Después
de embarcarnos en un proyecto de vida nuevo y brillante, nuestra primera reacción
es contárselo a alguien, pero Derek Sivers dice que es mejor mantener las metas
en secreto. Presenta la investigación que se extiende hasta la década de 1920
para mostrar por qué las personas que hablan de sus ambiciones personales
pueden tener menos probabilidad de lograrlas.
Da “play” sobre el video…
Transcripción al español:
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Todos, por favor, piensen en su mayor meta personal.
En serio. Pueden tomarse un segundo. Tienen que sentirlo para aprender. Tómense
unos segundos y piensen en su meta personal más grande, ¿sí? Imaginen que deciden
ahora mismo que van a realizarla. Imaginen que le cuentan a alguien que
conocieron hoy lo que van a hacer. Imaginen sus felicitaciones y la gran imagen
que se hace de Uds. ¿No se siente uno bien de gritarlo a los cuatro vientos?
¿No se siente uno un paso más cerca ya, como si ya fuese parte de nuestra
identidad?
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Bueno, malas noticias: deberían haber cerrado su boca
porque esa buena sensación hará que ahora sea menos probable hacerlo. Las
repetidas pruebas psicológicas han demostrado que contarle a alguien nuestras
metas hace menos probable que sucedan. Cada vez que uno tiene una meta hay
algunos pasos que deben darse, cierto trabajo a realizar para lograrla.
Idealmente, uno no debería estar satisfecho hasta que realmente el trabajo se
haya hecho pero cuando uno le cuenta una meta a alguien, y esa persona toma
nota, los psicólogos han descubierto que eso se llama una realidad social. La
mente en cierto modo siente que eso ya se ha logrado. Y entonces, dado que uno
ya experimentó esa satisfacción, uno está menos motivado para hacer el difícil
trabajo real que se necesita. Así que esto va en contra del saber popular que
dice que deberíamos contarle a los amigos las metas, ¿no? para comprometernos
con ellas, ¿sí?
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Echemos un vistazo a la prueba. En 1926, Kurt Lewin,
fundador de la psicología social lo llamó "sustitución". En 1933,
Wera Mahler halló que cuando esto era reconocido por los demás, parecía real en
la mente. En 1982, Peter Gollwitzer escribió un libro entero sobre esto y en 2009
hizo nuevas pruebas que fueron publicadas.
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Dice así: 163 personas en cuatro pruebas por
separado... todos escribieron su objetivo personal, luego la mitad de ellos
anunció su compromiso con este objetivo a la sala, y la otra mitad no. Y
después a todos se les dio 45 minutos de trabajo que los llevaría directamente
hacia su meta, pero se les dijo que podían parar en cualquier momento. Ahora
bien, los que mantuvieron cerrada la boca trabajaron los 45 minutos, en
promedio, y cuando se les preguntó después, dijeron que sentían que todavía
tenían un largo camino por recorrer para lograr su objetivo. Pero los que lo
habían anunciado abandonaron a los 33 minutos, en promedio, y cuando se les
preguntó después dijeron que se sentían mucho más cerca de lograr su objetivo.
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Así, si esto es verdad, ¿qué podemos hacer? Bueno, uno
puede resistir la tentación de anunciar su objetivo. Uno puede retrasar la
gratificación que da el reconocimiento social. Y entender que la mente confunde
el decir con el hacer. Pero si uno necesita hablar sobre algo puede decirlo de
manera que no le de satisfacción como "Realmente quiero correr esta
maratón por eso necesito entrenar 5 veces por semana y patéame el trasero si no
lo hago, ¿sí?"
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Así, audiencia, la próxima vez que se sientan tentados
a contarle a alguien sus metas ¿que van a decir? Exactamente. Bien hecho.
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(Aplausos)
Traducción al Español: Sebastian Betti
Derek
Sivers
Empresario
A través
de su nuevo proyecto, MuckWork, Derek Sivers busca disminuir la carga (y el
aburrimiento) de las personas creativas.
Visita el blogde Derek Sivers: http://sivers.org/
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Este video es presentado originalmente por
TED y la liga es: