sábado, 1 de noviembre de 2014

Un tipo ¡muy applicado!


¡Un tipo muy applicado!

"Cuando cambias tus creencias básicas, cambias tus resultados"

Compilado por Graciela Sepúlveda

A lo mejor nunca habías oído hablar de Chad Mureta, pero es bastante probable que hayas utilizado alguna de sus aplicaciones, el Emoji (la aplicación que te da acceso a caritas sonrientes y divertidas) y la Huella Digital de Seguridad Pro son sólo algunas de sus creaciones que han sido descargadas más de 50 millones de veces. En esta ocasión quiero contarles sobre él…

Chad Mureta asistió a la Coastal Carolina University y se graduó en 2003 en una licenciatura en Administración de Empresas. Después de graduarse trabajó como un inversionista de bienes raíces. En el 2006, Chad comenzó su propia agencia inmobiliaria en Myrtle Beach, Carolina del Sur. Durante la fuerte caída del mercado de la vivienda, a menudo trabajaba 18 horas al día.

Una noche, en enero de 2009, Chad estaba conduciendo por la autopista en Charlotte, Carolina del Norte en su camino de regreso a casa después de ver un partido de basquetbol. Era su primer día de vacaciones en dos años.

Mientras conducía pensando en su atribulada compañía, su mente regresó a esa tarde cuando observó que otras personas durante el juego socializaban felizmente, y se dio cuenta de que algo estaba seriamente mal con su vida. Dieciocho horas al día en su oficina de bienes raíces habían cobrado su precio: él era una persona triste, desconectado de la familia y amigos, y con el desplome del mercado inmobiliario, sus finanzas estaban en una situación desesperada.

Tengo que hacer un cambio, pensó, ¿Pero, cómo?

En el instante siguiente, aparentemente de ninguna parte, un ciervo se atravesó en su camino y aunque intento evitarlo, su auto chocó contra él y sufrió una volcadura cuadruple.

Dos vidas llegaron a su fin esa noche.

El ciervo murió en el impacto y mientras Chad sobrevivió, su antigua vida, como él la conocía, había terminado…

Mientras Chad se recuperaba de su accidente en el hospital y con un dolor insoportable, los médicos le dijeron que era un milagro que hubiera sobrevivido, pero requería que su brazo dominante fuera amputado.

"Fue entonces cuando perdí toda esperanza. En mi mente, en ese momento, no había ninguna razón para vivir - yo lo había perdido todo. Y no sabía si iban a conseguir salvar mi brazo, no tenía nada que esperar. Pensaba que la vida era mala antes del accidente, y ahora esto...” comenta Chad tiempo después.

¿Cómo fue entonces que Chad Mureta pasó de 6 meses en el hospital y otros 6 meses en un centro de rehabilitación y $ 115,000 dólares en deuda con las facturas médicas, a tener no sólo una recuperación completa, sino también millones de dólares en poco más de dos años?

Un día antes de su accidente le llegó un regalo con meses de retraso de su ex novia, era un iPod que se llevó al juego. El día del accidente decidió cambiarlo por un Iphone, pues no tenía uno y nunca había usado algo que tuviera aplicaciones. Al final resultó que el iPhone de Chad fue la única cosa que pudo sobrevivir al accidente junto con él.

Estando en el hospital, allí estaba su Iphone, y un amigo que lo visitó le mostró un artículo sobre la nueva fiebre del oro: las aplicaciones.

Con todo el tiempo con el que contaba en el hospital postrado en cama y no queriendo regresar a su negocio de bienes raíces, que en su ausencia había empeorado terriblemente, Chad comenzó a investigar (pues no sabía nada sobre aplicaciones o internet), diseñar, y buscar a alguien externo que le desarrollara las aplicaciones que él creaba.

Aunque su tecnología de fondo consistía en experimentar con su nuevo iPhone desde su cama de hospital, Mureta se inspiró para crear su primera aplicación, Huella Digital de Seguridad Pro (Fingerprint Security Pro), esbozó su idea en una servilleta y la llevó a una compañía que encontró en la Costa Este, ellos le cobraban $1,800 dólares por hacerle la aplicación, cantidad que no tenía y tuvo que pedir prestado el dinero a su padrastro, Fingerprint Security Pro se convirtió en un éxito de ventas en la App Store, alcanzando rápidamente ventas por más de $700,000 dólares, ahora Chad ya tiene su sistema para crear las aplicaciones. Después de esta aplicación siguió haciendo muchas más, al momento ha desarrollado 46 aplicaciones.

En 2012 lanzó el libro, “Imperio App: hacer dinero, tener una vida, y dejar que la tecnología trabaje por ti”. Es una crónica de la transformación de Chad de agente de bienes raíces a ser un "appreneur" y ofrece además una guía no técnica para iniciar un negocio en la aplicación móvil. Actualmente es el CEO de App Empire y el co-fundador de T3 Apps and Best Apps.

Al permitir que la tecnología trabaje para él, Chad ha estado viviendo todo lo que quería en su lista de deseos: viajar por el mundo, aprender a bailar salsa, convirtirse en un buzo certificado y en un paracaidista, y su lista sigue creciendo cada año. Chad utiliza el negocio de aplicaciones como un medio para trabajar menos y verdaderamente "tener una vida."

Mientras se recuperaba en el hospital, Chad, además de experimentar con su iPhone, también devoraba libros de motivación e inspiración. Esto le ayudó a cambiar sus patrones de pensamiento de alguien sin esperanza a alguien preparado para el éxito. "Cuando cambias tus creencias básicas,  cambias tus resultados", dice Chad, y agrega “Ha sido un viaje asombroso. Me he redescubierto a mi mismo. Finalmente entendí lo que es salir y ver el mundo. Ahora puedo contribuir y dar a los demás. Ahora veo todo de manera diferente".


Podemos ver en la vida de Chad que su negocio de bienes raíces no lo motivaba, no lo le daba el estímulo que necesitaba para levantarse cada mañana. El sentía como si tuviera que hacerlo, pero no era lo que él quería. Y pasaba el tiempo y no se decidía, hasta que la vida lo ayudó a decidirse. Definitivamente Chad cree que el accidente ocurrió por una razón. Y a pesar de que sus manos no funcionan tan bien y le es difícil incuso escribir, sin embargo él está seguro de que es una de las mejores cosas que le han pasado. “Yo iba por el camino equivocado, y ese accidente lo cambió todo”comenta. Ahora, a sus 31 años, Chad goza de éxito y del tiempo que tanto añoraba tener. Todo pasa por algo y para algo, y siempre es algo mejor.

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