"Cada logro comienza con la decisión de
intentarlo."
Yolanda
Gail Devers
(Seattle, 19 de noviembre de 1966) es una atleta estadounidense especialista en
pruebas de velocidad y vallas que se proclamó dos veces campeona olímpica de
los 100 metros lisos, en Barcelona 1992 y Atlanta 1996, además de ganar un buen
número de medallas en campeonatos mundiales.
Yolanda Gail Devers (born November 19, 1966) is a retired three-time Olympic
champion in track and field for the US Olympic Team. Devers was born in
Seattle, Washington, and grew up near National City, California and graduated
from Sweetwater High School in 1984. Sweetwater's football and track stadium is
named Gail Devers Stadium.
A young talent in the 100 m
and 100 m hurdles, Devers was in training for the 1988 Summer Olympics, started
experiencing health problems, suffering from among others migraine and vision
loss. She qualified for the Olympics 100 m hurdles, in which she was eliminated
in the semi-finals, but her health continued to deteriorate even further.
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COMO EL HOMBRE PIENSA,
ASÍ ES SU VIDA
( As a Man Thinketh )
Taller -
Día 23
Con cierta frecuencia es fácil oír a muchos que se quejan de
su situación y desencanto por la vida y no sólo se lamentan sino que además
culpan usualmente a los demás o a factores externos, pero no se han puesto a
reflexionar que el origen del problema está en ellos mismos, en su interior, no
en el exterior. ¿Por qué? Porque no han caído en la cuenta de que son ellos
mismos lo que no tienen el control de su vida. No están tomando deliberadamente
sus propias decisiones y dejan que otros las tomen por ellos. No viven sus
sueños y trabajan para que otros cumplan los suyos. De ahí su frustración.
Pero ¿Por qué sucede esto?... Es lo que el autor escribe en
el 2° párrafo: “Quien
no tiene un propósito central en su vida cae presa fácil de preocupaciones
banales, miedos, problemas, y auto-compasión…” Repasemos nuevamente el texto:
4. Pensamientos y propósitos
(Continuación)
Hasta
que el pensamiento no esté acompañado de un propósito no habrá logro
inteligente alguno. La mayoría permite que sus pensamientos naveguen sin rumbo
y a la deriva por el océano de la vida. Tal falta de propósito es un vicio, y
no ha de permitirla aquel que quiere estar a salvo de la catástrofe y la
destrucción.
Quien
no tiene un propósito central en su vida cae presa fácil de preocupaciones
banales, miedos, problemas, y auto-compasión, y así se dirige, tan seguro como
si lo buscara con intención (aunque por un camino distinto), al fracaso, la
infelicidad, la pérdida de lo querido, porque la debilidad no puede perdurar en
un universo de poder.
El
hombre debe concebir un propósito legítimo en su corazón, y luchar por
alcanzarlo. Debe hacer de este propósito el centro de sus pensamientos. Puede
tomar forma de un ideal espiritual, o puede ser un objeto terrenal, de acuerdo
con su naturaleza y los tiempos; pero cualquiera sea, debe firmemente enfocar
la fuerza de sus pensamientos hacia el objetivo que tiene ante él. Debe hacer
de este propósito su tarea suprema, y debe dedicarse por completo a
conseguirlo, evitando que sus pensamientos divaguen en caprichos, antojos y
fantasías, este es el camino real del dominio de sí mismo y la verdadera
concentración del pensamiento. Aún si falla una y otra vez en alcanzar su
propósito (como tiene que suceder hasta que venza su debilidad), la fuerza de
carácter ganado será la verdadera medida de su poder y su conquista, y formará
un nuevo punto de partida para la victoria y el poder futuros.
Quienes
no están preparados para un propósito grandioso, deberán fijar sus pensamientos
en ejecutar sin faltas su asignación, no importa qué insignificante pueda
parecer. Sólo de esta manera pueden los pensamientos ser concentrados y
enfocados, y la energía y la resolución pueden desarrollarse, y una vez logrado
esto, no habrá nada que no se pueda lograr.
COMENTARIOS:
Desde ayer hacemos el análisis de este texto y como lo
señalo en el inicio, James Allen en el 2° párrafo es categórico, si no
decidimos cada uno de nosotros cuál es el propósito central de nuestra vida
será muy fácil ser víctima de preocupaciones y angustias, de vivir de manera constante en un estado de estrés porque nada alcanza, ni el dinero, ni el tiempo,
ni el esfuerzo de cada día. Se vive bajo el manto del miedo, agobiados por una
cantidad de problemas que parecen insalvables y sintiendo lástima por nosotros
mismos porque somos las víctimas de los designios del universo. A dónde nos
lleva eso, Allen lo dice claro: al fracaso, a ser infelices, a ser perdedores
en un mundo gobernado por los ganadores, por quienes tienen el control.
Por eso es tan importante invertir el tiempo suficiente en
pensar, analizar y decidir cuál es ese propósito fundamental en nuestra vida
personal. Lo que hará que despertemos sin necesidad de la alarma, lo que nos
hará saltar de la cama con energía y entusiasmados en vez de queriendo permanecer en la
cama “un ratito más”. Ese propósito es nuestro motor, lo que nos impulsa en
todo momento porque es algo que elegimos y lo sentimos como propio. Ahora sí la
batalla tiene sentido y creemos que vale la pena, porque lo hacemos por
nosotros. ¿Cómo saber si ese propósito que estamos eligiendo es correcto? Dando respuesta a estas tres preguntas ¿Es bueno para nosotros mismos, bueno para nuestra familia y bueno para los demás? Para que esto funcione, debemos de hacer de ese propósito el centro de nuestros
pensamientos.
Como señala Allen, nuestro propósito, es nuestra tarea
suprema, la más importante, a lo que nos dedicamos y todo nuestro esfuerzo debe
orientarse a lograrlo y sin perdernos pensando
y complaciendo caprichos, antojos y fantasías. Esto desde luego no se
logra ni a la primera ni fácilmente, habrá errores y caídas, por la simple
razón de que no somos perfectos. Hay que seguir intentando una y otra vez, lo
que además nos da fuerza de carácter.
No todos están llamados a lograr proezas heroicas, a ser
millonarios o ganadores del premio Óscar del cine, pero eso no significa que se es un perdedor. Hay distintas misiones y algunas pueden parecer pequeñas, pero
no por eso menos válidas. Un gran cirujano nada puede hacer, si no hay por
ejemplo, un conductor de ambulancia capaz de transportar a tiempo y de manera
segura hasta el hospital al herido de un accidente. El propósito de ser el
mejor chofer de ambulancia es tan noble como el de ser el mejor cirujano. Lo
importante es enfocarnos con toda nuestra energía, determinación y
perseverancia a lo que de manera consciente y voluntaria hemos elegido como
nuestro propósito de vida.
ACCIONES:
La tarea que propusimos ayer fue responder a estas preguntas
¿Sé quién soy y qué es lo que quiero? ¿Cuál es el propósito de mi vida?, ¿Cómo
te va con eso?... ¿Necesitas un poco más de tiempo?... Adelante…
Déjanos un comentario o escríbeme a mi correo que está a tu
disposición: andresbermea@vitaminasparaelexito.com (Resalta y copia por favor la dirección de
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compartas tus pensamientos y comentarios. Me será muy valioso.
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