domingo, 2 de abril de 2017

¿Qué es lo más valioso qué tienes?... / What is the most valuable thing do you have?...

Tenemos una historia que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish story)


¡Espero que tu caja esté vacía!

Era el día dieciséis del mes 12° en la celebración de su cumpleaños 75, cuando decidió que era hora.

Después de haber estado felizmente casado, de haber criado tres hijos, y de seguir con gran éxito en el negocio familiar heredado de generaciones anteriores, este hombre, ya frágil, tenía que tomar una decisión.

Su salud no había sido buena en los últimos años y el estrés de mantener el negocio en pie estaba empezando a desgastarlo.

El reto era decidir cuál de sus hijos ocuparía su lugar.

Cada uno tenía la experiencia. Cada uno era capaz de ayudar a que siguiera creciendo en el futuro.

Pero cada uno tenía diferentes valores personales.

Cuando estaban los tres reunidos para celebrar el cumpleaños del padre, él disimuladamente se los llevó a otro lado, lejos del resto de la familia, para anunciarles su retiro.

"Padre, no puedo imaginar un día sin ti como jefe de la empresa ", dijo uno.

"Estamos seguros de que vamos a flaquear sin ti, pero te mereces un descanso", dijo otro.

"Tú eres la empresa", intervino el último.

Luego se hizo un silencio incómodo. Sin duda, la pregunta en sus mentes era: "¿Quién se quedaría su lugar?"

El anciano caminó hacia la esquina de la habitación donde había tres cajas.

"Vengan, cada uno de tome una de estas cajas. Son del mismo tamaño. El primer día del año nuevo, cuando volvamos aquí para celebrar, quiero que cada uno de ustedes traiga su caja llena de lo que crean que son los activos más valiosos de este negocio. Basándome en sus respuestas, voy a decidir quién asumirá el cargo de presidente ", dijo el padre.

Hubo muchas quejas, confusión y discusiones tan pronto como el padre salió de la habitación.

Durante los siguientes 15 días las familias y los empleados pudieron sentir un fuerte espíritu de competencia entre los hermanos. Uno de ellos llevaba la caja casi a todas partes a donde iba. Otro corría de un departamento a otro pidiendo registros e inventarios. El tercero, simplemente dejó la caja en su escritorio.

Era el primero de enero y la familia una vez más se reunió para celebrar. Después de la cena el padre llamó a sus hijos.

"Bueno, es el momento. Por favor compartan conmigo lo que han puesto en su caja", dijo el padre.
El primer hijo, ansioso por superar a los demás, se puso de pie y comenzó.

De la caja sacó el libro mayor de la empresa, diciendo: "Esto padre, es la verdadera medida de nuestro éxito. No existe una representación mejor que el balance de la empresa."

"Simple y directo", dijo el padre.

Señalando al segundo hijo, le pidió que continuara.

"¿Dónde está tu caja?" preguntó el padre.

"Está afuera, en la parte trasera del camión. La caja que me diste era muy pequeña. Hay diez de nuestros empleados  listos para traer cada uno los artículos que he reunido."

El padre se acercó a la ventana y desde esa distancia podía ver que su hijo había reunido muchas de sus posesiones personales; un barco amarrado a la espalda, colecciones de arte poco común, antigüedades y lo que parecía ser dos guardias uniformados de pie junto a una caja grande.

"¿Qué hay en la caja? " le preguntó el padre.

"Las joyas de mi esposa", respondió el hijo. “¿Quieres que ordene que las traigan?"

"¡No!, ya he visto suficiente", dijo el padre.

Con un profundo suspiro y un tono de tristeza, le dijo al último hijo, "¿Qué valores tienes para compartir?"

El hijo se puso de pie y le entregó a su padre la caja.

El anciano miró en el interior y con gran conmoción y sorpresa miró a su hijo.

"¡Está vacía!" dijo el padre-. "¿Me estás diciendo que no has encontrado nada de valor en la empresa familiar?"

"Por el contrario," dijo. "Lo que me pareció más valioso no lo podía poner en una caja, ni en la parte posterior de mil camiones, o garabateado en el balance de un libro."

La cara del padre se iluminó cuando regresaba a su silla.

"¿Cómo se mide el valor del compromiso, la calidad, la honestidad y la honradez? ¿Qué tamaño de caja podría contener la fidelidad de nuestros empleados y clientes? ¿Las organizaciones de caridad que apoyamos a través de los años caben en los camiones más grandes de nuestra flotilla? ¿Qué tan grande sería el auditorio que necesito para reunir a las familias de nuestros compañeros de trabajo que se han beneficiado con nuestra generosa paga y plan de salud? ¿Dónde puedo colocar a las empresas locales con las que nos hemos comprometido a negociar para que la comunidad en que vivimos se mantenga firme?

Por último, padre, las posesiones más valiosas que tengo son tu amor y el de mi madre, los valores familiares, tu sabiduría, compasión y el amor de Dios. Mira de nuevo dentro de esa caja. No están ahí. El resultado de todo esto está aquí, parado delante de ti."

Estaba clara la decisión que se hizo ese día.

Llegará un momento en que a cada uno de nosotros nos pedirá nuestro Padre que compartamos lo que más valoramos.

Espero que tu caja esté vacía.

Bob Perks

Bob Perks es un autor y orador inspirador. El nuevo libro de Bob “Te Deseo lo Suficiente” ha sido publicada por Thomas Nelson Publishers. Es una colección de historias basadas en sus ocho deseos expresados ​​a continuación. Disponible a través de su librería favorita o en línea. Visita:

"Te deseo lo suficiente!"
(c) 2001 Bob Perks

Te deseo suficiente sol para mantener tu actitud iluminada.
Te deseo suficiente lluvia para que aprecies mejor el sol.
Te deseo suficiente felicidad para mantener tu espíritu vivo.
Te deseo suficiente dolor para que las más pequeñas alegrías de la vida las vean mucho más grandes.
Te deseo suficientes ganancias para que puedas satisfacer tus necesidades.
Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees.
Te deseo suficientes “Holas” para que te lleven hasta el “Adiós” final.

Publicada originalmente en Internet en Insight Of The Day de Bob Proctor

Adaptación al Español: Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea


Here the English version…


I hope your box is empty!

It was on the sixteenth day of the 12th month celebrating his 75th birthday when he decided it was time.

Having been happily married, raising three boys, and continuing with great success, the family business handed down from generations before him, this now frail man had to make a decision.

His health had not been good over the past few years and the stress of keeping the business on course was beginning to wear on him.

The challenge was in deciding which one of his sons would take his place.

Each boy had the experience. Each one was capable of helping it grow in the future.

But each had different personal values.

As they gathered together to celebrate Father's birthday, he quietly pulled them aside from the rest of the family to announce his retirement.

"Father, I can't imagine a day without you as the head of the business," one said.

"We are sure to falter without you, but you deserve some rest," another said.

"You are this company," the last chimed in.

Then there was an uneasy silence. Surely the question playing on their minds was "who would take his place?"

The old man turned and walked toward the corner of the room where there were three boxes.

"Come, each of you take one of these boxes. They are of equal size. By the first day of the new year when we return here to celebrate, I want each of you to bring your box filled with what you believe to be the most valuable assets of this business. Based on your choices, I will decide who will take over as the chairman," father said.

There was much grumbling, confusion and discussion as father left the room.

During the next 15 days the families and employees could sense a strong competitive spirit between the boys. One carried the box nearly everywhere he went. Another ran from department to department asking for records and inventories. The third simply left the box at his desk.

It was January 1st and the family had once again gathered to celebrate. Right after dinner father called the boys aside.

"Well, it is time. Please share with me what you have placed in your box," father said.

The first son, eager to outdo the others, jumped to his feet and began sharing.

From the box he pulled the business ledger, saying "This father, is the true measure of our success. There is no greater representation than the bottom line."

"Simple and direct," father said.

Pointing to the second son, he asked for him to share.

"Where is your box?" father asked.

"It is outside on the back of truck. The box you gave me was much too small. I have ten of our employees out there ready to bring in each of the items I have gathered."

Father walked to the window and from that distance could see his son had gathered many of his own personal possessions; a boat hitched to the back, collections of rare art, antiques and what appeared to be two uniformed guards standing next to a large box.

"What is in the box?" fathered asked.

"My wife's jewels," the son replied. "Shall I order them to bring them in?"

"No! I have seen enough," father said.

With a deep sigh and tone of sadness, he said to the last son, "What valuables do you have to share?"

The son rose to his feet and handed his father the box.

The old man looked inside and with great shock and surprise looked up at his son.

"It's empty!" father said. "Are you telling me that you have found nothing of value in the family business?"

"To the contrary," he said. "What I found most valuable I could not place in a box, on the back of a thousand trucks, or scribbled on the bottom line of a ledger."

Father's face lit up as he returned to his chair.

“How does one measure the value of commitment, quality, honesty, and trustworthiness? What size box would hold the loyalty of our employees and customers? Would the charities we supported through the years fit into the largest trucks in our fleet? How big of an auditorium would I need to gather the families of our coworkers who have benefited from our generous pay and health plan? Where would I place the local companies we have committed to deal with so that the community we live in stays strong?

Finally, father, the most valuable possessions I personally hold are the love of you and mother, family values, your wisdom, compassion and love of God. Look again inside that box. They are not there. The result of all of that is here standing before you."

It was clear what decision was made that day.

There will come a time when each of us will be asked by our Father to share what we value most.

I hope your box is empty.

Bob Perks

Bob Perks is an inspirational author and speaker. Bob's new book I Wish You Enough has been published by Thomas Nelson Publishers. A collection of stories based on his Eight Wishes expressed below. Available through your favorite bookstore or online. Visit www.BobPerks.com

"I Wish You Enough!"
(c) 2001 Bob Perks

I wish you enough sun to keep your attitude bright.
I wish you enough rain to appreciate the sun more.
I wish you enough happiness to keep your spirit alive.
I wish you enough pain so that the smallest joys in life appear much bigger.
I wish you enough gain to satisfy your wanting.
I wish you enough loss to appreciate all that you possess.
I wish you enough "Hello's" to get you through the final "Goodbye."

Originally published on Insight Of The Day from Bob Proctor