sábado, 28 de octubre de 2017

Locura de Maniquís


Compilado por Graciela Sepúlveda

Judi Henderson simpre había querido ser una emprendedora, pero no se animaba, después de trabajar en una empresa por 10 años, de tratar de emprender un negocio sin buenos resultados, y nuevamente trabajar para otra compañía, por fin le llegó su momento, a los 43 años, cuando y donde menos se lo esperaba, y ahora, tiene un negocio propio, muy rentable, creativo y entretenido, veamos cómo logró Judi lo que tanto había deseado…

Judi Henderson nació en Brownsville, Tennesse, Estados Unidos, en 1957. Se graduó en la Universidad del Sur de California y empezó a trabajar en la empresa Johnson y Johnson como representante de marketing, pero, aunque le gustaban el sueldo y los beneficios que le daban en este trabajo,  se sentía como sofocada pues quería algo más creativo, así estuvo por 10 años. Entonces decidió lanzarse como emprendedora e inició una agencia representando fotógrafos comerciales, sin embargo, no obtuvo las ganancias necesarias para seguir sosteniendo la agencia y regresó a la “seguridad” de un empleo corporativo como representante de marketing ahora en United Airlines. Judi trabajó ahí 10 años más, hasta que empezó a trabajar en una pequeña empresa de las que se llaman “dot-com” y cuya operación está basada principalmente en trabajar con el internet. Mientras trabajaba en esta compañía la mayoría de sus compañeros de trabajo eran hombres y menores que ella, era una compañía pequeña de 35 empleados, en comparación con las anteriores en las que había trabajado, así que aquí Judi podía ver a los que tomaban las decisiones clave de muy cerca. Esto le permitió tener una nueva perspectiva en cuanto a ser el propietario de tu propio negocio. Como había fallado en su intento  de iniciar una empresa anteriormente, pensó que ella era un fracaso en los negocios, en lugar de ver que fue el negocio el que falló. Los hombres con los que trabajó Judi también habían tenido negocios fallidos anteriormente, pero todavía sentían una gran confianza en sus habilidades, ellos solo lo veían como parte del proceso de aprendizaje. No se castigaban como ella lo hacía, y después de observar que ellos no eran más listos que ella, eso le dio a Judi la confianza de querer ser una emprendedora nuevamente.

Así pasaba la vida de Judi, queriendo hacer algo más creativo, ¿pero qué?...

Un día del 2000 Judi estaba buscando por internet boletos para un concierto de Tina Turner cuando vio un anuncio de la venta de un maniquí, le llamó mucho la atención porque ella quería uno para ponerlo de adorno en su jardín, así que se puso en contacto y pasó a recogerlo, ahí descubrió que el dueño tenía 50 maniquíes más que quería vender, pues tenía un negocio de renta de maniquíes. Cuando el vendedor mencionó que se estaba mudando a otro estado y que ya no iba a haber nadie que rentara maniquís en San Francisco, Judi impulsivamente compró todo el inventario.

A pesar de que nunca había tocado un maniquí antes o trabajado en el comercio minorista, pensó que dirigir un negocio de renta de maniquís sería un hobby divertido para hacer algo de dinero adicional. Judi nunca lo había previsto como un trabajo de tiempo completo pues ella continuaba trabajando en dot-com. Así que trabajaba en el negocio de renta de maniquís medio tiempo, veía a los clientes en las tardes o fines de semana. Entonces ocurrió la tragedia del 11 de septiembre y dos meses después su trabajo de dot-com cerró. A pesar de que su negocio de maniquíes todavía estaba en su infancia y no era capaz de sostenerla financieramente, perder su trabajo fue el empujón que necesitaba para dedicarse a su negocio de maniquís tiempo completo. Su familia pensó que estaba loca, por eso fue que nombró a su negocio “Locura de Maniquís”( Mannequin Madness).

Desde entonces, Judi ha pasado la mayor parte de sus horas de trabajo vendiendo y rentando piezas de todo tipo - manos, cabezas, pies, piernas y torsos - sin hablar de los cuerpos completos de hombres, mujeres y niños. El primer reto fue encontrar más inventario. Entonces le preguntó a grandes almacenes si le podían dar o vender sus maniquíes usados cuando cerraran o remodelaran sus tiendas y tuvieran maniquíes que desechar. Y así Judi podía esencialmente "reciclar" mediante la venta a tiendas más pequeñas minoristas, vendedores de eBay o cualquier persona que tuviera interés en un maniquí. Fue un buen negocio para los minoristas, que a menudo tenían que pagar una cuota grande para deshacerse de las formas voluminosas y no biodegradables.

La primera tienda que trabajó con Judi fue Sears, que le envió cientos de maniquíes usados. Ella seguía trabajando desde su casa y tenía ¡500 maniquíes! en su sótano, en su patio trasero y en su garaje.  Nordstrom, Ralph Lauren y Kohl’s también contactaron a Judi para reciclar sus maniquíes con ella. En 2003, ganó un premio de la Agencia de Protección Ambiental por el reciclaje de más de 100,000 libras de maniquíes en un año. Ella también ganó un subsidio en tecnología de $100,000 dólares por Intel Corporation, superando a otras 2,500 empresas. En 2005, el banco Wells Fargo la eligió para su Premio Haciendo Historia Viva, y que se otorga cada año a un afroamericano dueño de algún negocio.

Hace unos siete años, Judi se cambió a un almacén de 1,300 metros cuadrados. "Regresamos de unas largas vacaciones y nos encontramos una nota de las autoridades municipales porque teníamos cajas grandes, tipo ataúdes, de inventario que bajaban por el camino de entrada fuera de nuestra casa” platica Judi. "A veces se necesita un empujón". Judi tenía miedo de tomar el compromiso de firmar un contrato de arrendamiento en un edificio, pero ahora estaba forzada a mudarse.

Y qué bueno que le dieron el empujón, pues gracias a este espacio más grande pudo permitirse intensificar su negocio. Decidió convertirse en “la proveedora” de maniquíes, creó una red de cerca de 40 proveedores de maniquíes independientes en todo el país. Al igual que con la cadena de flores que se venden en muchas ciudades, ella sirve como una corredora, que conecta a los minoristas que deseen reciclar o comprar maniquíes con los pequeños proveedores en una gran variedad de las principales ciudades de Estados Unidos, Canadá y Europa. Judi también vende maniquíes nuevos adicionalmente a los usados. En el 2016 se mudó a un almacén más grande, lo doble del anterior. Ahora tiene 5 empleados y 5 contratistas independientes. Judi manejaba el negocio con su esposo, pero se divorciaron hace algunos años y ahora ella es la única dueña del negocio.

Además de tiendas que le compran o rentan maniquíes, Judi también tiene una serie de clientes muy diferentes, por ejemplo, abogados que compran maniquíes para demostrar a los jurados cómo una víctima recibió un disparo o una puñalada, o compañías de cine y museos que los necesitan para fines de exhibición. Uno de los clientes compró una chaqueta de Elton John en una subasta y quería la parte superior del torso de un maniquí para poder mostrar la chaqueta en su comedor. También les vende a los empresarios de ropa que venden sus productos en eBay o Etsy y quieren mostrar la ropa en fotografías. Judi también renta su almacén a fotógrafos o cineastas para sus sesiones fotográficas o proyectos cinematográficos.

A Judi le gustaría que las tiendas les pagaran por llevarse los maniquíes así como pagan porque se lleven la basura. Con el movimiento de hoy hacia la prohibición de las bolsas de plástico, llegará un momento en que no se puedan tirar los maniquíes.

"Nuestro objetivo es ser un negocio de un millón de dólares y ya está cerca, sin embargo, los ingresos y la rentabilidad no siempre son los mismos. Trabajar en nuestro crecimiento es la clave”, comenta Judi. Y disfrutar lo que haces, “Llego a trabajar con muy diferentes tipos de personas interesantes y creativas” comenta Judi.

Sin duda Judi es una persona de éxito que vio una oportunidad que se le presentó y la aprovechó, supo sacarla adelante de manera divertida y creativa. Quiero compartirles algunos consejos que le han servido para salir adelante como emprendedora: uno es nunca dejar de prepararse, de tomar diferentes clases y cursos que siempre te servirán de base para un futuro, otro consejo que ofrece es el valor que tiene salirte de tu zona de confort, cuando sales y buscas personas y organizaciones fuera de tu mundo normal, descubrirás oportunidades y recursos que de otra manera no se hubieran cruzado en tu camino. Judi también dice que las competencias en el negocio son una gran herramienta, ya que lo que se necesita para participar es como si hicieras tu plan de negocios, por lo que te obliga a hacerte un montón de preguntas y búsquedas profundas, de esta manera puedes evaluar tu negocio de una manera diferente, incluso si no ganas. Judi entra al menos a dos concursos cada año y normalmente gana uno. Algunas veces el premio es dinero en efectivo, otras es un reconocimiento el cual actúa como publicidad gratis.

Judi Henderson-Townsend, una mujer exitosa y emprendedora que supo hacer negocio donde tal vez otros nunca lo hubieran visto, y nos demuestra que en cuestión de negocios nada está escrito, puedes hacer lo que quieras y lograr el éxito de muchas y muy diferentes maneras, lo único que necesitas es un sueño y muchas ganas de lograrlo luchando y perseverando.

Puedes visitar la tienda de Judi en: