La
Enseñanza es una de las profesiones más importantes que existen, pues forman a
los futuros hombres y mujeres que deben hacer de este mundo un mejor lugar para
vivir, que magnífica y grandiosa labor, les compartimos la semblanza de un
EXTRAORDINARIO maestro, dedicado realmente a que sus alumnos amen la vida y el
aprendizaje, veamos como lo hace…
Compilado por Graciela Sepúlveda
Ron Clark nació en 1972 en un pequeño
pueblo, en Carolina del Norte, con una población de 400 habitantes. Toda su
vida quiso salir y tener aventuras y como su familia no tenía mucho dinero para
viajar nunca tuvo esa oportunidad. Estudió en la Universidad de Carolina del
Este. Se graduó y empezó a trabajar en el Dunkin 'Donuts, trabajo con el cual
pudo ahorrar $ 600 dlls., compró un boleto de ida a Londres y anduvo por toda
Europa, estaba encantado con toda esta aventura que estaba viviendo y con la
que había soñado.
Cuando llegó a Rumania, se quedó en casa de
una familia de gitanos. Lo que le daban de comer, se lo comía, pues no quería ser
irrespetuoso. Una vez le dieron de comer algo que no estaba seguro que era y resultó ser rata. Se puso muy
enfermo, tuvo una intoxicación alimentaria y como no se aliviaba y seguía cada
vez más débil regresó a su casa a Carolina del Norte donde su mamá le dijo: “¡Escúchame jovencito, estas aventuras
tienen que parar!" Y le dijo que en la escuela primaria local había
una maestra de quinto grado que había fallecido. Era una escuela difícil, por
lo que habían batallado en encontrar maestros. Y su mamá le dijo que si no iba
a hablar con la directora nunca más lo iba a apoyar financieramente. Así que en
contra de su voluntad fue a la escuela y conoció el salón que le iban a
asignar, pero al entrar y ver todo el caos que estaban haciendo los niños
reaccionó como siempre lo había hecho, cuando sentía que tenía que hacer algo,
ni siquiera se cuestionaba, lo hacía, y en ese momento tuvo la sensación de ser
llamado a enseñar en esa clase y aceptó.
A partir de entonces fue como magia y se
enamoró de la enseñanza.
Cinco años más tarde, vio un programa sobre
una escuela en Harlem donde se mostraba que los estudiantes a pesar de que eran
inteligentes tenían puntajes muy bajos debido a que la escuela no podía atraer
buenos maestros. Y en ese momento tuvo otra vez el llamado de que tenía que
hacer algo. Al día siguiente le dijo al maestro junto con el que enseñaba "me voy a enseñar en Harlem." Recogió
su coche, condujo hasta Nueva York y se alojó en el YMCA. Todos los días iba de escuela en escuela en Harlem tratando
de encontrar una como la que había visto en la televisión. Y cuando llegó a la
escuela correcta, lo supo. Le asignaron el quinto grado y el peor grupo, ya
habían pasado varios maestros que habían renunciado, sin embargo lo tomó. Antes
de empezar a dar clases, fue a conocer a cada una de las familias de los niños
de su grupo. Empezó a dar clases poniendo una serie de reglas que todos debían
seguir, una de ellas era que todos formaban una familia y debían respetarse y
ayudarse. La labor fue muy difícil, pues eran niños muy agresivos y con muchos
problemas en su familia, lo ignoraban y le hicieron ver su suerte, pero una vez
que les enseñó a estos niños sobre la vida y sobre cómo respetar a los demás y
cómo ser una familia en esa clase, el ambiente en el aula cambió totalmente.
Los niños querían estar allí, se aplaudían y se ayudaban uno al otro. Y así, el
programa comenzó a extenderse a otras aulas también. Se trataba de ser
específicos con los niños y hacerles saber sus expectativas, con todo esto y a
base de cariño y de hacerlos sentir que le importaban fue ganándose su respeto
y su cariño. Hacía las clases divertidas, creativas y enseñaba poniendo emoción
en cada uno de los temas que daba. Los apoyaba después de clases; en lugar de
irse con los demás maestros a la hora del recreo, se iba con sus alumnos para
que le enseñaran a saltar la cuerda, una vez los llevó a todos a Broadway a ver
“El Fantasma de la Ópera”, era la
primera vez que muchos de ellos salían de Harlem, pero antes los llevó a cenar,
aprovechando para enseñarles buenos modales en la mesa.
Trataba de ayudarlos a que amaran la vida y
el aprendizaje, no a que solo fueran presentadores de exámenes. En el tiempo en
que enseñó en esa escuela sus "estudiantes
de rendimiento inferior" pronto comenzaron a sobresalir, y para el
final del año, sus resultados fueron superiores a los de los "más dotados" en su distrito.
En el año 2000 Disney eligió a Ron Clark
como Maestro del Año. Cuando se enteró de que había ganado, les dijo a sus
alumnos que iba a sacar tres nombres de un sombrero y que dichos estudiantes
irían con él a Los Ángeles a recoger el premio. Pero cuando llegó el momento de
sacar los nombres, Ron les dijo, "Todos
van conmigo."
Obtuvo donativos para que sus 37 alumnos
fueran con él a Disneylandia en
California y los alojó en el Hilton.
Estuvieron durante tres días. La gente no lo podía creer, pero Ron realmente se
preocupaba por sus alumnos.
Afortunadamente Ron pudo seguir con la
educación de sus alumnos en sexto grado para seguir con su sistema educativo
que tantos resultados le estaba dando. En la graduación hubo tristeza y lágrimas,
y Ron les prometió que si todos seguían estudiando, cuando estuvieran en
onceavo (segundo de preparatoria) los llevaría en un tour por las universidades
de Carolina del Norte. Cuando todos los muchachos ingresaron a onceavo le
recordaron su promesa, y así lo hicieron, visitaron Universidades, durmieron en
los dormitorios de las mismas, les enseñó cómo hacer las solicitudes, como
encontrar ayuda financiera, etc. Muchos de ellos acuden todavía a él para
pedirle consejos sobre el trabajo o cualquier otro problema, ven en él a un
guía, a un mentor.
En 2003, Ron Clark publicó el libro "The Essential 55", que
incluye sus 55 expectativas o reglas y que se aplica tanto a los estudiantes
como a todas las personas, jóvenes y
viejos. El segundo libro de Ron, "The
Excellent 11", fue lanzado en agosto de 2004 y capturó también la
atención de los padres, educadores y estudiantes por igual.
Obviamente Ron Clark no se detuvo allí. En
2006, él fundó la Academia Ron Clark,
una escuela en el centro de la ciudad que sirve a estudiantes de toda el área
metropolitana de Atlanta. La institución de financiación privada es única por
sus métodos innovadores de enseñanza y planes de estudio basados en viajes
por todo el mundo. Cada año los estudiantes de 5° a 8° (la academia es solo
para estos grados escolares), aplican todo lo que han aprendido en clase en
aventuras por todo el mundo. Y, en el momento de la graduación, cada niño habrá
visitado seis de los siete continentes (en Estados Unidos estudian 7
continentes, pues separan Americe del Norte de América del Sur, y agregan
también la Antártica). Maestros de todo el mundo visitan la Academia para
observar los métodos innovadores, fuera de lo convencional y saber cómo lograr
el éxito del estudiante.
El libro más esperado de Ron llegó en el 2011,
"The End of Molasses Classes:
Getting Our Kids Unstuck--101 Extraordinary Solutions for Parents and
Teachers".Este New York Times Best Seller sacó a la luz 101
innovadoras y comprobadas maneras para mejorar las escuelas de los Estados Unidos
llevando a los niños a la grandeza. Una lectura obligada para todos los
profesores y los padres.
Además de sus múltiples funciones como
educador, Ron Clark es un conferencista magistral muy solicitado. Él comparte
las aventuras que ha tenido en el aula y habla de su experiencia docente en
Harlem.
Definitivamente Ron Clark es el maestro que
todos hubiéramos deseado tener, y que aunque al principio de su juventud no
sabía que iba a hacer de su vida, encontró lo que lo apasionaba y a lo que
quería dedicarse en un salón de clase al que lo enviaron a la fuerza, no cabe
duda que la vida está llena de sorpresas y ¡hay
que dejarnos sorprender! Ron Clark nos deja un mensaje de esperanza,
dedicación, pasión, innovación y de que debemos tener la actitud de que todo es
posible y así podremos alcanzar nuestras metas y sueños.
Les recomendamos mucho una película que se hizo sobre él llamada “The Ron Clark Story” vale muchísimo la pena verla, se la compartimos (Con subtítulos en Español):
El actor Matthew Perry y Ron Clark |