sábado, 10 de octubre de 2015

Tocando puertas…


Compilado por Graciela Sepúlveda

Esta semana acudí a una merienda, y yo veía como se pasaban unas a otras unos catálogos, la curiosidad me ganó y tomé uno de ellos, era de Avon, rápidamente vino a mi mente el anuncio que pasaban y pasaban en mi infancia “Avon llama” y el típico sonido del timbre con la señora elegante con guantes tocándolo, lo hojee y me sorprendió toda la gama de productos que manejan, no lo podía creer, ropa, artículos de cocina, cosméticos, joyas, perfumes, zapatos, etc. y pensar que todo lo inició David McConnell vendiendo libros…

David Hall McConnell nació en Oswego, Nueva York, el 18 de julio de 1858, sus padres llegaron desde Irlanda a Estados Unidos en 1845, y se dedicaron a la agricultura y a la fabricación de ladrillos.

Al ser criado en una granja, David asistió a la escuela del distrito y posteriormente a la Escuela Normal del Estado de Oswego pues tenía la intención de convertirse en profesor de matemáticas, pero en su lugar entró a la vida de los negocios a la edad de dieciséis años. David comenzó a vender libros de puerta en puerta, pero muchas veces no era bien recibido, así que ideó un plan que cambiaría su destino, recurrió al truco de ofrecer un regalo introductorio a cambio de que le permitieran dar a conocer su argumento de venta de los libros. Pensó que un pequeño frasquito de perfume sería la entrada perfecta, y así, él mismo hizo la mezcla logrando un aroma original con la ayuda de un farmacéutico local. Muy pronto se dio cuenta de que las mujeres estaban encantadas con su perfume y eran indiferentes a los libros.

David Hall McConnell
Por lo tanto, abandonó los libros y organizó la “California Perfume Company” con sede en Nueva York. El enfoque de puerta a puerta parecía hecho a la medida para los cosméticos, sobre todo en zonas rurales, donde las amas de casa se transportaban en coches tirados por caballos, por lo que era muy difícil el traslado y tenían poco acceso a buenas tiendas.

También se dio cuenta de que muchas de ellas luchaban para ganarse la vida y reconoció en muchas de ellas a vendedoras que podían relacionarse fácilmente con otras mujeres y que podrían comercializar los productos de su nueva compañía: perfumes.

La empresa prosperó y David decidió comenzar a formar su propia fuerza de ventas, reclutando así a la primera Representante “Avon” de la historia, la señora Florence Albee de Winchester, New Hampshire, una viuda de 50 años quien viajaba en tren, a caballo y a pie para vender Avon y reclutar a otras agentes, y que un día le escribió al Sr. McConnell: "No sé de ningún tipo de trabajo tan lucrativo, agradable y satisfactorio como este." La legendaria Sra. Albee todavía se considera un modelo a seguir para las Representantes Avon hoy en día y se le atribuye la creación del sistema de distribución de los productos de la empresa.

Persis Foster Eames Albee
En 1887, David McConnell tenía doce mujeres empleadas que vendían una línea de dieciocho fragancias. Y los números siguieron creciendo y creciendo. En 1926 se publicó el primer catálogo con fotografías a tamaño natural de los productos.

En 1928, McConell lanzó una nueva línea de productos llamada Avon, nombre que tomó de la ciudad inglesa de Starford upon Avon. Los productos tuvieron tanta aceptación que, en 1939, decidió cambiar el nombre de la compañía por el de Avon Product, Inc.

David no sólo le proporcionó a la señora Albee y a las demás Representantes una oportunidad de ganancias cuando las opciones de empleo para las mujeres eran muy limitadas, también fomentó un ambiente de apoyo, así como un ambiente familiar. (El boletín de la empresa incluso fue llamado el “Álbum Familar”) En una de sus cartas regulares a las Representantes escribió: "Todo éxito radica en uno mismo y no en las condiciones externas. ... Las desgracias son sólo una disciplina, y traen las posibilidades que a menudo nos despiertan el poder y la fuerza que poseemos, y que tal vez de otro modo nunca hubiéramos reconocido”. No es de extrañar que las filas de Representantes se elevaran a 5,000 en tan sólo 13 años.

Para David, el producto y la gente eran todo para la empresa, y se dedicó a asegurar que los dos fueran exitosos. Además de inspirar a las Representantes, David también quería animar a los empleados de la empresa con el mismo espíritu positivo. Un siglo antes de que se convirtiera en rigor que las empresas instituyeran programas de incentivos para empleados y contrataran hordas de consultores para asegurarse de que los empleados estuvieran contentos, motivados y fueran productivos, David McConnell supo cómo hacerlo. El líder motivacional creó un conjunto de principios que siguen siendo el corazón y el espíritu de Avon hasta hoy. Ellos incluyen:

Proporcionar una oportunidad de ganancias para que las personas puedan alcanzar la independencia financiera y disfrutar de todo lo que viene con semejante logro.
Reconocer las contribuciones únicas de cada uno.
Retribuir a las comunidades con servicios de Avon.
Ofrecer los productos de más alta calidad con una garantía de satisfacción.
Mantener y apreciar el "espíritu amistoso de Avon".
David McConnell creía firmemente en el potencial de las personas, y que en ese potencial estaba el poder de la posibilidad y, finalmente, del éxito:

"Si nos detenemos y miramos el pasado y luego hacia el futuro, podemos ver que las posibilidades están creciendo más y más cada día; que apenas estamos empezando a obtener los resultados apropiados en el campo que tenemos ante nosotros”. David H. McConnell

Y tenía mucha razón, Avon es la mayor empresa del mundo en los sectores de cuidado de la piel anti edad, fragancias y maquillaje, y sus ventas sobrepasan los ocho mil millones de dólares anuales. La revista Fortune la menciona entre las empresas líderes y sus acciones se cotizan en los principales mercados bursátiles del mundo. Cuenta con más de cinco millones de representantes a nivel mundial. Gracias a su método sencillo y probado para alcanzar el éxito económico, constituye una oportunidad única para Representantes de más de 100 países.

Además de dedicarse a su empresa, David McConnell también tuvo algunos cargos en el área de educación, por ejemplo, por diferentes períodos fue superintendente de escuelas en Suffern; también presidente de la Junta de Educación de Suffern, y fue el tesorero del comité republicano del condado de Rockland. Y durante la Primera Guerra Mundial fue presidente de varios Clubs en Nueva York.

Hoy, a pesar de las decenas de caros y prestigiosos cosméticos de marcas estadounidenses y extranjeras, Avon sigue ocupando un muy buen lugar en ventas a nivel internacional, con Representantes Avon sigue tocando los timbres en muchos países del mundo.


Sin duda David McConnell fue un hombre de éxito, que supo ver la oportunidad en otra área diferente de la que inició, si se hubiera dado por vencido de que las señoras no estaban interesadas en los libros otra cosa hubiera sido, y el idear una forma de atraer la atención fue lo que finalmente lo llevó al éxito, y no solo a él, sino a millones de mujeres en todo el mundo, preocupándose por su bienestar, prosperidad y realización, estoy segura de que esto fue una parte muy importante de su éxito, pues sabemos que todo lo que damos se nos regresa al ciento por uno y más.

Graciela Sepúlveda

  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario