sábado, 28 de julio de 2018

No estamos solos…


Compilado por Graciela Sepúlveda

En los siete años que llevo compartiendo cada sábado estas semblanzas, ninguna me había conmovido e inquietado tanto como esta que hoy les comparto; en toda la investigación que hice me enteré de cosas muy fuertes y tremendas, sin embargo, gracias a la Hermana Consuelo Morales se ve un rayo de luz y esperanza para tantas familias destrozadas por la ausencia de algún ser querido desaparecido, mi respeto y admiración por todo el valor y coraje que cada día muestra este valioso ser humano…

Consuelo Morales Elizondo nació en Monterrey, Nuevo León, México, en 1948, es la mayor de dos hermanos, y desde muy pequeña se veía en ella el interés por ayudar a otras personas, además, desde su primera infancia, dice que se ponía una toalla en la cabeza y jugaba a ser religiosa que daba clases, cantaba y cuidaba a los muñecos, además de que rezaba por esto y por aquello. Durante los años sesenta, cuando Consuelo era una jovencita, su madre le regalaba joyas, autos, la ropa elegante que otras chicas querían, todo con la intención de borrarle la idea de ser monja, sin embargo, al regresar de un intercambio en Canadá a donde fue a estudiar inglés, decidió entrar a una congregación regiomontana. Tenía 21 años.

Después de esto se fue durante 7 años a Veracruz y a otros estados, donde trabajó con comunidades indígenas y campesinas. Todo esto confirmó su vocación de servicio, sin embargo, luego de estos 7 años decidió salir de la comunidad religiosa, pues buscaba otro tipo de compromiso social. Esta búsqueda la llevó a la Ciudad de México en donde estuvo trabajando algunos años con niñas abandonadas en la Casa Hogar IMAN, que ahora es Casa Hogar para Niñas DIF. Y estando en México aprovechó para estudiar la carrera de Trabajo Social en la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga.

Unos años después Consuelo conoció la Congregación de Notre Dame, Canónigas de San Agustín, a la cual ingresó, pues se identificó plenamente por sus ideales de búsqueda de justicia.

En 1993, ya dentro de esta comunidad y a sus 45 años, regresó a Monterrey, su ciudad natal, la cual encontró plagada de abusos pero sin la protección de alguna organización de Derechos Humanos, por lo que fundó CADHAC, Ciudadanos en Apoyo de Derechos Humanos A.C. CADHAC trabaja principalmente los temas de violaciones a derechos humanos en los centros penitenciarios de Nuevo León, tortura, los abusos policíacos y de autoridad, temas de violencia contra la mujer, abusos a menores, entre otros y desde el 2009 la Hna. Consuelo Morales y CADHAC hacen un importante trabajo en la problemática de personas desaparecidas.

La Hna. Consuelo y su asociación han servido de puente entre los familiares de las víctimas y la autoridad, porque las más de las veces ésta última no les hacía caso o se tardaba mucho en los procesos. Cuando fue mucha la demanda y la Hna. Consuelo no se daba abasto para ayudar en todos los casos, aparecieron mujeres dispuestas a ser voluntarias en todo lo que se necesitara, los familiares de las víctimas son brazos de la Hna. Consuelo, y ante la falta de financiamiento para tener colaboradores pagados, son ellas las que toman datos, llevan documentos al Ministerio Público, organizan reuniones de análisis, etc.

La Hna. Consuelo brinda apoyo y palabras que sostienen a las madres y esposas en su gran dolor de no saber dónde se encuentran sus seres queridos, y no solo palabras, sino que las guía para que sepan a donde ir, donde buscar, que hacer, ahí tienen un lugar donde llorar, donde gritar, donde enojarse, donde pelear sin ser juzgadas.

CADHAC ha ido elaborando instrumentos legales que ayudan a las familias, por ejemplo en marzo de 2014 se inauguró la oficina del Grupo Especial de Búsqueda Inmediata (GEBI) que investiga el paradero de personas en las primeras 72 horas de haber ocurrido la desaparición. Las denuncias se pueden hacer las 24 horas, los 365 días del año. Gracias a esto el 88% de las personas que se reportan como extraviadas han sido encontradas, y el 97% de éstas han sido halladas con vida.

Del 2011 al 2015 pudieron hacer un buen trabajo con la Procuraduría donde los familiares le apostaron a la legalidad, rompieron la desconfianza y se pudo hacer un trabajo serio.

Lo que la Hna. Consuelo ha hecho es tratar de proporcionar una ayuda integral con muchos voluntarios. El área jurídica cumple su misión en la revisión de expedientes, hablar con el ministerio público, etc. la parte legislativa trata de ver qué instrumentos legislativos se requieren para ir avanzando en este camino, el área de educación y psicosocial, organiza cada miércoles reuniones con la familia y el área de psicología atiende a los chiquitos y chiquitas que son familiares de personas desaparecidas.

Una mujer con un familiar desaparecido comenta que “ésta fue la primera oficina en la que vi a todo mundo trabajando. Uno llega con las autoridades cargando su dolor y los empleados siguen a carcajada batiente”.

En las reuniones que se llevan a cabo en CADHAC todos exponen brevemente las novedades de sus casos bajo la tutela de Consuelo. Hay dolor y preocupación. También cansancio. Pero por encima, hay solidaridad. Esa que no encuentran en las instancias oficiales. Continuamente, Consuelo les da ánimos “Recuerden que no estamos solos” siempre les dice.

El trabajo riguroso que Consuelo realiza claro que la ha convertido en una figura incómoda. Ni siquiera cuando los más conservadores han gobernado en Nuevo León ha causado simpatía. Consuelo y sus colaboradores coinciden en que de 1997 a 2003 ha sido el período en el que más hostigamiento ha sufrido. Una mañana, en la puerta de la organización, aparecieron gatos descabezados y mensajes intimidatorios. Siguieron las amenazas telefónicas. La presencia de hombres sospechosos mañana, tarde y noche. Eran las épocas en que CADHAC documentaba las torturas y vejaciones que sufrían los presos de Nuevo León.

A la intimidación, siguió el cerco de las élites financieras. Un grupo de grandes empresarios envió al entonces Cardenal Adolfo Suárez Rivera una serie de informes que concluían que Consuelo era un peligro e incluso sugerían encarcelarla. El cardenal respondió a estos hombres: “He leído con detenimiento lo que me han mandado y no tengo nada qué decir. Si quieren meter a Consuelo a la cárcel, adelante. Pero si la tocan a ella, me tocan a mí”.

En los últimos meses de 2008, Consuelo sufrió actos de intimidación por la protección de áreas naturales protegidas y por la defensa de tierras en municipios campesinos. Aquel año, Amnistía Internacional pidió a activistas de todo el mundo que enviaran cartas al entonces gobernador para comprometerlo a garantizar la seguridad de la hermana. Se enviaron 3 mil cartas y Consuelo recibió copia de cada una. Con ellas tapizó las paredes de la organización en la Navidad.

El poder se ha dado cuenta que ir contra Consuelo es darse contra la pared. Aun así, todavía hay quien lo intenta. Sin embargo, cuando se tiene una misión tan clara, se pasa incluso por encima del miedo para lograrla y se sigue luchando porque prevalezca la justicia.

La Hna. Consuelo ha sido distinguida con varios premios muy importantes, entre ellos, en 2010 el Premio Nacional por la Igualdad y contra la discriminación que otorga el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred); en 2011 por su remarcable contribución al movimiento de derechos humanos fue distinguida con el reconocimiento Alison Des Forges al Activismo Extraordinario que otorga Human Rights Watch. En diciembre del 2014 recibió la Medalla al Mérito Cívico “Presea Estado de Nuevo León”, máximo reconocimiento que otorga Nuevo León. En febrero de 2015 recibió el Premio Franco Alemán de Derechos Humanos “Gilberto Bosques”, que otorgan las embajadas de Alemania y Francia en México. Además recibió una medalla por parte del Senado francés en mayo del 2015. Y también en el 2015 recibió el Premio Nacional de Derecho Humanos, que otorga la Comisión Nacional de Derechos Humanos en México. En diciembre de 2015 el Embajador de Canadá en México reconoció su labor de Derechos Humanos y se comprometió a seguir trabajando en dichas causas sociales.

En 2015 la Hna. Consuelo aparece en el documental “Lo Que Reina en las Sombras”, del director Bernardo Ruíz como una de las tres historias que relatan el impacto de la violencia derivada de la “guerra contra el narcotráfico” en el norte de México.

Me faltó mucho que decir de la Hna. Consuelo, quien hace honor a su nombre y es un verdadero consuelo para todas las personas que han sufrido injusticias, abuso de poder, vejaciones, maltrato, violencia, secuestro, etc. y que gracias a ese consuelo que ofrece las personas pueden recuperar un poco de paz en su vida, gracias a ella, los familiares, las autoridades y CADHAC han abierto caminos de esperanza. Gracias Hna. Consuelo por su entrega desinteresada e incondicional, y que sigan los éxitos en todos los casos del CADHAC.