domingo, 1 de febrero de 2015

Ponte de pie. Respira profundo. Inclínate... / Stand Tall. Breathe Deep. Bow In...

Tenemos una historia que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish version)


Ponte de pie. Respira profundo. Inclínate

"¡Ataquen!", gritaba. "¡Ataquen!"

Al instante, tres personas entraron en acción y se dirigieron hacia mí de lleno, determinadas a acabar conmigo. Es su trabajo, después de todo.

Estos tres se habían ofrecido para ser mis ukes (se pronuncia "u-Kays" - mis atacantes) durante mi prueba de cinturón negro de aikido. Todo lo que tengo que hacer es mantener la calma, centrarme y enfocarme, y al mismo tiempo estar en alerta máxima. Todo lo que tienen que hacer es comprometerse plenamente a atacar. Y está claro que lo hicieron. En segundos olvido todo acerca de mi parte de la ecuación, porque me he quedado sin aliento y prensado bajo tres ukes. Afortunadamente, el instructor los retira.

Tengo el más corto de los momentos para recuperar el aliento antes de que una vez más, me incline hacia mis atacantes. Es su señal para avanzar.

Esta vez estoy más preparado. Estoy a la ofensiva ahora. En lugar de esperar a lo que sé que viene, me muevo hacia mi primer atacante y lo controlo con éxito. Y entonces el segundo. Y luego el tercero. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Su avance sigue y sigue. Los ataques pueden y deben venir de todas direcciones. Cada persona se acerca de manera diferente, así que tengo que estar totalmente en el momento - totalmente presente - para hacer frente a la situación en constante cambio.

Parece no tener fin y, sin embargo no toma mucho tiempo realmente. Y va todo muy bien. Paso la prueba.

¿Con qué frecuencia en nuestras vidas hacemos lo que anhelamos tener, hacer o ser más, y sin embargo, nos detenemos nosotros mismos de hacer una reverencia - de pedir el desafío y enfrentarlo de frente?

Si tienes un gran objetivo en mente, lo más probable es que no sepas como iniciar para lograrlo. Y si es realmente grande y audaz y más allá de lo que has hecho antes, tiene mucho sentido. Por supuesto, no sabrás a estas alturas cómo todo se integrará para lograrlo. ¿Cómo podrías?

Pero apuesto a que sabes cuál es el primer paso. O apuesto a que puedes pensar en uno si lo intentas. ¿Lo tienes? Haz ese paso. Ve tan lejos como puedas. Al llegar allí, haz una pausa. Respira profundo. Y nota que desde tu nuevo punto de vista, puedes ver cómo ir un poco más lejos. Estarás un paso más cerca de tu objetivo, y tu perspectiva será más clara.

Ten en cuenta que tu viaje muy probablemente no estará plagado de éxito tras éxito. Es probable que vayas a tropezar. De vez en cuando, te sentirás asfixiado por algunos de tus propios ukes. Pero eso está bien. Incluso es esperado. Cada vez que caes en el tapete, hay una nueva lección que te espera. ¿Qué se puede aprender de ella? Es tu elección, tu oportunidad para empujarte hacia arriba, para sacudirte, y encontrar una nueva sabiduría. Es tu elección inclinarte de nuevo.

En aikido, todos nos turnamos como uke (atacante) y nage (atacado). En todos los casos, el resultado es mejor cuando todas las partes están absolutamente comprometidas con su tarea. Cuando nos quedamos atrás, desde ambas perspectivas, por lo general es por miedo. El miedo de golpear la lona. De caer muy duro. De no ser capaz de levantarte. De fracasar. Esto es absolutamente normal y natural. Pero para progresar, para seguir adelante, tenemos que enfrentar esos miedos de frente.

¿Por qué? Es muy sencillo. Si no te mueves hacia adelante, te quedas donde estás. En tu vida, como en la naturaleza, la salud, la creatividad y la prosperidad (de cualquier tipo) surgen de un flujo natural. Desde el movimiento de la energía. Piensa en la claridad, la belleza y la progresión de un arroyo burbujeante o un río caudaloso. Siempre cambiante. Si te quedas quieto - si te quedas estancado - seguirás viendo los mismos resultados que se ven ahora.

Si, de hecho, estás viviendo la vida de tus sueños, ¡perfecto! Sigue haciendo lo que estás haciendo. Si no, debes reunir el valor para inclinarte. Moverte hacia lo que te gustaría tener, hacer o ser tomando medidas hoy. No mañana. Hoy. Imagínate ¿cómo serían tus días si estuvieras realmente viviendo la vida que sueñas?

Una meta GRANDE que está en consonancia con tus valores te exigirá que recurras a recursos internos y a una fuerza que puede que ni siquiera sepas que posees. Pero la tienes. Sabe que tienes profundas reservas de talento y capacidad dentro de ti; que están viendo, esperando que les abras la puerta para que puedan inundar el mundo.

La vida puede ser y debe ser un viaje increíble, lleno de asombro y emoción. Tener y perseguir grandes sueños garantiza que será un viaje que valga la pena. Esta es tu gran oportunidad... así que no esperes!

Ponte de pie. Respira profundo. Inclínate.

Joan Posivy

¿Tienes una historia de éxito que contar? Deja que el Proyecto Global de Jóvenes lo comparta con el mundo. Bajo la dirección de Joan, GYP se prepara un libro de historias de éxito de personas entre los 15 y 25 años. Tal vez encajes en esa descripción en este momento, tal vez conoces a alguien que lo hace, o tal vez tú o ellos estaban entre esas edades cuando el increíble éxito se llevó a cabo. De cualquier manera, GYP quiere oír hablar de eso!

La misión del Proyecto Mundial de la Juventud es inspirar, animar, educar y capacitar a tantos jóvenes como sea posible para llegar a ser valientes, confiados y triunfadores.

Visite su sitio web en Global Youth Project o página de Facebook para más detalles.

Para obtener información sobre cómo Joan puede ayudar a que su organización prospere, visite su página: Joan Posivy

Publicada originalmente en Internet en Insight Of The Day de Bob Proctor

Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea


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Here the English version…

Stand Tall. Breathe Deep. Bow In

“Attack!” he shouts. “Attack!”

Instantly, three people spring into action and are coming at me full on, determined to take me down. It’s their job, after all.

These three have volunteered to be my ukes (pronounced “oo-kays” — my attackers) during my aikido black belt test. All I have to do is stay calm, centered, and focused, yet highly alert. All they have to do is be fully committed to attack. And it’s clear that they are. In seconds I forget all about my part of the equation, because I’m out of breath and pinned beneath three ukes. Mercifully, the instructor calls them off.

I have the shortest of moments to catch my breath before, yet again, I bow to my attackers. It’s their signal to advance.

This time, I’m more prepared. I’m on the offensive now. Rather than wait for what I know is coming, I move toward my first attacker and handle him successfully. And then the second. And then the third. And again. And again. And again. Their advance goes on and on. The attacks can and do come from all directions. Every person approaches differently, so I’ve got to be totally in the moment — totally present — to deal with the constantly shifting situation.

It seems to go on forever and yet take no time at all. And it goes well. I pass the test.

How often in our lives do we yearn to have, do, or be more, and yet stop ourselves from bowing in — from asking for the challenge and meeting it head on?

If you have a huge goal in mind, it’s likely you won’t know at the onset how to accomplish it. And if it’s truly big and bold and beyond what you’ve done before, that makes perfect sense. Of course you won’t know at this point how it will all come together. How could you?

But I bet you know what your first step is. Or I bet you can think of one if you try. Got it? Do that step. Go as far as you can see. When you get there, pause. Breathe deep. And notice that from your new vantage point, you can see how to go a little further. You’ll be a step closer to your goal, and your perspective will be clearer.

Keep in mind that your journey is not likely to be riddled with success after success. Chances are, you’re going to stumble. Once in a while, you’ll get smothered by some ukes of your own. But that’s fine. It’s even expected. Every time you hit the mat, there’s a new lesson waiting for you. What can you take from it? It’s your choice, your opportunity to push yourself up, brush yourself off, and go forth with your newfound wisdom. It’s your choice to bow in again.

In aikido, we all take turns as uke (attacker) and nage (attacked). In every case, the outcome is best when all parties are absolutely committed to their task. When we hold back, from either perspective, it’s usually out of fear. Fear of hitting the mat. Of going down hard. Of being unable to stand back up. Of failure. This is absolutely normal and natural. But to progress, to move forward, we need to meet those fears head on.

Why? It’s simple. If you don’t move forward, you stay where you are. In your life, like in nature, health and creativity and prosperity (of any kind) arise from a natural flow. From the movement of energy. Think of the clarity and beauty and progression of a bubbling brook or a rushing river. Always changing. If you stand still — if you stay stagnant — you will continue to see the same results you see now.

If, in fact, you are living the life of your dreams, perfect! Keep doing what you’re doing. If not, you must summon the courage to bow in. Move towards what you would like to have, do, or be by taking action today. Not tomorrow. Today. Imagine what your days would look like if you were truly living the life you dream of?

A BIG goal that is in alignment with your values will require you to draw on inner resources and strength that you may not even know you posses. But you do. Know that you have deep reservoirs of talent and ability within you; they’re watching, waiting… hoping you’ll open the door so they can flood the world.

Life can be and should be an amazing journey, full of wonder and excitement. Having and pursuing big dreams guarantees it will be a worthwhile ride. You’ve just only got so much of it… so don’t wait!

Stand tall. Breathe deep. Bow in.

Joan Posivy

Do you have a success story to tell? Let The Global Youth Project share it with the world. Under Joan’s leadership, GYP is creating a book of success stories from people between the ages of 15 and 25. Perhaps you fit that description right now, perhaps you know someone who does, or perhaps you or they were between those ages when the incredible success took place. Regardless, GYP wants to hear about it!

The mission of The Global Youth Project is to inspire, enliven, educate, and empower as many young people as possible to become courageous, confident, goal achievers.

Visit their website at Global Youth Project or Facebook page, Global Youth Project for more details.

For information on how Joan can help your organization prosper, visit Joan Posivy

Originally published on Insight Of The Day from Bob Proctor