueblito donde vivía y luego en la ciudad costera de Vitoria. Tra completar su educación universitaria y ya casado con su esposa Lélia Deluiz Wanick la pareja se mudó a São Paolo para que Sebastião pudiera cursar su maestría en Economía. En 1969 cambiaron nuevamente de residencia a París para realizar su doctorado, donde Lélia estudió arquitectura. Y fue ahí donde por casualidad descubrió la fotografía, y con ella –lo más importante- su vocación y propósito de vida. Su esposa se compró una cámara para tomar fotos de edificios y por primera vez Sebastião miró a través de una lente, y la fotografía de inmediato comenzó a invadir su vida.

En 1971 se mudaron a Londres donde Sebastião trabajó como economista en la International Coffee Organization y comenzó a viajar al continente africano en comisiones para el Banco Mundial. Ahí realizó sus primeros trabajos fotográficos que fueron la razón para cambiar, definitivamente, la práctica económica por la fotografía.

Inicialmente colaboró con varias de las agencias fotográficas más importantes, trabajo que desempeñó desde 1974 hasta el1994, viajando por el mundo para documentar eventos noticiosos. Su trabajo apareció en los periódicos y revistas de numerosos países.

La fotografía de Sebastião se ha centrado a menudo en los efectos de la desigualdad social, la pobreza y la opresión en las personas de diferentes culturas, y en los efectos de la industrialización en el paisaje natural.

En 1977, Sebastião comenzó a fotografiar a los campesinos rurales de América Latina; esta serie fue publicada en 1986 como su primer libro, “Otras Américas”. Alrededor de este tiempo, trabajó con la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras en un proyecto que documenta los efectos de la hambruna en África. Publicó dos libros de estas fotografías, titulado “Sahel: Hombre en apuros” y “Sahel: El final del camino”, y donó las ganancias de las ventas a Médicos Sin Fronteras, que es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política. Finalmente en 1994 fundó su propia agencia de imagen “Amazonas” junto a su esposa, quien desde entonces ha sido el cerebro de la misma y Sebastião el artista, se complementan de manera extraordinaria, su agencia es tal vez la más pequeña del mundo, y está dedicada exclusivamente a distribuir sus fotografías.

Uno de los ingredientes que dotan a las fotografías, siempre en blanco y negro, de Sebastião con el esplendor que las caracteriza es la dilación con la que opera. Salgado no es un fotógrafo de “pisa y corre” que hace imágenes desde un helicóptero y pasa a la próxima locación. Labora con sosiego. Sus series suelen tomarle unos siete años de producción en decenas de países. Una de las razones para esta parsimonia está en su involucramiento con la comunidad. “Nuestra historia es la historia de la comunidad, no de la individualidad. Ése es el punto de vista de mi fotografía y el punto de partida de todo mi trabajo,” comenta Sebastião.

Entre 1986 y '92, Sebastião viajó a 23 países para visitar a los trabajadores manuales en grandes instalaciones industriales y agrícolas, incluidos los campos de petróleo y la pesca comercial. Esto concluyó en su libro “Workers” en 1993, que reveló la humanidad de estos individuos y cómo trabajaban en condiciones muy duras. Continuó con “Migraciones”, iniciada en 1993 y publicado como libro en 2000, se centró en grandes grupos de personas que han inmigrado o han sido reubicadas por la fuerza, sobre todo de las zonas rurales a las ciudades.

Para “Génesis”, un proyecto iniciado en 2004 y publicado en 2013, Sebastião volvió su atención al paisaje y la vida silvestre, los viajes a las partes más remotas del mundo para fotografiar lugares donde la naturaleza permanece intacta por el desarrollo humano.

Sebastião Salgado ha recibido numerosos premios por su fotoperiodismo y dos veces ha sido nombrado Fotógrafo del Año por el Centro Internacional de Fotografía.

Sebastião es embajador de buena voluntad de UNICEF y miembro honorario de la Academia de las Artes y las Ciencias.

Él y su esposa, también han colaborado en la restauración de los bosques tropicales de Brasil, pues cuando el padre de Sebastião le dejó en herencia su granja, al llegar a ella y ver en la desolación que se encontraba su esposa le dijo que podían y debían reforestarla, y así lo hicieron, pueden ver las fotos del antes y después, y así, regresó también la fauna que había desaparecido en esos lugares, lo que nos devuelve la esperanza de que depende de nosotros el volver a regenerar nuestra madre tierra, y ahí mismo fundaron un centro de educación ambiental denominado “Instituto Terra” en 1998.

Sebastião comenta: "Deseo que cada persona que entra a una de mis exposiciones sea al salir una personas diferente, creo que toda persona puede ayudar, no necesariamente donando bienes materiales, sino formando parte del debate, y preocupándose por lo que sucede en el mundo".

Varias cosas muy interesantes e inspiradoras encontré en la vida de éxito de Sebastião Salgado, la vocación que te va a hacer sentir feliz y realizado puede llegar en cualquier momento y lugar, hay que estar atentos y sobre todo, responder a su llamado. Muchas veces el trabajo bien hecho y que vale la pena lleva tiempo, cada libro de Sebastião le llevó entre 7 u 8 años. Y el ver la reforestación que logró en Brasil con paciencia y mucha dedicación me hizo ver como todo trabajo florece y vale la pena regresar a la tierra algo de lo mucho que nos ha dado y mucho de lo que le hemos robado.

Te invitamos a ver el trailer (avance) subtitulado en español de la excelente película LA SAL DE LA TIERRA