sábado, 28 de julio de 2012

De un hoyo en un campo de Guerra a las Olimpiadas en Londres 2012… / From a hole in a field of war to the Olympics in London 2012...


"Si trabajas duro, vas a mejorar. Como atleta olímpico, entreno seis horas al día, todos los días. Todo el mundo puede correr, Pero ¿Cómo consigues ser el mejor? En los negocios, tus clientes tienen opciones, ¿Cómo vas a lograr ser el mejor?”

“If you work hard, you’re going to get better. As an Olympic athlete, I train six hours a day, every day. Everybody can run; how do you get to be the best? In business, your customers have choices; how do you get to be the best?”


Lopez Lomong nacido con el nombre Lopoepe Lomong, (Kimotong, Sudán del Sur,1 de enero de 1985), es un atleta sudanés nacionalizado estadounidense y especializado en carreras de medio fondo.
Lomong es uno de los Niños Perdidos del Sudán, y fue a los Estados Unidos a la edad de 16 años convirtiéndose en un ciudadano de los EE.UU. en 2007.
Lomong consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijin 2008 en la prueba de los 1500 metros lisos en los trials de Estados Unidos disputados en Eugene, Oregón. Lomong fue el abanderado de la delegación de los Estados Unidos durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Compite ahora en Londres 2012.

Lopez Lomong (born Lopepe Lomong) is a South Sudanese-born American track and field athlete. Lomong, one of the Lost Boys of Sudan, came to the United States at the age of 16 and became a U.S. citizen in 2007. His real birthdate is January 5, 1985, but like all Lost Boys who came to the United States without paperwork, his official birthday is listed as January 1.
Lomong qualified for 2008 Summer Olympics in the 1500 meters at the United States Olympic track and field trials in Eugene, Oregon. He was the flag bearer for the United States during the 2008 Summer Olympics Opening Ceremony. Now competes in London 2012.

Hoy una historia más de la vida real que supera con mucho la imaginación de un guionista del cine. La historia de un niño perdido del Sudán y que hoy compite en las Olimpiadas de Londres 2012...

Lopez Lomong, de un hoyo en un campo de Guerra
a competidor olímpico...

Compilado por Graciela Sepúlveda

Graciela Sepúlveda
Iniciaron las Olimpiadas Londres 2012 y en mi investigación de deportistas que han pasado por ellas y su arduo y difícil caminar para lograrlo encontré a Lopez Lomong, un atleta africano, naturalizado americano, que pasó grandes tristezas y sufrimientos físicos durante su infancia y parte de su adolescencia, y que participó en Beijin 2008 y participará este 2012 en Londres, veamos todo lo que pasó para llegar a este gran momento de su vida…

Lopez Lomong nació como Lopepe (significa veloz) Lomong en 1985 en una pequeña villa, Kimotong, en Sudán del Sur, es el segundo hijo de seis hermanos. Lopez tuvo una infancia feliz hasta que un día, cuando tenía 6 años, su vida dio un gran vuelco. Mientras escuchaban misa él y sus papás, su hermano mayor se quedó cuidando a los demás hermanitos, su villa fue atacada por soldados rebeldes del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, los soldados entraron a la iglesia y se llevaron a todos los niños, niñas y adolescentes, arrancándolos de los brazos de sus padres, los echaron en un camión y se los llevaron, dejando a los desesperados padres impotentes ante tan vil acción, Lopez no supo más de sus padres ni ellos de él, se dieron por muertos.- No puedo imaginarme el dolor de los papás al ver a sus hijos ser llevados por monstruos lejos de ellos, que gran tristeza causan las guerras-.

Lopez fue llevado a un campo rebelde donde estuvo prisionero 3 semanas comiendo una vez al día una mezcla de sorgo y arena, aún a tan temprana edad se daba cuenta de que los estaban envenenando y matando de hambre, veía la muerte todos los días ya sea por enfermedad, violencia o inanición. Había tres jovencitos como de 14 años que habían descubierto un hoyo en la cerca que rodeaba el campo, planeaban  escapar y se llevarían con ellos al pequeño Lopepe. Tal vez no tenía mucho sentido llevarse a un chiquito que les haría más lento el escape, sin embargo, Lomong tenía una presencia carismática, una rara espiritualidad, ya desde entonces. Por tres días Lomong y sus compañeros corrieron hacia el sur, hacia Kenya, hacia la seguridad. Los jovencitos se turnaban para cargar a Lomong porque él no podía mantener su ritmo Cuando al fin llegaron a la frontera de Kenya, el destino les jugó una broma cruel. Los tres adolescentes eran muy grandes para ser aceptados en el campamento de refugiados, fueron arrestados y regresados a los oficiales de Sudán. Solo Lomong fue aceptado en el refugio. “En cualquier cosa que hago en la vida, pienso en estos ángeles” dice Lomong quien no puede recordar sus nombres y no tiene idea si sobrevivieron. “Ellos fueron más que hermanos para mí”.-  Siempre hay gente buena alrededor que te da la mano, que te ayuda-.

Lopez y su familia adoptiva
Lomong pasó 10 años en el Campo de Refugiados Kakuma, el norte de Kenya, fue una experiencia muy difícil, pues constantemente había tormentas de arena, además había mucha desnutrición, pues comían sólo una vez al día, y padecían diferentes enfermedades. Ahí aprendió a escribir, dibujando las letras en la arena con su dedo, sin embargo, esta rudimentaria educación fue suficiente para ganar su liberación. -Nos dijeron que Estados Unidos quería darle a 3,500 “Niños Perdidos de Sudán” (así les llamaban a los niños que fueron secuestrados de sus hogares por los soldados) un hogar- a través de Catholic Charities comenta Lomong. “Nos dijeron que si queríamos ir a América escribiéramos un ensayo explicando por qué”. Un mes después su ensayo fue elegido y estaba en camino a América. Fuera de África.

Cuando Lomong llegó a Estados Unidos junto con los otros “Niños Perdidos de Sudán” fue adoptado por Robert y Barbara Rogers, una pareja que vivía en Tully, Nueva York. Pero la vida en un pueblo rural era muy diferente a cualquier cosa que había experimentado. No sabía cómo estirarle al baño, empezó a buscar sacos de maíz cuando le dijeron que la casa estaba repleta de comida. El primer día durmió con la luz encendida porque no sabía cómo se operaba el switch. Su primer baño fue con agua fría. El segundo con agua hirviendo, se metía unos segundos y se salía, luego otra vez, y así hasta que quedó limpio. Pero algo que sí sabía hacer Lomong era correr. Un día le preguntó a su nuevo papá si podía salir a correr 30 kilómetros, la misma distancia que corría todos los días en el campo de refugiados. Como el señor Rogers no estaba muy seguro de cuanto eran 30 kilómetros (el usaba millas) le llamó a su amigo Jim Paccia, entrenador de atletismo de una secundaria, y le preguntó. Paccia inmediatamente quiso a Lomong para las competencias de cross-country. Antes de la primera carrera, Paccia trató de darle las instrucciones de manera muy simple, así que le dijo que fuera al frente y no dejara que nadie lo pasara. Lomong empezó su carrera de atleta ganando un campeonato estatal en Nueva York de una milla.

Lomong es exuberante, dinámico, magnético. En su segundo día en la secundaria, en la clase de inglés, cada estudiante debía pararse y hacer un breve resumen de un libro que hubiera leído el verano anterior. Lopez fue el segundo estudiante en pasar al frente.

“Nunca tuve un libro” empezó…
Lomong habló todo lo que restaba de la clase, compartiendo las aventuras y todos los horrores de su propia autobiografía, hechizando a todos sus nuevos compañeros de clase. Aquella noche los padres de sus compañeros estuvieron llamando a Robert y Barbara Rogers preguntando: ¿Es cierto todo lo que le pasó?

“Es negro como el carbón, asiste a una secundaria de blancos” dice Robert, quien junto con Barbara han adoptado cinco jóvenes refugiados Sudaneses más. “Y después de dos días es el muchacho más popular ahí”. El festeja su cumpleaños el 1 de enero igual que sus demás compañeros Sudaneses, ya que al llegar sin papeles se les dio ese día como la fecha de su nacimiento.

Con el coach Paccia inició su carrera de atletismo. Lopez mostró un inmenso potencial y pasó de Nueva York a la Universidad de Arizona donde ganó dos campeonatos de la National Collegiate Athletic Association. En el 2007 Lopez se convirtió en un corredor profesional y en el 2008, después de convertirse en ciudadano norteamericano, logró ser seleccionado para ser parte del equipo Olímpico, representando orgullosamente a su nuevo país. En las Olimpiadas de Beijin Lopez fue elegido por sus compañeros para llevar la bandera en la ceremonia de apertura, y tuvo un buen desempeño llegando a las semifinales en los 1,500 metros. Se han de preguntar porque Lopez Lomong si su nombre era Lopepe Lomong, pues él se quedó con el apodo “Lopez” que le pusieron los misioneros católicos cuando jugaba futbol, y aunque sería un gran corredor él jugaba de portero.

En el 2003 la familia que él creía perdida fue localizada en Kenya y pudieron reunirse después de 12 años, y en el 2009 se llevó a sus dos hermanos, Peter de 15 y Alex de 14, a Estados Unidos encontrando para ellos una familia que los adoptara en Virginia y darles la oportunidad de tener una educación. “Hay muchos niños que están pasando por las mismas cosas que yo pasé, están siendo secuestrados, entrenados para ser soldados, no quiero que mis hermanos sean secuestrados como yo lo fui, quiero que estén seguros y vengan a vivir a Estados Unidos como yo” dice Lopez. “Ellos saben para que están aquí—educación. Tienen todas las herramientas frente a ellos. Que las aprovechen. Que vayan a la escuela. Que se gradúen de Universidad. Porque puedes romper todos los récords que quieras, pero esos récords serán rotos por alguien más. Pero la educación, esa nadie te la puede quitar”, comenta  Lomong.

Lopez ha estado contando su historia tanto como sea posible para que otros refugiados Sudaneses puedan ser ayudados. Tiene un libro que salió en este mes de julio de 2012 “Running For My Life” y también inició su Fundación “4 South Sudan/Lopez Lomong Foundation” para recaudar dinero para su tierra natal.

Agua limpia, cuidado de la salud, educación y nutrición, son las 4 cosas en las que me estoy enfocando para darle a la gente de Sudán del Sur oportunidades” dice Lomong quien ahora tiene 27 años. “Si yo no soy capaz de hacer algo, nadie lo va a hacer, así que tengo que hablar”.

Lopez Lomong calificó para competir en las Olimpiadas de 2012 en Londres en la prueba de los 5,000 metros, estaremos esperando que le vaya muy bien. Después de las Olimpiadas viajará inmediatamente a Kenya y a su nativa Sudán del Sur en un viaje de 8 días como parte de las actividades de la Fundación que creó.

Quisiera platicarles mucho más de esta gran atleta y maravilloso ser humano, pero termino diciendo que Lopez Lomong es un ejemplo de coraje, de nunca darse por vencido y de tener esperanza aún cuando todo es desesperanzador alrededor, es una prueba de que todo pasa por algo y para algo, y que al salvarse él, ayudará a salvar a miles en su tierra natal. En su historia podemos encontrar la chispa humana para perseguir sueños que pueden parecer impensables, incluso en las circunstancias que pueden parecer sin esperanza.

Portando la bandera de su delegación en Beijin 2008


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Con el entonces Presidente George Bush