Tenemos una historia que contarte…
We have a story
to tell...
(Please read this story below the Spanish version)
Cadena de favores
Esta historia es verdad y
me sucedió a mí.
Un día, después del
trabajo, le pedí a mi marido que se detuviera en una tienda para comprar
algunas tarjetas y regalos para nuestras sobrinas. Me formé en la fila para
pagar detrás de un hombre vestido de traje. No le presté mucha atención, pero
entonces la mujer delante de él empezó a preguntar direcciones y cortésmente él
le dio todas las instrucciones. Lo que me llamó la atención es que dos veces le
dijo que Dios te bendiga o que tengas un día lleno de bendiciones.
Como cristiana, pensé – que agradable
escuchar eso. Ahora era su turno de pagar y sólo llevaba una bolsa para
regalo y una tarjeta, unos pañuelos y algunas otras cosas pequeñas, su compra
era para envolverle a alguien un regalo. Pero, parecía que no traía suficiente efectivo
encima. Así que le dijo la cajera que le hiciera la cuenta y que pagaría en
efectivo una parte y otra con tarjeta de crédito. Cuando la cajera le dio la
cuenta le faltaba un poco menos de un dólar, y empezó a escanear su tarjeta de
crédito. “Alto” le dije, “No use su tarjeta de crédito por ese dólar”,
y le di a la cajera el dólar. Él me miró y le dije “no, no es nada -. Estoy tratando de salir de una deuda y no me gusta
ver a nadie utilizar la tarjeta por cualquier cosa”. Me dio las gracias y “me bendijo” a mí también.
La cajera se sorprendió. No
estoy segura de si estaba sorprendida por lo que hice o porque no esperaba que
lo ayudara o porque él llevaba un traje muy bonito y yo estaba allí, en
pantalones de mezclilla y una camiseta -
No estoy segura, pero cuando se dio la vuelta para darme el cambio del
dólar, ella me tomó la mano y me dijo que eso fue muy inesperado y que iba a
ser muy bendecida por lo que acababa de hacer. Me sonrió y le dije "bueno, eso espero, ¡podría utilizar
algunas bendiciones!" En ese
momento ella me dio mi cuenta total, que fue de alrededor de $6.00. Cuando
saqué mi cartera para pagarle, el joven detrás de mí dijo: - "Espere ¿Cuánto fue su total!?"
La cajera le dijo y él sacó el dinero de su cartera
¡para pagar mi cuenta! Le dije: "No,
no tiene que hacer eso - la mía es mucho más que lo que acabo de pagarle al señor."
Me dijo que no, que él quería pagar mi cuenta por lo que acababa de ver.
Todo este tiempo, me sentí
bien porque había ayudado a alguien, pero entonces, cuando él hizo eso, bueno, fue
tan inesperado y me tomó por sorpresa. Con lágrimas en los ojos, le di un
abrazo. Siempre trato de hacer pequeñas cosas cuando me es posible, pero nunca
había tenido a nadie que hiciera algo así por mí. Me quedé sin palabras. Al
caminar hacia mi coche estaba maravillada del amor de Dios que acababa de
presenciar, me preguntaba lo que la cajera debía de estar pensando sobre lo que
acababa de atestiguar frente a ella. Lloré cuando le platiqué a mi esposo
porque había sentido allí mismo, justo en ese momento, en un mundo donde pasan
tantas cosas malas, que fui testigo del amor de Dios.
Me fui a casa esa noche y
escribí en mi blog sobre eso y
desafié a cualquiera que lo leyera a que hiciera lo mismo. A hacer algo pequeño
por otra persona y ver la diferencia que hace eso en tu vida, así como en la de
ellos. Claro que mi blog sólo tiene
un par de seguidores, ¡pero tenía que
contar esta historia! Ese joven caballero no sabe lo mucho que me llegó al
corazón el que siguiera mi ejemplo. Nunca lo olvidaré. Así que, ¿por qué no hacer algo? Pagar la cuota
del coche que viene atrás en la caseta de cobro, ofrecer cubrir el artículo que
alguien que está pagando en la caja, ofrecerle agua a alguien que trabaja a la
intemperie, pagar el almuerzo de alguien - no se necesita mucho para mostrar el
amor de Dios.
Lorraine
Niemeyer
Lorraine vive en un pequeño
pueblo de Texas con el que ha sido su esposo por 16 años. Si desea ver su blog,
vaya a: http://www.inspirationawaitsyou.blogspot.com/
o no dude en enviarle en un
correo electrónico con sus opiniones sobre la historia de hoy a:
Publicada originalmente en Internet en Insight Of The Day de Bob Proctor
Adaptación al
Español: Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
Here the English version…
Pay It Forward
This story is true and it happened to me.
One day after work, I asked my husband to pull into
a local store so I could buy some cards and some gifts for our nieces. I got
into line to check out behind a man dressed in a suit. I didn't pay much
attention but then the woman in front of him started asking directions and he
politely gave her all the directions. What caught my attention is that twice he
said either God bless you or you have a blessed day. As a Christian,
I thought - how refreshing to hear. It was now his turn to check out and he just
had a gift bag and a card and tissue and some other small things, buying to
wrap someone a gift. But, it seemed he didn't have much cash on him. So he told
the cashier to check him out and he'd pay cash for part and part on a credit
card. When she checked him out he was a little less than a dollar short and
started to scan his credit card. "Stop"
I said, "Don't scan your credit card
for that dollar" and so I handed the cashier a dollar. He looked over
at me and I said "no, it's nothing -
I'm just trying to get out of debt and I hate to see anyone using a card for
anything." He thanked me and "blessed" me too.
The cashier was surprised. I'm not sure if she was
surprised because I did that or because she didn't expect me to help him or if
it was because he was in a very nice suit and I was there in jeans and a
t-shirt - I'm not sure, but when she gave the little change back from my
dollar, she held my hand and told me that that was so unexpected of me and told
me that I would be truly blessed for the act I just did. I just smiled and said
"well I hope so -I could use some
blessings!" So just then she told me my total which was around $6.00.
As I reached in my wallet to pay her, a young man behind me said - "Wait! How much was her total?"
The cashier told him and he reached in his wallet to pay for mine! I said, "No, you don't need to do that - - mine
is much more than what I just dished out to help him." He said no he
wanted to pay for mine for what he had just witnessed.
And here all along, I was feeling good by helping
someone, but then when he did that, well; it was so unexpected and took me so
by surprise. With tears in my eyes, I gave him a hug. I always try to do little
things that I can, but have never had anyone do anything like that for me. I
was speechless. As I walked to my car just amazed at God's love that had just
been shown, I wondered what the cashier must be thinking of what she just
witnessed in front of her. I cried when I told my husband because I just felt
right there, right then, in a world where there is so much going bad, I
witnessed God's love.
I went home that night and blogged about it and
challenged anyone reading it to do the same. To do something small for someone
else and see the difference it makes in your life as well as theirs. Of course
my blog only has a couple of followers, but I had to get this story out! That
young gentleman does not know how much he touched my heart by following my
example. I'll never forget it. So, why not do something? Pay a toll for the car
behind you, offer to pay for someone's item they are checking out, hand a water
to someone working on the road, pay for someone's lunch - - it doesn't take
much to show the love of God.
Lorraine Niemeyer
Lorraine lives in a little town in Texas with her
husband of 16 years. If you would like to view her blog go to:
or feel free to email her your thoughts on today's
story to:
Originally published on Insight Of The Day
from Bob Proctor