Compilado
por Graciela Sepúlveda
Judi Henderson simpre
había querido ser una emprendedora, pero no se animaba, después de trabajar en
una empresa por 10 años, de tratar de emprender un negocio sin buenos
resultados, y nuevamente trabajar para otra compañía, por fin le llegó su
momento, a los 43 años, cuando y donde menos se lo esperaba, y ahora, tiene un
negocio propio, muy rentable, creativo y entretenido, veamos cómo logró Judi lo
que tanto había deseado…
Judi
Henderson nació en Brownsville, Tennesse, Estados Unidos, en 1957. Se graduó en
la Universidad del Sur de California y empezó a trabajar en la empresa Johnson
y Johnson como representante de marketing, pero, aunque le gustaban el sueldo y
los beneficios que le daban en este trabajo,
se sentía como sofocada pues quería algo más creativo, así estuvo por 10
años. Entonces decidió lanzarse como emprendedora e inició una agencia
representando fotógrafos comerciales, sin embargo, no obtuvo las ganancias
necesarias para seguir sosteniendo la agencia y regresó a la “seguridad” de un empleo corporativo
como representante de marketing ahora en United Airlines. Judi trabajó ahí 10
años más, hasta que empezó a trabajar en una pequeña empresa de las que se
llaman “dot-com” y cuya operación está basada principalmente en trabajar con el
internet. Mientras trabajaba en esta compañía la mayoría de sus compañeros de
trabajo eran hombres y menores que ella, era una compañía pequeña de 35
empleados, en comparación con las anteriores en las que había trabajado, así
que aquí Judi podía ver a los que tomaban las decisiones clave de muy cerca.
Esto le permitió tener una nueva perspectiva en cuanto a ser el propietario de
tu propio negocio. Como había fallado en su intento de iniciar una empresa anteriormente, pensó
que ella era un fracaso en los negocios, en lugar de ver que fue el negocio el
que falló. Los hombres con los que trabajó Judi también habían tenido negocios
fallidos anteriormente, pero todavía sentían una gran confianza en sus
habilidades, ellos solo lo veían como parte del proceso de aprendizaje. No se
castigaban como ella lo hacía, y después de observar que ellos no eran más
listos que ella, eso le dio a Judi la confianza de querer ser una emprendedora
nuevamente.
Así
pasaba la vida de Judi, queriendo hacer algo más creativo, ¿pero qué?...
Un
día del 2000 Judi estaba buscando por internet boletos para un concierto de
Tina Turner cuando vio un anuncio de la venta de un maniquí, le llamó mucho la
atención porque ella quería uno para ponerlo de adorno en su jardín, así que se
puso en contacto y pasó a recogerlo, ahí descubrió que el dueño tenía 50
maniquíes más que quería vender, pues tenía un negocio de renta de maniquíes.
Cuando el vendedor mencionó que se estaba mudando a otro estado y que ya no iba
a haber nadie que rentara maniquís en San Francisco, Judi impulsivamente compró
todo el inventario.
A
pesar de que nunca había tocado un maniquí antes o trabajado en el comercio
minorista, pensó que dirigir un negocio de renta de maniquís sería un hobby
divertido para hacer algo de dinero adicional. Judi nunca lo había previsto
como un trabajo de tiempo completo pues ella continuaba trabajando en dot-com.
Así que trabajaba en el negocio de renta de maniquís medio tiempo, veía a los
clientes en las tardes o fines de semana. Entonces ocurrió la tragedia del 11
de septiembre y dos meses después su trabajo de dot-com cerró. A pesar de que
su negocio de maniquíes todavía estaba en su infancia y no era capaz de
sostenerla financieramente, perder su trabajo fue el empujón que necesitaba
para dedicarse a su negocio de maniquís tiempo completo. Su familia pensó que
estaba loca, por eso fue que nombró a su negocio “Locura de Maniquís”(
Mannequin Madness).
Desde
entonces, Judi ha pasado la mayor parte de sus horas de trabajo vendiendo y
rentando piezas de todo tipo - manos, cabezas, pies, piernas y torsos - sin
hablar de los cuerpos completos de hombres, mujeres y niños. El primer reto fue
encontrar más inventario. Entonces le preguntó a grandes almacenes si le podían
dar o vender sus maniquíes usados cuando cerraran o remodelaran sus tiendas y
tuvieran maniquíes que desechar. Y así Judi podía esencialmente "reciclar" mediante la venta a
tiendas más pequeñas minoristas, vendedores de eBay o cualquier persona que
tuviera interés en un maniquí. Fue un buen negocio para los minoristas, que a
menudo tenían que pagar una cuota grande para deshacerse de las formas
voluminosas y no biodegradables.
La
primera tienda que trabajó con Judi fue Sears, que le envió cientos de
maniquíes usados. Ella seguía trabajando desde su casa y tenía ¡500 maniquíes!
en su sótano, en su patio trasero y en su garaje. Nordstrom, Ralph Lauren y Kohl’s también
contactaron a Judi para reciclar sus maniquíes con ella. En 2003, ganó un
premio de la Agencia de Protección
Ambiental por el reciclaje de más de 100,000 libras de maniquíes en un año.
Ella también ganó un subsidio en tecnología de $100,000 dólares por Intel
Corporation, superando a otras 2,500 empresas. En 2005, el banco Wells Fargo la
eligió para su Premio Haciendo Historia
Viva, y que se otorga cada año a un afroamericano dueño de algún negocio.
Hace
unos siete años, Judi se cambió a un almacén de 1,300 metros cuadrados. "Regresamos de unas largas vacaciones y
nos encontramos una nota de las autoridades municipales porque teníamos cajas
grandes, tipo ataúdes, de inventario que bajaban por el camino de entrada fuera
de nuestra casa” platica Judi. "A
veces se necesita un empujón". Judi tenía miedo de tomar el compromiso
de firmar un contrato de arrendamiento en un edificio, pero ahora estaba
forzada a mudarse.
Y
qué bueno que le dieron el empujón, pues gracias a este espacio más grande pudo
permitirse intensificar su negocio. Decidió convertirse en “la proveedora” de maniquíes, creó una
red de cerca de 40 proveedores de maniquíes independientes en todo el país. Al
igual que con la cadena de flores que se venden en muchas ciudades, ella sirve
como una corredora, que conecta a los minoristas que deseen reciclar o comprar
maniquíes con los pequeños proveedores en una gran variedad de las principales
ciudades de Estados Unidos, Canadá y Europa. Judi también vende maniquíes
nuevos adicionalmente a los usados. En el 2016 se mudó a un almacén más grande,
lo doble del anterior. Ahora tiene 5 empleados y 5 contratistas independientes.
Judi manejaba el negocio con su esposo, pero se divorciaron hace algunos años y
ahora ella es la única dueña del negocio.
Además
de tiendas que le compran o rentan maniquíes, Judi también tiene una serie de
clientes muy diferentes, por ejemplo, abogados que compran maniquíes para
demostrar a los jurados cómo una víctima recibió un disparo o una puñalada, o
compañías de cine y museos que los necesitan para fines de exhibición. Uno de
los clientes compró una chaqueta de Elton John en una subasta y quería la parte
superior del torso de un maniquí para poder mostrar la chaqueta en su comedor.
También les vende a los empresarios de ropa que venden sus productos en eBay o
Etsy y quieren mostrar la ropa en fotografías. Judi también renta su almacén a
fotógrafos o cineastas para sus sesiones fotográficas o proyectos
cinematográficos.
A
Judi le gustaría que las tiendas les pagaran por llevarse los maniquíes así
como pagan porque se lleven la basura. Con el movimiento de hoy hacia la
prohibición de las bolsas de plástico, llegará un momento en que no se puedan
tirar los maniquíes.
"Nuestro objetivo
es ser un negocio de un millón de dólares y ya está cerca, sin embargo, los
ingresos y la rentabilidad no siempre son los mismos. Trabajar en nuestro
crecimiento es la clave”,
comenta Judi. Y disfrutar lo que haces, “Llego
a trabajar con muy diferentes tipos de personas interesantes y creativas” comenta
Judi.
Sin
duda Judi es una persona de éxito que vio una oportunidad que se le presentó y
la aprovechó, supo sacarla adelante de manera divertida y creativa. Quiero compartirles
algunos consejos que le han servido para salir adelante como emprendedora: uno es nunca dejar de prepararse, de
tomar diferentes clases y cursos que siempre te servirán de base para un
futuro, otro consejo que ofrece es
el valor que tiene salirte de tu zona de confort, cuando sales y buscas
personas y organizaciones fuera de tu mundo normal, descubrirás oportunidades y
recursos que de otra manera no se hubieran cruzado en tu camino. Judi también
dice que las competencias en el negocio son una gran herramienta, ya que lo que
se necesita para participar es como si hicieras tu plan de negocios, por lo que
te obliga a hacerte un montón de preguntas y búsquedas profundas, de esta
manera puedes evaluar tu negocio de una manera diferente, incluso si no ganas.
Judi entra al menos a dos concursos cada año y normalmente gana uno. Algunas
veces el premio es dinero en efectivo, otras es un reconocimiento el cual actúa
como publicidad gratis.
Judi Henderson-Townsend,
una mujer exitosa y emprendedora que supo hacer negocio donde tal vez otros
nunca lo hubieran visto, y nos demuestra que en cuestión de negocios nada está
escrito, puedes hacer lo que quieras y lograr el éxito de muchas y muy
diferentes maneras, lo único que necesitas es un sueño y muchas ganas de
lograrlo luchando y perseverando.
Puedes
visitar la tienda de Judi en: