Tenemos una historia que contarte…
We have a story to
tell...
(Please
read this story below the Spanish version)
Ponte de pie.
Respira profundo. Inclínate
"¡Ataquen!",
gritaba. "¡Ataquen!"
Al instante, tres personas entraron en acción y se dirigieron
hacia mí de lleno, determinadas a acabar conmigo. Es su trabajo, después de
todo.
Estos tres se habían ofrecido para ser mis ukes (se pronuncia "u-Kays" - mis atacantes) durante mi prueba de cinturón
negro de aikido. Todo lo que tengo que hacer es mantener la calma, centrarme y
enfocarme, y al mismo tiempo estar en alerta máxima. Todo lo que tienen que
hacer es comprometerse plenamente a atacar. Y está claro que lo hicieron. En
segundos olvido todo acerca de mi parte de la ecuación, porque me he quedado
sin aliento y prensado bajo tres ukes.
Afortunadamente, el instructor los retira.
Tengo el más corto de los momentos para recuperar el aliento
antes de que una vez más, me incline hacia mis atacantes. Es su señal para
avanzar.
Esta vez estoy más preparado. Estoy a la ofensiva ahora. En
lugar de esperar a lo que sé que viene, me muevo hacia mi primer atacante y lo controlo
con éxito. Y entonces el segundo. Y luego el tercero. Y otra vez. Y otra vez. Y
otra vez. Su avance sigue y sigue. Los ataques pueden y deben venir de todas
direcciones. Cada persona se acerca de manera diferente, así que tengo que estar
totalmente en el momento - totalmente presente
- para hacer frente a la situación en constante cambio.
Parece no tener fin y, sin embargo no toma mucho tiempo
realmente. Y va todo muy bien. Paso la prueba.
¿Con qué frecuencia en nuestras vidas hacemos lo que
anhelamos tener, hacer o ser más, y sin embargo, nos detenemos nosotros mismos de
hacer una reverencia - de pedir el desafío y enfrentarlo de frente?
Si tienes un gran objetivo en mente, lo más probable es que
no sepas como iniciar para lograrlo. Y si es realmente grande y audaz y más
allá de lo que has hecho antes, tiene mucho sentido. Por supuesto, no sabrás a
estas alturas cómo todo se integrará para lograrlo. ¿Cómo podrías?
Pero apuesto a que sabes cuál es el primer paso. O apuesto a
que puedes pensar en uno si lo intentas. ¿Lo
tienes? Haz ese paso. Ve tan lejos como puedas. Al llegar allí, haz una
pausa. Respira profundo. Y nota que desde tu nuevo punto de vista, puedes ver
cómo ir un poco más lejos. Estarás un paso más cerca de tu objetivo, y tu
perspectiva será más clara.
Ten en cuenta que tu viaje muy probablemente no estará
plagado de éxito tras éxito. Es probable que vayas a tropezar. De vez en cuando,
te sentirás asfixiado por algunos de tus propios ukes. Pero eso está bien. Incluso es esperado. Cada vez que caes en
el tapete, hay una nueva lección que te espera. ¿Qué se puede aprender de ella? Es tu elección, tu oportunidad para
empujarte hacia arriba, para sacudirte, y encontrar una nueva sabiduría. Es tu
elección inclinarte de nuevo.
En aikido, todos nos turnamos como uke (atacante) y nage
(atacado). En todos los casos, el resultado es mejor cuando todas las partes
están absolutamente comprometidas con su tarea. Cuando nos quedamos atrás,
desde ambas perspectivas, por lo general es por miedo. El miedo de golpear la
lona. De caer muy duro. De no ser capaz de levantarte. De fracasar. Esto es
absolutamente normal y natural. Pero para progresar, para seguir adelante,
tenemos que enfrentar esos miedos de frente.
¿Por qué? Es muy
sencillo. Si no te mueves hacia adelante, te quedas donde estás. En tu vida, como
en la naturaleza, la salud, la creatividad y la prosperidad (de cualquier tipo)
surgen de un flujo natural. Desde el movimiento de la energía. Piensa en la
claridad, la belleza y la progresión de un arroyo burbujeante o un río
caudaloso. Siempre cambiante. Si te quedas quieto - si te quedas estancado -
seguirás viendo los mismos resultados que se ven ahora.
Si, de hecho, estás viviendo la vida de tus sueños, ¡perfecto! Sigue haciendo lo que estás
haciendo. Si no, debes reunir el valor para inclinarte. Moverte hacia lo que te
gustaría tener, hacer o ser tomando medidas hoy. No mañana. Hoy. Imagínate ¿cómo serían tus días si estuvieras
realmente viviendo la vida que sueñas?
Una meta GRANDE que está en consonancia con tus valores te
exigirá que recurras a recursos internos y a una fuerza que puede que ni
siquiera sepas que posees. Pero la tienes. Sabe que tienes profundas reservas
de talento y capacidad dentro de ti; que están viendo, esperando que les abras
la puerta para que puedan inundar el mundo.
La vida puede ser y debe ser un viaje increíble, lleno de
asombro y emoción. Tener y perseguir grandes sueños garantiza que será un viaje
que valga la pena. Esta es tu gran oportunidad... así que no esperes!
Ponte de pie. Respira profundo. Inclínate.
Joan Posivy
¿Tienes una historia de éxito que contar? Deja que el
Proyecto Global de Jóvenes lo comparta con el mundo. Bajo la dirección de Joan,
GYP se prepara un libro de historias de éxito de personas entre los 15 y 25
años. Tal vez encajes en esa descripción en este momento, tal vez conoces a alguien
que lo hace, o tal vez tú o ellos estaban entre esas edades cuando el increíble
éxito se llevó a cabo. De cualquier manera, GYP quiere oír hablar de eso!
La misión del Proyecto Mundial de la Juventud es inspirar,
animar, educar y capacitar a tantos jóvenes como sea posible para llegar a ser
valientes, confiados y triunfadores.
Visite su sitio web en Global Youth Project o página
de Facebook para más detalles.
Para obtener información sobre cómo Joan puede ayudar a que su
organización prospere, visite su página: Joan Posivy
Publicada originalmente
en Internet en Insight Of The Day
de Bob Proctor
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
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Here the
English version…
Stand Tall.
Breathe Deep. Bow In
“Attack!” he shouts. “Attack!”
Instantly,
three people spring into action and are coming at me full on, determined to
take me down. It’s their job, after all.
These three
have volunteered to be my ukes
(pronounced “oo-kays” — my attackers)
during my aikido black belt test. All I have to do is stay calm, centered, and
focused, yet highly alert. All they have to do is be fully committed to attack.
And it’s clear that they are. In seconds I forget all about my part of the
equation, because I’m out of breath and pinned beneath three ukes. Mercifully, the instructor calls
them off.
I have the
shortest of moments to catch my breath before, yet again, I bow to my attackers.
It’s their signal to advance.
This time,
I’m more prepared. I’m on the offensive now. Rather than wait for what I know
is coming, I move toward my first attacker and handle him successfully. And
then the second. And then the third. And again. And again. And again. Their
advance goes on and on. The attacks can and do come from all directions. Every
person approaches differently, so I’ve got to be totally in the moment —
totally present — to deal with the constantly shifting situation.
It seems to
go on forever and yet take no time at all. And it goes well. I pass the test.
How often
in our lives do we yearn to have, do, or be more, and yet stop ourselves from
bowing in — from asking for the challenge and meeting it head on?
If you have
a huge goal in mind, it’s likely you won’t know at the onset how to accomplish
it. And if it’s truly big and bold and beyond what you’ve done before, that
makes perfect sense. Of course you won’t know at this point how it will all
come together. How could you?
But I bet
you know what your first step is. Or I bet you can think of one if you try. Got
it? Do that step. Go as far as you can see. When you get there, pause. Breathe
deep. And notice that from your new vantage point, you can see how to go a
little further. You’ll be a step closer to your goal, and your perspective will
be clearer.
Keep in
mind that your journey is not likely to be riddled with success after success.
Chances are, you’re going to stumble. Once in a while, you’ll get smothered by
some ukes of your own. But that’s
fine. It’s even expected. Every time you hit the mat, there’s a new lesson
waiting for you. What can you take from it? It’s your choice, your opportunity
to push yourself up, brush yourself off, and go forth with your newfound
wisdom. It’s your choice to bow in again.
In aikido,
we all take turns as uke (attacker)
and nage (attacked). In every case,
the outcome is best when all parties are absolutely committed to their task.
When we hold back, from either perspective, it’s usually out of fear. Fear of
hitting the mat. Of going down hard. Of being unable to stand back up. Of
failure. This is absolutely normal and natural. But to progress, to move
forward, we need to meet those fears head on.
Why? It’s
simple. If you don’t move forward, you stay where you are. In your life, like
in nature, health and creativity and prosperity (of any kind) arise from a
natural flow. From the movement of energy. Think of the clarity and beauty and
progression of a bubbling brook or a rushing river. Always changing. If you
stand still — if you stay stagnant — you will continue to see the same results
you see now.
If, in
fact, you are living the life of your dreams, perfect! Keep doing what you’re
doing. If not, you must summon the courage to bow in. Move towards what you
would like to have, do, or be by taking action today. Not tomorrow. Today.
Imagine what your days would look like if you were truly living the life you
dream of?
A BIG goal
that is in alignment with your values will require you to draw on inner
resources and strength that you may not even know you posses. But you do. Know
that you have deep reservoirs of talent and ability within you; they’re
watching, waiting… hoping you’ll open the door so they can flood the world.
Life can be
and should be an amazing journey, full of wonder and excitement. Having and
pursuing big dreams guarantees it will be a worthwhile ride. You’ve just only
got so much of it… so don’t wait!
Stand tall.
Breathe deep. Bow in.
Joan Posivy
Do you have
a success story to tell? Let The Global Youth Project share it with the world.
Under Joan’s leadership, GYP is creating a book of success stories from people
between the ages of 15 and 25. Perhaps you fit that description right now,
perhaps you know someone who does, or perhaps you or they were between those
ages when the incredible success took place. Regardless, GYP wants to hear
about it!
The mission
of The Global Youth Project is to inspire, enliven, educate, and empower as
many young people as possible to become courageous, confident, goal achievers.
Visit their
website at Global Youth Project
or Facebook page, Global
Youth Project for more details.
For
information on how Joan can help your organization prosper, visit Joan Posivy
Originally published
on Insight Of The Day from Bob Proctor