“El
trabajo duro lo ha hecho fácil. Ese es mi secreto. Esa es la razón por la que
gano.”
“Hard work has made it easy. That is my secret. That is why I win.”
Nadia Elena Comăneci
(Oneşti, Rumania, 12 de noviembre de 1961) es una ex gimnasta rumana,
(actualmente con doble nacionalidad rumana - estadounidense), ganadora de nueve
medallas olímpicas de las que cinco son de oro. Fue la primera en lograr una
puntuación perfecta, 10 en asimetricas, en una competencia olímpica. Es
considerada una de las más grandes gimnastas del siglo XX y se halla por
derecho propio entre las mejores gimnastas de todos los tiempos.
Nadia Elena
Comăneci (born November 12, 1961) is a Romanian gymnast, winner of three
Olympic gold medals at the 1976 Summer Olympics in Montreal and the first female gymnast ever to
be awarded a perfect score of 10
in an Olympic gymnastic event. She is also the winner of
two gold medals at the 1980 Summer Olympics. She is one of the best-known
gymnasts in the world. In 2000 Comăneci was named as one of the athletes of the
century by the Laureus
World Sports
Academy.
La semblanza de hoy está dedicada a una mujer que trabajó duro para lograr lo que más ansiaba y que logró un desempeño calificado una y otra vez con 10, se trata de...
Nadia Comaneci, la mujer perfecta...
Compilado por Graciela Sepúlveda
A propósito de las próximas Olimpiadas y continuando
con las remembranzas de atletas destacados de manera extraordinaria en las competiciones,
recordamos hoy a una gran gimnasta cuyos logros no se ha podido igualar hasta
la fecha y que aunque hoy sigue ligada a la gimnasia, es ahora una incansable
promotora de actividades caritativas, veamos como inició todo…
Nadia Elena Comanci nació el 12 de
noviembre de 1961 en Onesti, Rumania. Durante el embarazo su mamá vio una
película rusa en la que la heroína se llamaba Nadya, que es el diminutivo de
Nadezhda, que significa “Esperanza”, y decidió que su hija se llamaría Nadia
también. Tiene un hermano llamado Adrián.
A los seis años Nadia ya estaba enganchada
en la gimnasia, fue entonces cuando la descubrió el famoso entrenador rumano
Bela Karolyi. Él y su esposa estaban buscando niñas para el equipo Nacional
Junior y decidieron que ella tenía potencial. Ella empezó a entrenar de dos a
tres horas diarias con Karolyi, él estaba impresionado con su ética de trabajo.
Sin embargo un gran talento y fuerte ética de trabajo no garantizan los
resultados. Nadia recuerda que en las primeras competencias de gimnasia ella se
caía mucho y eso la motivó a seguir practicando. En 1969, cuando tenía siete
años, entró a su primera competencia oficial, el Campeonato Nacional Junior
Rumano. Terminó en treceavo lugar. El siguiente año, lo ganó. Cuando cumplió
doce años se fue a vivir y entrenar a una escuela de formación gimnástica del
estado. Entrenaba con Karoyli ocho horas al día seis días a la semana.- Gran talento y ética de trabajo no son
suficientes, se necesita práctica, práctica y más práctica, Nadia no se dio por
vencida aunque en sus primeras competencias se caía mucho, en lugar de eso,
practicó más y más.-
Comaneci continuó mejorando y empezó a
ganar sus competencias regularmente. En ese momento su modelo era la estrella
de gimnasia rusa Olga Korbut. En enero de 1975 ya fue elegible para
competencias internacionales de mayor nivel. Entró a los campeonatos europeos en
mayo de ese año y ganó cuatro medallas de oro y una de plata.- A veces es bueno tener un modelo a seguir
que nos motive y nos enseñe el camino que nos puede llevar al éxito.-
Los Juegos Olímpicos se acercaban y Nadia
quería estar lista, como un calentamiento para eso compitió en la Copa
Americana en Nueva York en marzo de 1976. En esta competencia, un joven y una
joven gimnastas representaban cada país en la competencia. Ella ganó. A su lado,
en el pódium de ganadores, después de ganar ambos medallas de plata estaba un
muchacho americano de 18 años, Bart Conner, que también estaba encaminado a las
Olimpiadas. Un fotógrafo, pensando que el joven rubio americano y la pequeña de
cabello oscuro harían una buena foto, le pidió a Conner que le diera un beso. Él
le dio un beso obligado en la mejilla. Aunque Conner, ahora esposo de Nadia,
dice que recuerda el momento, Nadia dice que no piensa mucho en eso.
Comaneci llegó a los Juegos Olímpicos de
1976 en Montreal con una reputación bien establecida. En la primera noche de
competencia, julio 18, fue la primera persona en la historia de las Olimpiadas
en ganar una puntuación perfecta en gimnasia, 10.00 en barras asimétricas. La
siguiente noche continuó su racha, ganando puntuaciones perfectas en barras asimétricas y barra de equilibrio. En
total Nadia recibió siete puntuaciones perfectas y ganó medallas de oro en all-around, barra de equilibro y barras
asimétricas. Las rumanas también ganaron medalla de plata en la competencia de
equipo. Comaneci se volvió la favorita en el mundo de la gimnasia y estaba en
las portadas de muchas revistas. Después de las Olimpiadas la familia de Nadia
obtuvo un mes de vacaciones y un carro nuevo del gobierno rumano.- No cabe duda, el esfuerzo tiene su
recompensa.-
Después de las Olimpiadas Nadia vivió
tiempos muy difíciles. Sus papás se divorciaron, además los oficiales rumanos
de deportes la separaron de su entrenador Karoyli haciendo que entrenara con
alguien más. Molesta por todo lo que estaba sucediendo, Nadia tomó lejía para
llamar la atención. El gobierno entonces le permite entrenar con Karoyli
nuevamente. Como un reflejo de las crisis personales que estaba teniendo Nadia
en su vida, su actuación en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú no estuvo a
la altura de sus estándares personales, aunque ganó dos medallas de oro y una
de plata, ella se cayó de las barras asimétricas consideradas como las que
dominaba a la perfección.
De regreso a Rumania la vida se volvió
difícil para Nadia. Su amado entrenador, Karoyli, desertó para Estados Unidos
en 1981. Nadia fue la primera en darse cuenta, y aunque pensó en seguirlo,
sintió que no podía abandonar a su familia. A los 19 años participó en su
última competencia. Acudió a los Juegos Olímpicos de 1984 como invitada
especial que viajó con la delegación rumana, ese año se retiró oficialmente de
la gimnasia.
Como el gobierno rumano la consideraba un
valioso modelo comunista de dominio en el deporte y como tenían miedo de que
desertara, ya no le permitieron viajar a los países de occidente. Los siguientes
años estuvo literalmente fuera de la vista de la prensa occidental. Mientras
tanto, los oficiales la mantenían vigilada a donde iba, leían su correo y
grababan sus conversaciones telefónicas en su casa de ocho habitaciones que le
había dado el gobierno para ella y su familia. Aunque su fama le dio una vida
más fácil que a la mayoría de sus paisanos, Comaneci pensaba más y más en
desertar.
Finalmente, en 1989, a los 27 años
encontró la manera. Conoció a Constantin Panait, un rumano que vivía en Florida,
y supo que él ayudaba a la gente a escapar a América. Se decidió, solo su
hermano supo de sus planes. Con otros cinco rumanos caminaron seis horas a
través del frío invierno de la frontera húngara donde fueron detenidos por la
policía húngara, quienes inmediatamente reconocieron a Nadia. Al principio le
pidieron que se quedara en su país, pero finalmente la dejaron ir. Pronto ya
estaban en un avión hacia Nueva York.
La ex estrella olímpica llegó a Estados
Unidos con sobrepeso y con un maquillaje muy cargado. Los americanos se
sorprendieron por su apariencia y los rumores en la prensa empezaron.
Denunciaron que Panait, que era ahora su manager, era un hombre casado y con
hijos y que Nadia estaba teniendo una aventura con él. Ella negó esa relación y
afirmó que Panait estaba controlando su vida y su dinero y que se sentía
impotente para escapar de esta nueva esclavitud.
Por suerte para Comaneci la comunidad de
los gimnastas es muy unida. Algunos de sus viejos amigos, incluyendo a Conner y
el que fuera coach del equipo de rugby de Rumania, Alexandru Stefu, quien vivía
en Montreal, se dieron cuenta de que Nadia estaba en problemas. Stefu hizo una
reunión entre Panait y Comaneci donde ella admitió que él la maltrataba. Al día
siguiente Panait desapareció con el dinero de Nadia. Fue una dura lección, pero
por fin era libre.
Comaneci se fue a vivir a Montreal con
Stefu y su familia, tristemente al poco tiempo Stefu murió en un accidente y
Nadia se fue a vivir a Norman, Oklahoma
donde vivía Conner. Siempre hay gente
buena a nuestro alrededor dispuesta a ayudar-.
Nadia empezó a salir con Conner y empezó a
trabajar en su gimnasio, además de tener algunas actuaciones en competencias de
gimnasia y de tener contratos de patrocinio de varios productos. En 1994 Conner
le propuso matrimonio y se casaron en abril de 1996 en Bucarest, Rumania, donde
fue tratada como de la realeza. Ella pudo regresar a Rumania pues Ceausescu
había sido asesinado en el derrocamiento del gobierno comunista poco después de
que Nadia desertó.
En el 2001 Nadia se convirtió en ciudadana
de Estado Unidos, conservando también la ciudadanía rumana. En diciembre de
2003 se publicó su libro “Letters to a
Young Gymnast”. Su hijo nació en junio de 2006.
Además de todas las medallas que ganó
durante su carrera Comaneci recibió la Orden Olímpica, que es el premio más
grande dado por el Comité Olímpico Internacional, en 1984 y 2004. Ella es la
única persona en recibir este honor dos veces y
la más joven. También fue electa para el Salón de la Fama de Gimnasia
Internacional. Se ha dedicado a muchas obras de caridad, una de ellas fue la construcción
de la Clínica para Niños Nadia Comaneci, una clínica en Bucarest que les da
apoyo a los niños rumanos con consultas y medicinas gratis.- Que importante es regresar al mundo algo de
lo que se recibió-.
Nadia Comaneci ha hecho una nueva vida en
Estados Unidos. No ha olvidado los tiempos oscuros, pero no le gusta hablar de
ellos. Sin embargo se complace cuando la detienen para platicar de sus
actuaciones en las Olimpiadas. La gente sigue recordando como Nadia cautivó a
los fanáticos, jueces y tele audiencia de las Olimpiadas de 1976, y como ella
cambió el mundo de la gimnasia para siempre.
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