sábado, 28 de abril de 2012

¿Quieres algo? Trabaja por ello… / You want something? Therefore work for it…


“El trabajo duro lo ha hecho fácil. Ese es mi secreto. Esa es la razón por la que gano.”

“Hard work has made it easy. That is my secret. That is why I win.”


Nadia Elena Comăneci (Oneşti, Rumania, 12 de noviembre de 1961) es una ex gimnasta rumana, (actualmente con doble nacionalidad rumana - estadounidense), ganadora de nueve medallas olímpicas de las que cinco son de oro. Fue la primera en lograr una puntuación perfecta, 10 en asimetricas, en una competencia olímpica. Es considerada una de las más grandes gimnastas del siglo XX y se halla por derecho propio entre las mejores gimnastas de todos los tiempos.

Nadia Elena Comăneci (born November 12, 1961) is a Romanian gymnast, winner of three Olympic gold medals at the 1976 Summer Olympics in Montreal and the first female gymnast ever to be awarded a perfect score of 10 in an Olympic gymnastic event. She is also the winner of two gold medals at the 1980 Summer Olympics. She is one of the best-known gymnasts in the world. In 2000 Comăneci was named as one of the athletes of the century by the Laureus World Sports Academy.

La semblanza de hoy está dedicada a una mujer que trabajó duro para lograr lo que más ansiaba y que logró un desempeño calificado una y otra vez con 10, se trata de...

Nadia Comaneci, la mujer perfecta...

Compilado por Graciela Sepúlveda

A propósito de las próximas Olimpiadas y continuando con las remembranzas de atletas destacados de manera extraordinaria en las competiciones, recordamos hoy a una gran gimnasta cuyos logros no se ha podido igualar hasta la fecha y que aunque hoy sigue ligada a la gimnasia, es ahora una incansable promotora de actividades caritativas, veamos como inició todo…

Nadia Elena Comanci nació el 12 de noviembre de 1961 en Onesti, Rumania. Durante el embarazo su mamá vio una película rusa en la que la heroína se llamaba Nadya, que es el diminutivo de Nadezhda, que significa “Esperanza”, y decidió que su hija se llamaría Nadia también. Tiene un hermano llamado Adrián.

A los seis años Nadia ya estaba enganchada en la gimnasia, fue entonces cuando la descubrió el famoso entrenador rumano Bela Karolyi. Él y su esposa estaban buscando niñas para el equipo Nacional Junior y decidieron que ella tenía potencial. Ella empezó a entrenar de dos a tres horas diarias con Karolyi, él estaba impresionado con su ética de trabajo. Sin embargo un gran talento y fuerte ética de trabajo no garantizan los resultados. Nadia recuerda que en las primeras competencias de gimnasia ella se caía mucho y eso la motivó a seguir practicando. En 1969, cuando tenía siete años, entró a su primera competencia oficial, el Campeonato Nacional Junior Rumano. Terminó en treceavo lugar. El siguiente año, lo ganó. Cuando cumplió doce años se fue a vivir y entrenar a una escuela de formación gimnástica del estado. Entrenaba con Karoyli ocho horas al día seis días a la semana.- Gran talento y ética de trabajo no son suficientes, se necesita práctica, práctica y más práctica, Nadia no se dio por vencida aunque en sus primeras competencias se caía mucho, en lugar de eso, practicó más y más.-

Comaneci continuó mejorando y empezó a ganar sus competencias regularmente. En ese momento su modelo era la estrella de gimnasia rusa Olga Korbut. En enero de 1975 ya fue elegible para competencias internacionales de mayor nivel. Entró a los campeonatos europeos en mayo de ese año y ganó cuatro medallas de oro y una de plata.- A veces es bueno tener un modelo a seguir que nos motive y nos enseñe el camino que nos puede llevar al éxito.-

Los Juegos Olímpicos se acercaban y Nadia quería estar lista, como un calentamiento para eso compitió en la Copa Americana en Nueva York en marzo de 1976. En esta competencia, un joven y una joven gimnastas representaban cada país en la competencia. Ella ganó. A su lado, en el pódium de ganadores, después de ganar ambos medallas de plata estaba un muchacho americano de 18 años, Bart Conner, que también estaba encaminado a las Olimpiadas. Un fotógrafo, pensando que el joven rubio americano y la pequeña de cabello oscuro harían una buena foto, le pidió a Conner que le diera un beso. Él le dio un beso obligado en la mejilla. Aunque Conner, ahora esposo de Nadia, dice que recuerda el momento, Nadia dice que no piensa mucho en eso.

Comaneci llegó a los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal con una reputación bien establecida. En la primera noche de competencia, julio 18, fue la primera persona en la historia de las Olimpiadas en ganar una puntuación perfecta en gimnasia, 10.00 en barras asimétricas. La siguiente noche continuó su racha, ganando puntuaciones perfectas en  barras asimétricas y barra de equilibrio. En total Nadia recibió siete puntuaciones perfectas y ganó medallas de oro en all-around, barra de equilibro y barras asimétricas. Las rumanas también ganaron medalla de plata en la competencia de equipo. Comaneci se volvió la favorita en el mundo de la gimnasia y estaba en las portadas de muchas revistas. Después de las Olimpiadas la familia de Nadia obtuvo un mes de vacaciones y un carro nuevo del gobierno rumano.- No cabe duda, el esfuerzo tiene su recompensa.-

Después de las Olimpiadas Nadia vivió tiempos muy difíciles. Sus papás se divorciaron, además los oficiales rumanos de deportes la separaron de su entrenador Karoyli haciendo que entrenara con alguien más. Molesta por todo lo que estaba sucediendo, Nadia tomó lejía para llamar la atención. El gobierno entonces le permite entrenar con Karoyli nuevamente. Como un reflejo de las crisis personales que estaba teniendo Nadia en su vida, su actuación en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú no estuvo a la altura de sus estándares personales, aunque ganó dos medallas de oro y una de plata, ella se cayó de las barras asimétricas consideradas como las que dominaba a la perfección.

De regreso a Rumania la vida se volvió difícil para Nadia. Su amado entrenador, Karoyli, desertó para Estados Unidos en 1981. Nadia fue la primera en darse cuenta, y aunque pensó en seguirlo, sintió que no podía abandonar a su familia. A los 19 años participó en su última competencia. Acudió a los Juegos Olímpicos de 1984 como invitada especial que viajó con la delegación rumana, ese año se retiró oficialmente de la gimnasia.

Como el gobierno rumano la consideraba un valioso modelo comunista de dominio en el deporte y como tenían miedo de que desertara, ya no le permitieron viajar a los países de occidente. Los siguientes años estuvo literalmente fuera de la vista de la prensa occidental. Mientras tanto, los oficiales la mantenían vigilada a donde iba, leían su correo y grababan sus conversaciones telefónicas en su casa de ocho habitaciones que le había dado el gobierno para ella y su familia. Aunque su fama le dio una vida más fácil que a la mayoría de sus paisanos, Comaneci pensaba más y más en desertar.

Finalmente, en 1989, a los 27 años encontró la manera. Conoció a Constantin Panait, un rumano que vivía en Florida, y supo que él ayudaba a la gente a escapar a América. Se decidió, solo su hermano supo de sus planes. Con otros cinco rumanos caminaron seis horas a través del frío invierno de la frontera húngara donde fueron detenidos por la policía húngara, quienes inmediatamente reconocieron a Nadia. Al principio le pidieron que se quedara en su país, pero finalmente la dejaron ir. Pronto ya estaban en un avión hacia Nueva York.
La ex estrella olímpica llegó a Estados Unidos con sobrepeso y con un maquillaje muy cargado. Los americanos se sorprendieron por su apariencia y los rumores en la prensa empezaron. Denunciaron que Panait, que era ahora su manager, era un hombre casado y con hijos y que Nadia estaba teniendo una aventura con él. Ella negó esa relación y afirmó que Panait estaba controlando su vida y su dinero y que se sentía impotente para escapar de esta nueva esclavitud.

Por suerte para Comaneci la comunidad de los gimnastas es muy unida. Algunos de sus viejos amigos, incluyendo a Conner y el que fuera coach del equipo de rugby de Rumania, Alexandru Stefu, quien vivía en Montreal, se dieron cuenta de que Nadia estaba en problemas. Stefu hizo una reunión entre Panait y Comaneci donde ella admitió que él la maltrataba. Al día siguiente Panait desapareció con el dinero de Nadia. Fue una dura lección, pero por fin era libre.

Comaneci se fue a vivir a Montreal con Stefu y su familia, tristemente al poco tiempo Stefu murió en un accidente y Nadia se fue a vivir  a Norman, Oklahoma donde vivía Conner. Siempre hay gente buena a nuestro alrededor dispuesta a ayudar-.

Nadia empezó a salir con Conner y empezó a trabajar en su gimnasio, además de tener algunas actuaciones en competencias de gimnasia y de tener contratos de patrocinio de varios productos. En 1994 Conner le propuso matrimonio y se casaron en abril de 1996 en Bucarest, Rumania, donde fue tratada como de la realeza. Ella pudo regresar a Rumania pues Ceausescu había sido asesinado en el derrocamiento del gobierno comunista poco después de que Nadia desertó.

En el 2001 Nadia se convirtió en ciudadana de Estado Unidos, conservando también la ciudadanía rumana. En diciembre de 2003 se publicó su libro “Letters to a Young Gymnast”. Su hijo nació en junio de 2006.

Además de todas las medallas que ganó durante su carrera Comaneci recibió la Orden Olímpica, que es el premio más grande dado por el Comité Olímpico Internacional, en 1984 y 2004. Ella es la única persona en recibir este honor dos veces y  la más joven. También fue electa para el Salón de la Fama de Gimnasia Internacional. Se ha dedicado a muchas obras de caridad, una de ellas fue la construcción de la Clínica para Niños Nadia Comaneci, una clínica en Bucarest que les da apoyo a los niños rumanos con consultas y medicinas gratis.- Que importante es regresar al mundo algo de lo que se recibió-.

Nadia Comaneci ha hecho una nueva vida en Estados Unidos. No ha olvidado los tiempos oscuros, pero no le gusta hablar de ellos. Sin embargo se complace cuando la detienen para platicar de sus actuaciones en las Olimpiadas. La gente sigue recordando como Nadia cautivó a los fanáticos, jueces y tele audiencia de las Olimpiadas de 1976, y como ella cambió el mundo de la gimnasia para siempre.

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