Para nosotros es común el lenguaje, la escritura, y que son sin duda herramientas clave para la comunicación humana, tan es así que jugaron un papel determinante para acabar con la tristeza de todo un pueblo...
Hoy les compartimos la semblanza de...
Frank Charles Laubach
el "Apóstol de los analfabetos"
Compilado por Graciela Sepúlveda
¿Habían oído alguna vez el nombre de Frank Laubach? Yo no. Gracias al hermano de mi esposo pude conocer de la existencia de este extraordinario hombre. Frank Laubach fue un gigante en su tiempo, conocido por todos los jefes de Estado. Un hombre con un gran corazón que hizo la diferencia y quiero compartirles los hechos…
Frank Charles Laubach nació en Benton, Pennsylvania el 2 de septiembre de 1884. Después de su educación básica estudió en la Universidad de Princeton en 1909, posteriormente obtuvo una maestría y un doctorado de la Universidad de Columbia y después de esto se fue a estudiar al Union Theological Seminary. En 1915 fue comisionado por la Iglesia Congregacional de la Unión a prestar servicio en las Filipinas como misionero, y para enseñar en el Seminario Teológico Unido en Manila.
Trabajaba estableciendo iglesias cristianas entre los filipinos y enseñando.
El momento que cambió su vida se produjo cuando casi fue elegido presidente del Seminario, perdiendo por un voto, el suyo, pues votó por el otro candidato. La vida tenía otros planes para él.
Un camino se le abrió cuando fue enviado al sur de las Filipinas para trabajar con la tribu musulmana Maranao. Fue allí donde se dio cuenta de que la alfabetización era una herramienta necesaria para mejorar sus vidas. La alfabetización se convertiría en su misión para toda la vida.
Al principio no fue aceptado por los Maranao pues sospechaban de un extranjero blanco. Así que vivió entre ellos, los escuchó, aprendió su lengua. Parecía un pueblo muy triste. Se enteró de que estaban tristes porque cuando sus seres queridos se mudaban a otro pueblo no había manera de mantenerse en contacto: no tenían lenguaje escrito. El Dr. Frank vio claramente su misión: crear un lenguaje escrito para ellos.
Desde que hizo sus estudios de postgrado en el Colegio de Profesores de Nueva York tenía una idea acerca de la enseñanza de idiomas. Fue capaz de clasificar los 16 sonidos de la lengua Maranao, utilizando el alfabeto romano. ¡Los resultados fueron sorprendentes! ¡La gente aprendió a leer y escribir en dos semanas o menos! El Dr. Laubach pronto tuvo un cuerpo de maestros pagados para enseñar a otros en este y otros pueblos.
Sin embargo, cuando la depresión condujo a recortes del presupuesto, el Dr. Laubach le dijo al jefe de los Maranao que no podía seguir adelante con el programa. El cacique, a quien le habían enseñado a leer a pesar de que era un hombre viejo, sabía que el aprendizaje de la lectura ayudaría a su pueblo a prosperar. Él declaró: "Si pude aprender yo, cualquier persona puede aprender. Que cada uno que aprendió a leer, enseñe a otro o muera." De esta idea que el jefe tuvo nació el concepto "Each One Teach One" (cada uno enseña a otro), y se convirtió en el lema y emblema de su movimiento de alfabetización.
El éxito del Dr. Laubach comenzó a extenderse. Escribió una carta tras otra a los jefes de Estado: presidentes, primeros ministros, reyes, reinas, para ofrecer asesorarlos sobre cómo enseñar a sus analfabetos. Las solicitudes llegaron de todas partes del mundo. Pasó 40 años como consultor de alfabetización de gobiernos, misiones de la iglesia y organizaciones privadas. Trabajó con nativos en más de 100 países y en más de 300 idiomas y dialectos. Solamente India cuenta con 12 idiomas principales. A Frank Laubach se le atribuye la educación básica de millones de adultos a los que él llamaba "Silent billion".
En 1946 el hijo del Dr. Laubach, Bob, se unió a la obra de su padre, viajó con él a unos 65 países. En todos esos países Bob Laubach vio la necesidad de escritores e impresores para personas recién alfabetizadas. Él comenta, "me la pasé con tinta de impresora en mis uñas cuando era un adolescente en las Filipinas." Bob ayudó con la impresión de materiales de lectura allí. Esto eventualmente lo llevó a crear una nueva profesión que él llamó "Periodismo para la Alfabetización". Él es co-autor de "El Camino Laubach para la Lectura", y en 1959 puso en marcha "Noticias para tí", un periódico para lectores recién alfabetizados.
En la década de los 70’s los profesores se enfrentaron con alumnos que no hablaban inglés, se vio la necesidad de escribir materiales para la enseñanza del Inglés como segunda lengua. “El Camino Laubach al Inglés” nació, con habilidades de conversación basadas en el vocabulario y la estructura de las frases de la serie original de “El Camino Laubach para la Lectura”.
Durante los 40 años que duró la cruzada de alfabetización del Dr. Laubach, él también encontró tiempo para escribir unos 50 libros y decenas de artículos, principalmente educativos y religiosos, pero incluyendo también algunos temas sociológicos e históricos. Fue galardonado con muchos premios y reconocimientos que estoy segura, todos ellos juntos, no le dieron la alegría y satisfacción como ver a tanta y tanta gente feliz por poderse comunicar y aprender del lenguaje escrito.
La revista Time lo llamó el “Señor Alfabetizador”
Muchos otros lo llamaban el "Apóstol de los analfabetos"
Lowell Thomas lo llamó el "mayor maestro de nuestro tiempo"
En el aniversario de su cumpleaños número 100 en el año 1984, la Oficina de Correos de EE.UU. lo honró poniendo su imagen en una estampilla de la serie Grandes Americanos.
Pero quizá el título más conmovedor y revelador le fue dado por las tribus del Congo Belga. Lo llamaban Okombekombe, que significa "reparador de canastas viejas", porque le enseñaba a los ancianos a leer y escribir.
Frank Laubach murió el 11 de junio de 1970 a la edad de 85 años.
Espero que el conocimiento acerca de este gran pionero de la alfabetización los inspire, sobre todo con su concepto “cada uno puede enseñar a uno”, se imaginan lo que el mundo sería si esto lo lleváramos a cabo en cualquier rubro, no solo en la alfabetización. Sin duda el Dr. Frank Laubach fue un gigante en su tiempo logrando que muchos millones de personas tuvieran una mejor vida al poder comunicarse por medio de la escritura y lectura, un hombre exitoso en toda la extensión de la palabra.
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