Compilado por Graciela Sepúlveda
Sophia
Amoruso era una chica como tantas, sin rumbo, solo preocupada por sobrevivir,
yendo de un empleo mal pagado a otro, y hasta haciendo cosas fuera de la ley,
sin embargo, de repente, un día, encontró el camino, un camino que además de
serle divertido, la llevó, a base de muchísimo, pero muchísimo trabajo a ser
hoy en día, a sus 31 años, una multimillonaria, les comparto como sucedió todo…
Sophia Amoruso nació el 20 de abril de 1984
en San Diego, California, Estados Unidos, de familia trabajadora y sin
contactos ni mucho dinero, el suyo parecía un caso casi perdido: además de ser
una de esas rebeldes que adoraba pedir aventón, para disgusto de sus padres, y
así viajar de una ciudad a otra, robaba. Hasta que a los 20 años la
sorprendieron haciéndolo en un centro comercial de Washington, lo que marcó un
punto de inflexión y la llevó a plantearse la vida un poco más en serio, aunque
siempre, según dice, con algo de diversión por el camino.
Y fue precisamente aquella mala costumbre
de tomar lo ajeno la que le dio la idea, pues había comprobado con su primera
operación por eBay –un libro robado–
lo fácil que era ganar dinero: todo consistía en comprar por un precio y
venderlo por otro mayor. Pronto se dio cuenta de que si lo hacía a gran escala,
podría sacar mucho beneficio, así que puso en ello todo su empeño.
Con un manual sobre cómo hacer subastas en
Internet, alguna idea sobre cómo montar una página web, tiempo para navegar por
la red social Myspace "y trabajo duro”, a los 22 años
puso en marcha Nasty Gal en eBay,
revendiendo ropa vintage que ella
compraba de segunda mano. Buscaba ropa que estuviera en buen estado,
comprándola muy barata y llegaba a venderla en ocasiones multiplicando su
precio por 5. Su mejor negocio fue comprar un abrigo de Chanel en buen estado
por 8 dólares en una tienda del Ejército de Salvación y venderlo en un par de días
por 1,000 dólares.
Para promocionarse, hacía sesiones de fotos
en casa con sus amigas. Era toda una “do-it-yourself”
(Hazlo por ti mismo), pues además de ser su propia fotógrafa y agente de marketing
y conseguir todo lo que vendía, ella hacía los envíos, escribía a los clientes,
gestionaba las devoluciones. "Las
pequeñas cosas pueden hacer triunfar o quebrar un negocio", afirma
Sophia, que dedicaba tanta atención a seleccionar la ropa como a escoger la
mejor etiqueta para mandar un simple pedido. "Durante dos años, desde que me levantaba hasta que me acostaba mi
vida giraba en torno a eBay", y de verdad, su trabajo era literalmente
todo el día, esforzándose en hacerlo lo mejor que podía.
Ese trabajo duro dio resultados, pues el
negocio iba tan bien que en 2008 abandonó el portal de subastas eBay y abrió el suyo propio, y lo llamó Nastygalvintage.com
y contrató a su primera empleada (actualmente su portal se llama www.nastygal.com).
En solo siete años pasó de una oficina en
su cuarto a tener una empresa con 350 empleados en Los Ángeles, con 550,000
seguidores diarios en 150 países y un millón de seguidores en Facebook. "Pasamos de ganar 150,000 dólares al
año, a ganarlos en un día y después a ganarlos antes de la hora del
almuerzo" comenta Sophie.
¿El secreto para conseguirlo? Trabajo,
trabajo y trabajo. Y no estar tan atento a los números. Ella cree que parte del
éxito de Nasty Gal se debe a que sus
objetivos nunca fueron financieros, ella creía en lo que estaba haciendo y
afortunadamente otras personas también lo hicieron, nunca se planteó ser rica,
no tenía ni siquiera idea de cuánto valía su compañía hasta que un fondo de
inversión llamó a su puerta, luego se quedó en shock al ver lo rápido que
sucedió todo.
Además de ropa de segunda mano, Sophia fue
poco a poco incorporando sus propios modelos, hasta tener unos cuantos
diseñadores trabajando para ella. Sophia asegura que el negocio fue rentable
desde el principio, aunque el rápido crecimiento de ventas ha estado fuera de
lo normal, pues por ejemplo, en 2011, Nasty
Gal facturó 25 millones de dólares y en 2012 facturó 128 millones, por lo
que se cuadriplicaron las ventas en un sólo año, gracias al empujón de un fondo
de capital de riesgo, que invirtió 40 millones en su proyecto una vez vieron el
potencial de esta emprendedora.
El New York Times la ha llamado "una cenicienta de la tecnología".
En el 2013, la revista Inc. Magazine
la incluyó en su lista de 30 millonarios menores de 30 años.
En 2014 escribió el libro #GIRLBOSS
donde no sólo comparte sus experiencias de vida, sino que también brinda
consejos para que sus lectoras puedan convertirse en emprendedoras.
En sus memorias ella confiesa que eBay fue crucial para su negocio,
aprendió a contestar cada comentario hecho por los clientes y así aprendió
quien compraba sus productos y que era lo que querían. En 2012 Forbes la nombró el nuevo fenómeno fashion.
Lejos de dormirse en sus laureles Sophia
sabe que una vez que tienes éxito, no debes bajar la guardia, todo lo
contrario. Debes aprovechar ese tirón para seguir creciendo, expandirte, buscar
nuevas vías y redes de venta.
Sophia cuenta que sus años adolescentes y
veinteañeros fueron una especie de carrera por tener un trabajo, por obtener
ingresos. Y si bien esos trabajos eran poco edificantes y mal pagados, todas
esas experiencias le formaron el carácter y afilaron sus instintos, algo que ha
aplicado singularmente en NastyGal.com.
Más
allá de su glamour y los estereotipos, la de Sophia es una historia de
superación basada en el trabajo. Por ello, el mejor consejo que puede dar a los
jóvenes que recién se gradúan es conseguirse un empleo y comenzar su andar. Ella
dice: “Una #Girlboss (título de su libro) está a cargo de su vida. Obtiene lo
que quiere porque trabaja para ello”.
Sophia
fundó la “#GIRLBOSS Foundation”. A
través de ella, Sophia otorga ayudas económicas a las mujeres en el mundo del
diseño, la moda, la música y las artes, y las financia en su camino a
convertirse en una GIRLBOSS.
La vida es corta, déjate de flojeras |
Sophia Amoruso, una mujer exitosa, quien
después de no encontrar su camino en la vida, un tropezón la hizo dar un giro
de 180 grados, y de una idea surgió lo que sería un negocio millonario, sin
embargo, no la tuvo nada fácil, pues todo fue a base de muchísimo trabajo, y
estoy segura de que dejó de hacer muchas cosas que le hubiera gustado, pues
elegir es renunciar, y ella eligió Nasty Gal por sobre otras cosas que la
podían distraer de su objetivo, y renunció a fiestas, vacaciones y muchas cosas
más, todo por un sueño, que finalmente, y con mucha disciplina y constancia
logró, además, se aventó sin saber todo lo necesario, en el camino lo fue
aprendiendo. Sophia quiere mostrar así que el éxito no depende de lo popular
que uno es en el colegio, ni depende de la universidad elegida o de expedientes
en el cuadro de honor. Lejos de eso, para ella, el éxito tiene otra definición:
"Es saber qué reglas seguir y cuáles romper, confiando en tu instinto y
siguiéndolo".