lunes, 30 de abril de 2018

Establece prioridades… / Sets priorities…

“En tu plan diario, coloca en primer sitio lo más importante, lo que absolutamente debes hacer. Después, lo que sería bueno que hicieras. Y luego lo que te gustaría hacer”

“For your daily plan, put at first place what is most importantly, which absolutely you must do. Then in second place, what would be good you to do. And later what you would like to do.”

Andrés Bermea

Andrés Bermea (Diciembre 9 de 1952) Monterrey, NL, México. Conferencista; Blogger; Periodista, Reportero internacional, Productor y Conductor de televisión y radio.

Andrés Bermea (December 9 de 1952) Monterrey, NL, Mexico. Speaker; Blogger; Journalist, International reporter, producer and host (anchor) of television and radio shows.

domingo, 29 de abril de 2018


Tenemos una historia que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish version)


Al otro lado

Bob se nos unió justo antes de la Navidad de 2010. Era un gato callejero que vivía fuera de la oficina donde trabajaba Ginny. Ella y sus compañeros de trabajo lo mantenían alimentado al igual que a otros gatos callejeros más. El clima se hizo cada vez más frío. Ginny perdió su trabajo. "No lo voy a dejar!" ella me dijo .

Bob llegó a casa para Navidad.

Cuatro meses más tarde, Bob todavía estaba con nosotros. Lo llevamos al veterinario y le pusieron sus vacunas. Pronto sería castrado. Mientras tanto, ya que Bob no se llevaba bien con nuestro gato, vivía en el garaje por la noche y en el patio durante el día.

Me rompe el corazón, porque es un gran chico amoroso. Necesita un hogar. Esperamos encontrarle uno. Si no, no lo vamos a abandonar a su suerte.

Pocas semanas después de que nuestra casa se convirtió en la suya, Bob desapareció. Nuestro patio, rodeado por una valla de dos metros de altura, estaba vacío. Lo buscamos y lo llamamos, pero no lo encontramos en ninguna parte.

Bob se había ido.

Nos preocupamos. No era nuestro gato, pero éramos su familia adoptiva, hasta que tuviera una casa, nos sentíamos responsables. Me fui a la cama inquieto. ¿A dónde se fue? A la mañana siguiente, me lo encontré acurrucado en una silla, durmiendo. Me saludó. "¡Meow!" y corrió hacia la puerta para entrar en el garaje y  comer.

Ginny y yo revisamos la valla. No había agujeros lo suficientemente grandes para que se deslizara a través de ella. ¿A dónde  fue? ¿Cómo consiguió escapar?

La respuesta llegó dos noches después. Una vez más, el patio estaba vacío. Bob se había ido. Lo llamé, escuché un rasguño, y lo vi pasar por encima de la parte superior de la valla y caer abajo en el patio.

Me quedé sorprendido.

Bob exploró nuestro patio y se encontró una pared doce veces más alta que él. ¿Dejó que esto lo detuviera? ¡No! Bob sabía que había algo más en la vida.

¿Acaso Bob dejó que la pared lo restringiera? ¡No!

¿Acaso Bob miró a su alrededor, vio los muros, se sentó y se puso a llorar?¡No!

Bob miró a la pared y pensó, tiene que haber  algo más y mejor. Tenía fe. Bob dio un salto hacia el futuro.

Perdí mi trabajo. Ginny perdió el suyo. Una cerca de desesperación nos rodeaba. Nos mirábamos y queríamos sentarnos y aceptar nuestro destino, pero sabía que no estaba bien. Tenemos que seguir el ejemplo de Bob. Tenemos que saltar la valla. Bob entendió. Hay más oportunidades en el otro lado.

Michael T. Smith

Michael vive con su encantadora esposa, Ginny, en Caldwell, Idaho. Ha sido publicado recientemente en dos libros de Sopa de Pollo para el Alma: “All in the Family” y “Cosas que aprendí de mi gato”, en "Thin Threads - Life Changing Moments", y en Catholic Digest . Para suscribirse en las historias de Michaelde "Click" en este enlace

  
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea

Here the English version


On The Other Side

Bob joined us just before Christmas of 2010. He was a stray cat living outside the office where Ginny worked. She and her co-workers kept him and the other strays fed. The weather grew cold. Ginny lost her job. "I'm not leaving him!" she said to me.

Bob came home for Christmas.

Four months later, Bob was still with us. We took him to the vet and got him his shots. Soon he will be neutered. In the meantime, because Bob doesn't get along with our cat, he lives in the garage at night and in the yard during the day.

It breaks my heart, because he is a big loving boy. He needs a home. We hope to find him one. If not, he won't be left on his own.

A few weeks after our home became his, Bob disappeared. Our backyard, surrounded by a six foot fence, was empty. We searched and called for him, but he was nowhere to be found.

Bob was gone.

We worried. He wasn't our cat, but we were his foster family, until he had a home, we felt responsible. I went to bed and fretted. Where did he go? The next morning, I found him curled up on a deck chair sleeping. He greeted me. "Meow!" and ran for the door to get into the garage and his food.

Ginny and I checked the fencing. There were no holes big enough for him to slip through. Where did he go? How did he get away?

The answer came two nights later. Once again the yard was empty. Bob was gone. I called, heard a scratch, and watched him climb over the top of the fence and drop down into the yard.

I was amazed.

Bob explored our yard and faced a wall twelve times higher than he. Did he let it stop him? No! Bob knew there was more in life.

Did Bob let the wall restrict him? No!

Did Bob look around him, see the walls of restraint, sit down and cry? No!

Bob looked at that wall and thought, there has to be more and better. He had faith. Bob took a leap into the future.

I lost my job. Ginny lost hers. A fence of despair surrounds us. We stare at it and want to sit and accept our fate, but know that's not right. We need to follow Bob's example. We need to jump the fence. Bob understood. There are more opportunities on the other side.

Michael T. Smith

Michael lives with his lovely wife, Ginny, in Caldwell, Idaho. He has recently been published in two Chicken Soup for the Soul Books (All in the Family and Things I Learned from My Cat), in "Thin Threads - Life Changing Moments" and in Catholic Digest. To signup for Michael's stories “Click” on this link

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sábado, 28 de abril de 2018

Reconozco su cara, ¡Usted fue la que me salvó del gueto!...

“No se plantan semillas de comida. Se plantan semillas de bondades. Traten de hacer un círculo de bondades, éstas les rodearán y les harán crecer más y más.”






Desafió a los mismísimos nazis en plena 2a. Guerra, su objetivo no era militar, sino lo contrario: salvar vidas. Ella es...

Irena Sendler
“El Ángel del Gueto de Varsovia”

Compilado por Graciela Sepúlveda

Durante el Holocausto, que fue la exterminación de seis millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, hubo historias de coraje, bondad, amor y compasión. Esta es la historia de una mujer increíble que logró un gran éxito personal al salvar 2,500 niños de ese exterminio, gracias a su valor y amor incondicional hacia la humanidad. Aquí se las comparto…

Irena Sendler nació como Irena Krzyzanowska el 15 de febrero de 1910, en Varsovia, Polonia. Su padre, Stanisław Krzyżanowski, era un médico reconocido. Desde su infancia, Irena sintió simpatía por los judíos siendo ella católica. Su padre falleció en 1917 a causa de un tifus contraído al tratar a varios pacientes rechazados por sus colegas, muchos de esos pacientes eran judíos. Tras su muerte, los líderes de la comunidad judía ofrecieron pagar los estudios de Irena. En la Polonia de pre-guerra, Irena se opuso al sistema de discriminación adoptado por algunas universidades y el resultado fue que la suspendieran de la Universidad de Varsovia durante tres años.

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, el cual se encargaba de los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero. Su padre le había enseñado que una persona necesitada deber ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nación.

En 1942 los nazis crearon un gueto el “Gueto Warsaw” en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, “Zegota”. Ella misma lo cuenta: "Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el lugar haciendo inspecciones sanitarias."

Al poco tiempo de poder ingresar al gueto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera de ahí. Pero no les podía garantizar el éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas se negaban a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus colaboradores volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.

A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de papas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Irena y sus colaboradores arriesgaban todos los días sus vidas, pues había sentencia de muerte para los polacos que ayudaran a los judíos.

Irena Sendler logró sus increíbles hazañas con la ayuda activa de la iglesia. "Envié a la mayoría de los niños a establecimientos religiosos", recordó. "Sabía que podía contar con las Hermanas Católicas." Irena también tuvo mucha cooperación al colocar a los más grandecitos: "Nunca nadie se negó a encargarse de un niño que venía de mi parte", dijo. Los niños recibieron identidades falsas y se colocaron en casas, orfanatos y conventos. Irena quería que un día los niños pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo de manera codificada en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.

Sin embargo los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak, donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en ti confío”, que conservó con ella hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su propio nombre en la lista de los polacos ejecutados. Lo que sucedió fue que los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

La actriz Judy Winnick interpreta a Irena Sendler

En 1943, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio los niños que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se les envió a Palestina con familiares que vivían ahí.

Los niños solo la habían conocido por su nombre clave “Jolanta”. Pero años después, cuando fue honrada por su trabajo durante los tiempos de guerra y su foto apareció en los periódicos, recibió muchas llamadas que le decían: “Reconozco su cara, ¡usted fue la que me salvó del gueto!”, y así fue como muchos de esos niños, ahora adultos, le ofrecieron su agradecimiento y la visitaron durante su vejez.

Fue honrada por organizaciones judías internacionales - en 1965 se le concedió el título de “Justa entre las Naciones” por la organización Yad Vashem en Jerusalén y en 1991 fue nombrada ciudadana honoraria de Israel. Irena Sendler fue galardonada con la más alta distinción de Polonia, la “Orden del Águila Blanca”, en Varsovia y ganó en el 2003 el premio Jan Karski al Valor y Coraje. Ella fue designada oficialmente heroína nacional en Polonia y varias escuelas se nombraron en su honor. Cada año se recuerda a Irena Sendler en toda Europa y los Estados Unidos.

En 2007, fue nominada para recibir el Premio Nobel de la Paz. El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, anunció la resolución unánime para honrar a Irena Sendler por rescatar "a las víctimas más indefensas de la ideología nazi: Los niños judíos" Se refirió a ella como una "gran heroína que con justicia puede ser nominada para el Premio Nobel de la Paz. Ella se merece un gran respeto de nuestra nación."

Durante la ceremonia de nominación, Elzbieta Ficowska, que tenía sólo seis meses de edad cuando fue salvada por Irena, leyó una carta en su nombre: "Cada niño salvado con mi ayuda es la justificación de mi existencia en la Tierra, y no un título para la gloria", dijo Irena Sendler en la carta,"Más de medio siglo ha pasado desde el infierno del Holocausto, pero su fantasma aún se cierne sobre el mundo y no nos permite olvidar” agregó. El premio Nobel de la Paz lo ganó Al Gore.

La cineasta estadounidense Mary Skinner trabajó en un documental histórico basado en las memorias de Irena Sendler contadas a Anna Mieszkowska en el 2003. “Irena Sendler, En el nombre de sus madres” cuenta con las últimas entrevistas que dio Irena Sendler  antes de morir. También incluye entrevistas con tres colaboradores de ella y varios de los niños judíos que salvaron.

En 1999 cuatro estudiantes de Kansas produjeron una obra de teatro basada en sus investigaciones sobre la historia de la vida de Irena Sendler y la titularon “La vida en un frasco” (Life in a Jar), que también fue adaptada para la televisión como “El Valiente Corazón de Irena Sendler” (The Courageos Heart of Irena Sendler), la obra se sigue presentando en todo Estados Unidos.

Irena Sendler murió el 12 de mayo de 2008.

Esta maravillosa mujer logró un éxito personal y de gran trascendencia al salvar 2,500 vidas, y todas las que descendieron de ellas, logró el éxito viviendo en el peligro constante pero movida por valores tan fuertes que hicieron que actuara y no solo se compadeciera viendo el dolor de los demás, logró el éxito siendo una heroína que con su amor y compasión dejó este mundo mejor que como lo encontró, y pregunto ¿Cuál es la justificación de nuestra existencia en la Tierra?

Te invitamos a ver una entreviste con Irena Sandler (Subtítulos en Español).






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viernes, 27 de abril de 2018

No tienes que ser un genio… / You do not have to be a genius…

“Una persona promedio con un talento, ambición y educación promedio, puede sobrepasar al más brillante genio de nuestra sociedad, si esa persona tiene metas claras y se enfoca en ellas.”

“An average person with average talent, ambition and education, can outstrip the most brilliant genius in our society, if that person has clear, focused goals.”

Brian Tracy

Brian Tracy (nacido en Vancouver, Canada en 1944) es un autor en el área de auto-ayuda y quien ha grabado muchos de sus trabajos como audio libros.
Los tópicos en sus presentaciones y seminarios bordan sobre: liderazgo, ventas y eficiencia gerencial. Él es ahora Presidente de Brian Tracy International, una empresa de recursos humanos con sede en San Diego, California, con filiales en los Estados Unidos y treinta y un países.
Da “clic aquí” para su bibliografía.

Brian Tracy (born January 5, 1944 in Vancouver, Canada) is a self-help author and motivational speaker. He serves as Chairman of Brian Tracy International, a human resource company based in Solana Beach, California, with affiliates throughout the United States and thirty-one other countries.

jueves, 26 de abril de 2018

Definición de éxito… / Definition of Success…

“Unas pocas disciplinas practicadas cada día; mientras que el fracaso es simplemente unos pocos errores de juicio, repetidos cada día. Es el peso acumulado de nuestra disciplina y nuestros juicios lo que nos lleva a la fortuna o al fracaso.”

“Success is nothing more than a few simple disciplines practiced every day; where failure is simply a few errors in judgment repeated every day.  It is the accumulated weight of our disciplines and our judgments that leads us to either fortune or failure.”


Jim Rohn (septiembre 25, 1930 a diciembre 5, 2009) fue un empresario estadounidense, autor y orador motivacional. Su obra ha influido en el lanzamiento o la promoción de las carreras de muchos otros en la industria del desarrollo personal, incluyendo a Anthony Robbins, Mark Victor Hansen, Brian Tracy y Jack Canfield.

Jim Rohn (September 17, 1930 - December 5, 2009) was an American entrepreneur, author and motivational speaker. His rags to riches story played a large part in his work, which influenced others in the personal development industry.

miércoles, 25 de abril de 2018

La felicidad es para hoy… / Happiness is for today…

“La felicidad no es algo que pospones para el futuro; es algo que tu diseñas para el presente.”

“Happiness is not something you postpone for the future; it is something you design for the present.”


Jim Rohn (septiembre 25, 1930 a diciembre 5, 2009) fue un empresario estadounidense, autor y orador motivacional. Su obra ha influido en el lanzamiento o la promoción de las carreras de muchos otros en la industria del desarrollo personal, incluyendo a Anthony Robbins, Mark Victor Hansen, Brian Tracy y Jack Canfield.

Jim Rohn (September 17, 1930 - December 5, 2009) was an American entrepreneur, author and motivational speaker. His rags to riches story played a large part in his work, which influenced others in the personal development industry.

martes, 24 de abril de 2018

¿Qué estás pensando?... / What are you thinking?...

“Somos lo que nuestros pensamientos nos han hecho; así que ten cuidado en lo que piensas...”

“We are what our thoughts have made us; so take care about what you think...”


Swami Vivekananda (Calcuta, 12 de enero de 1863 - Belur Math, 4 de julio de 1902) fue un pensador, místico y líder religioso indio, discípulo del místico Ramakrishna.

Swami Vivekananda (Bengali: 12 January 1863 – 4 July 1902), was an Indian Hindu monk. He was a key figure in the introduction of Indian philosophies of Vedanta and Yoga to the western world.

lunes, 23 de abril de 2018

¡Tu futuro depende de ti! / Your future depends on you!

“No importa de dónde vienes, sino a dónde vas. No importa quién fuiste, sino quién serás. Estas son decisiones tuyas. El pasado no se puede cambiar, ¡el futuro sí!”

“Does not matter where you come from but where you're going. No matter whom you were, but who will be tomorrow. These decisions are yours. The past cannot be changed, future yes!”


Andrés Bermea

Andrés Bermea (Diciembre 9 de 1952) Monterrey, NL, México. Conferencista; Blogger; Periodista, Reportero internacional, Productor y Conductor de televisión y radio.

Andrés Bermea (December 9 de 1952) Monterrey, NL, Mexico. Speaker; Blogger; Journalist, International reporter, producer and host (anchor) of television and radio shows.

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Reportaje especial

Tigres de la UANL van por su zarpazo número 13


Los Tigres de la UANL buscan refrendar su liderazgo nacional y conquistar su décimo tercer campeonato de forma consecutiva en la Universiada Nacional. La delegación de la Universidad Autónoma de Nuevo León está integrada por más de 500 deportistas, entrenadores y jueces.

El Rector de la UANL, Rogelio Garza Rivera, encabezó la ceremonia de abanderamiento de la delegación Tigres, que representará a la Universidad Autónoma de Nuevo León en la máxima fiesta del deporte de la educación superior.

La XXII Universiada Nacional se realizará en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), del 23 de abril al 9 de mayo, con la participación de aproximadamente ocho mil deportistas, en 26 disciplinas.

La delegación de la UANL está integrada por 452 deportistas: 246 mujeres y 206 hombres; además de 89 entrenadores, jueces y asistentes. La meta: conquistar su décimo tercer campeonato consecutivo y sumar su título número 15.

Los Tigres participarán en 25 disciplinas: ajedrez, atletismo, bádminton, basquetbol, box, escalada, esgrima, futbol asociación, futbol rápido, gimnasia aeróbica, handball, judo, karate do, levantamiento de pesas, lucha universitaria, rugby, softbol, tae kwon do, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tochito, triatlón, voleibol de sala, y voleibol de playa.

Ceremonia de abanderamiento

Durante la ceremonia, el Rector Rogelio Garza Rivera entregó las insignias de la UANL a la gimnasta aeróbica Melanie Alhelí Hinojosa Garza, estudiante de la Facultad de Organización Deportiva, y al judoca Jonathan Thomas Espadas García, estudiante de la Facultad de Derecho y Criminología.

“Estoy seguro de que portarán con orgullo los estandartes de la Autónoma de Nuevo León, convencido de que defenderán los colores azul y oro con valor y pasión”, expresó el Rector de la UANL.

En representación de los deportistas auriazules, Néstor Emmanuel Orellana Hernández, estudiante de posgrado en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, convocó a sus compañeros para hacer valer la dedicación y el esfuerzo puesto en cada entrenamiento y crear una historia de éxito.

En la ceremonia, estuvieron presentes la Secretaria General de la Máxima Casa de Estudios, Carmen de la Fuente García y Rubén Tamez Rodríguez, encargado del despacho general de la Dirección General del Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte de Nuevo León.

Asimismo, José Maiz García, Presidente Ejecutivo del Consejo Consultivo UANL y Presidente de Sultanes de Monterrey; Alberto Palomino Garza, Director de administración y operaciones de Sinergia Deportiva y del Club de Futbol Tigres UANL; Carlos Bremer Gutiérrez, Director de Value Grupo Financiero; Sergio Ganem Velázquez, Presidente de Fuerza Regia; y José Alberto Pérez García, Director de Deportes UANL.

Universiada Nacional UAEMéx 2018

Lugar: Toluca, Estado de México
Fecha: del 23 de abril al 9 de mayo
Disciplinas: 26

Tigres UANL
Delegación deportiva: 541
Disciplinas: 25
Deportistas: 452
     Mujeres: 246
     Hombres: 206
Entrenadores: 42
Asistentes: 35
Jueces: 12

Por: Isabel Morales y Eduardo Loredo Rivera
Fotografía: Efraín Aldama Villa y Ricardo Andrés Rodríguez


domingo, 22 de abril de 2018

Una historia para volverse a contar... / A story worth retelling...

Tenemos una historia que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish version)


El principio del narciso

Varias veces mi hija me había telefoneado para decirme: "Mamá, tienes que venir a ver los narcisos antes de que se hayan terminado." Yo quería ir, pero era un viaje de dos horas desde Laguna hasta Lake Arrowhead. Ir y venir toma la mayor parte del día - y la verdad es que no tenía un día libre hasta la semana siguiente.

"Iré este martes", le prometí con cierta renuencia, cuando llamó por tercera vez. El martes amaneció frío y lluvioso. Sin embargo, lo había prometido, así que manejé a todo lo largo de la ruta 91, continué en la I-215, y, finalmente tomé la ruta 18 y comencé a conducir por la carretera de la montaña. Las cimas de las montañas estaban cubiertas de nubes, y yo había recorrido pocos kilómetros cuando ya la carretera estaba completamente cubierta con un manto húmedo y gris de niebla. Desaceleré, mi corazón latía con fuerza. El camino se vuelve estrecho y sinuoso hacia la cima de la montaña.

Al mismo tiempo que iba manejando las curvas peligrosas a paso de tortuga, iba rezando para llegar a la desviación en el Blue Jay eso significaría que yo ya había llegado. Cuando finalmente entré a la casa de Carolina y la abracé y saludé a mis nietos le dije: "¡Olvida los narcisos, Carolina! El camino está invisible con las nubes y la niebla, y no hay nada en el mundo, excepto tú y estos queridos niños, que quiera ver ¡y menos si hay que manejar una pulgada más!"

Mi hija sonrió calmadamente: "Nosotros manejamos en estas condiciones todo el tiempo, mamá."

"Bueno, no me vas a hacer volver a la carretera hasta que se despeje - ¡y luego me voy a casa!" Yo le aseguré.

"Tenía la esperanza de que me pudieras llevar al taller para recoger mi coche. El mecánico acaba de llamar, y dijo que ya está listo", respondió ella.

"¿Hasta dónde tenemos que conducir?" Le pregunté con cautela.

"A pocas cuadras," dijo Carolina alegremente.

Así que les pusimos el cinturón de seguridad a los niños y nos subimos a mi coche. "Yo manejo”, ofreció Carolina. "Estoy acostumbrado a esto" y ella comenzó a conducir.

A los pocos minutos me di cuenta de que estábamos de vuelta en el camino en dirección a la cima de la montaña. "¿A dónde vamos?" -Exclamé, preocupada de estar de vuelta en la carretera de la montaña con la niebla. "Este no es el camino hacia el taller!"

"Vamos al taller por el camino más largo", sonrió Carolina, "por el camino de los narcisos".

"Carolina, le dije con firmeza, tratando de sonar como su madre y la responsable de la situación", por favor, da la vuelta. No hay nada en el mundo que quiera ver lo suficiente como para conducir por esta carretera con este tiempo."

"Está bien, mamá" respondió ella con una sonrisa de complicidad. "Yo sé lo que estoy haciendo. Te prometo que nunca te perdonarías haberte perdido esta experiencia."

Y así mi dulce y querida hija, la que nunca me había dado un minuto de dificultad en toda su vida estaba repentinamente a cargo - ¡y me estaba secuestrando! Yo no lo podía creer. Y me guste o no, yo estaba en camino a ver unos narcisos ridículos -manejando a través de la silenciosa y espesa capa de niebla que cubría la montaña en que lo pensaba que era un riesgo para la vida y la integridad física.

Murmuré todo el camino. Después de unos veinte minutos entramos en una pequeña carretera de grava que se bifurcaba hacia abajo en un camino lleno de robles en la ladera de la montaña. La niebla se había disipado un poco, pero el cielo estaba gris y cargado de nubes.

Nos detuvimos en un pequeño estacionamiento junto a una iglesita de piedra. Desde donde estábamos, en la parte superior de la montaña, se podía ver más allá, en la niebla, las crestas de la Sierra de San Bernardino, como si fuera una manada de elefantes encorvados. Por debajo de nosotros, la niebla envolvía valles, montes y llanuras que se extendían hasta el desierto.

Al otro lado de la iglesia vi un camino cubierto de pinos, de árboles de hoja perenne altos y de arbustos de manzanita y un letrero poco visible, que decía: "Jardín de Narcisos."

Cada una tomó la mano de un niño, y yo seguí a Carolina por el camino que serpenteaba entre los árboles. La montaña se inclinaba hacia un lado del camino en huecos irregulares, pliegues y valles, como una falda profundamente arrugada.

Robles, laurel de montaña y arbustos agrupados en los pliegues, y que con el aire gris y la llovizna, el follaje verde se veía oscuro y de un solo color. Me estremecí. Luego doblamos una esquina del camino, y cuando miré quedé boquiabierta. Delante de mí estaba la vista más gloriosa, inesperada y completamente espléndida. Parecía como si alguien hubiera tomado una enorme tina de oro y la hubiera derramado hacia abajo sobre la cumbre y las laderas de la montaña y se hubiera metido en cada grieta y en todo lugar.

Incluso con el aire lleno de neblina, la montaña estaba radiante, vestida con enormes montones y cascadas de narcisos. Las flores estaban plantadas en patrones majestuosos, arremolinados en grandes hileras de colores anaranjado intenso, blanco, amarillo limón, salmón rosado, azafrán y amarillo mantequilla.

Cada variedad de diferente color (más tarde supe que había más de treinta y cinco variedades de narcisos) se plantó como un grupo para que se arremolinaran y fluyeran como un río, con su propio y único matiz.

En el centro de esta increíble y deslumbrante muestra de oro, una gran cascada de jacintos color púrpura bajaba como una catarata de flores enmarcadas en su propia cuenca de rocas, entretejiéndose a través de los narcisos brillantes. Un encantador camino atravesaba el jardín. Había varias estaciones de descanso pavimentadas con piedras y decoradas con bancos de madera victoriana y macetas grandes de tulipanes color coral y carmín. Como si esto no fuera suficiente, la Madre Naturaleza tenía que agregar su maravilloso encanto- por encima de los narcisos, una bandada de azulejos occidentales revoloteaban y lanzaban parpadeos de su brillantez. Estos pajaritos encantadores son del color de los zafiros con los pechos de color rojo magenta. Mientras bailan en el aire sus colores son verdaderamente como joyas sobre los resplandecientes narcisos. El efecto era espectacular.

No importa que el sol no brillara. El brillo de los narcisos era como el resplandor del más brillante día soleado. Las palabras, maravillosas como son, simplemente no pueden describir la increíble belleza de esa cima de la montaña cubierta de flores.

¡Cinco hectáreas de flores! (Esto también lo descubrí más tarde, cuando algunas de mis preguntas fueron contestadas.) "Pero, ¿quién ha hecho esto?" Le pregunté a Carolina. Estaba inmensamente agradecida de que me trajera - incluso en contra de mi voluntad. Esta era una experiencia única en la vida.

"¿Quién?" Le pregunté de nuevo, casi muda de asombro, "¿Y cómo y por qué, y cuándo?"

"Fue sólo una mujer", respondió Carolina. "Ella vive en esta propiedad. Aquella es su casa”. Carolina señaló una casa bien cuidada que se veía pequeña y modesta en medio de toda esa gloria.

Caminamos hasta la casa, mi mente estaba llena de preguntas. En el patio, vimos un cartel."Las respuestas a las preguntas que yo sé que te estás haciendo", era el título. La primera respuesta era simple: "50.000 bulbos", decía. La segunda respuesta fue: "Uno a la vez, por una mujer, dos manos, dos pies, y muy poco cerebro." La tercera respuesta fue: "Comenzó en 1958."

Allí estaba. El Principio del Narciso.

Para mí ese momento fue una experiencia que cambia la vida. Pensé en esa mujer a quien nunca había conocido, quien, más de treinta y cinco años antes, había comenzado – un bulbo a la vez - para traer su visión de belleza y alegría a una oscura cima de una montaña. Un bulbo a la vez.

No había otra manera de hacerlo. Un bulbo a la vez. No hay atajos - simplemente amar el lento proceso de la siembra. Amar el trabajo tal como se va desarrollando.

Amar un logro que creció tan lentamente y que floreció por sólo tres semanas de cada año. Sin embargo, con sólo plantar un bulbo a la vez, año tras año, había cambiado al mundo.

Esta mujer desconocida había cambiado para siempre el mundo en que vivía. Ella había creado algo de inefable magnificencia, belleza e inspiración.

El principio que su Jardín de Narcisos enseñó es uno de los más grandes principios de celebración: aprender a movernos hacia nuestras metas y deseos un paso a la vez - a menudo como un paso de bebé a la vez - aprendiendo a amar lo que hacemos, aprendiendo a usar el tiempo a nuestro favor.

Cuando multiplicamos instantes con pequeños incrementos de esfuerzo diario, nosotros también encontraremos que podemos realizar cosas magníficas. Podemos cambiar el mundo.

"Carolina", dije esa mañana en la cima de la montaña cuando dejábamos el paraíso de los narcisos, nuestras mentes y corazones seguían empapados y desconcertado por el esplendor que habíamos visto "es como si esa mujer excepcional hubiera bordado la tierra! La decoró. Sólo piensa en eso, ella plantó cada bulbo por más de treinta años. Un bulbo a la vez! Y esa es la única manera en que este jardín podía ser creado. Cada bulbo tenía que ser plantado. No había manera de acortar ese proceso. Cinco acres de flores. Esa magnífica cascada de jacintos! Todo, sólo con un bulbo a la vez."

La idea de todo esto llenó mi mente. Me sentí abrumada de repente con las implicaciones de lo que había visto. "Me pone triste, en cierto modo," admití a Carolina. "¿Qué hubiera yo logrado si hubiera pensado en una meta maravillosa hace unos treinta y cinco años y hubiera trabajado ese 'un bulbo a la vez' a través de todos estos años. Basta pensar lo que podría haber sido capaz de lograr!"

Mi sabia hija puso el coche en marcha y resumió el mensaje del día en su forma directa. "Comenzarás mañana", dijo con la misma perspicaz sonrisa que había usado durante la mayor parte de la mañana. ¡Oh, qué gran sabiduría!

No tiene sentido pensar en las horas perdidas del ayer. La manera de hacer del aprendizaje de una lección una celebración, en lugar de una causa de pesar, es preguntar nada más, "¿Cómo puedo usar esto mañana?"


Jaroldeen Asplund Edwards

Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea


Here the English version…


The Daffodil Principle

Several times my daughter had telephoned to say, "Mother, you must come and see the daffodils before they are over." I wanted to go, but it was a two-hour drive from Laguna to Lake Arrowhead. Going and coming took most of a day - and I honestly did not have a free day until the following week.

"I will come next Tuesday," I promised, a little reluctantly, on her third call. Next Tuesday dawned cold and rainy. Still, I had promised, and so I drove the length of Route 91, continued on I-215, and finally turned onto Route 18 and began to drive up the mountain highway. The tops of the mountains were sheathed in clouds, and I had gone only a few miles when the road was completely covered with a wet, gray blanket of fog. I slowed to a crawl, my heart pounding. The road becomes narrow and winding toward the top of the mountain.

As I executed the hazardous turns at a snail's pace, I was praying to reach the turnoff at Blue Jay that would signify I had arrived. When I finally walked into Carolyn's house and hugged and greeted my grandchildren I said, "Forget the daffodils, Carolyn! The road is invisible in the clouds and fog, and there is nothing in the world except you and these darling children that I want to see bad enough to drive another inch!"

My daughter smiled calmly, "We drive in this all the time, Mother."

"Well, you won't get me back on the road until it clears - and then I'm heading for home!" I assured her.

"I was hoping you'd take me over to the garage to pick up my car. The mechanic just called, and they've finished repairing the engine," she answered.

"How far will we have to drive?" I asked cautiously.

"Just a few blocks, "Carolyn said cheerfully.

So we buckled up the children and went out to my car. "I'll drive," Carolyn offered. "I'm used to this." We got into the car, and she began driving.

In a few minutes I was aware that we were back on the Rim-of-the-World Road heading over the top of the mountain. "Where are we going?" I exclaimed, distressed to be back on the mountain road in the fog. "This isn't the way to the garage!"

"We're going to my garage the long way," Carolyn smiled, "by way of the daffodils."

"Carolyn, I said sternly, trying to sound as if I was still the mother and in charge of the situation, "please turn around. There is nothing in the world that I want to see enough to drive on this road in this weather."

"It's all right, Mother," She replied with a knowing grin. "I know what I'm doing. I promise, you will never forgive yourself if you miss this experience."

And so my sweet, darling daughter who had never given me a minute of difficulty in her whole life was suddenly in charge - and she was kidnapping me! I couldn't believe it. Like it or not, I was on the way to see some ridiculous daffodils - driving through the thick, gray silence of the mist-wrapped mountaintop at what I thought was risk to life and limb.

I muttered all the way. After about twenty minutes we turned onto a small gravel road that branched down into an oak-filled hollow on the side of the mountain. The fog had lifted a little, but the sky was lowering, gray and heavy with clouds.

We parked in a small parking lot adjoining a little stone church. From our vantage point at the top of the mountain we could see beyond us, in the mist, the crests of the San Bernardino range like the dark, humped backs of a herd of elephants. Far below us the fog-shrouded valleys, hills, and flatlands stretched away to the desert.

On the far side of the church I saw a pine-needle-covered path, with towering evergreens and manzanita bushes and an inconspicuous, lettered sign "Daffodil Garden."

We each took a child's hand, and I followed Carolyn down the path as it wound through the trees. The mountain sloped away from the side of the path in irregular dips, folds, and valleys, like a deeply creased skirt.

Live oaks, mountain laurel, shrubs, and bushes clustered in the folds, and in the gray, drizzling air, the green foliage looked dark and monochromatic. I shivered. Then we turned a corner of the path, and I looked up and gasped. Before me lay the most glorious sight, unexpectedly and completely splendid. It looked as though someone had taken a great vat of gold and poured it down over the mountain peak and slopes where it had run into every crevice and over every rise. Even in the mist-filled air, the mountainside was radiant, clothed in massive drifts and waterfalls of daffodils. The flowers were planted in majestic, swirling patterns, great ribbons and swaths of deep orange, white, lemon yellow, salmon pink, saffron, and butter yellow.

Each different-colored variety (I learned later that there were more than thirty-five varieties of daffodils in the vast display) was planted as a group so that it swirled and flowed like its own river with its own unique hue.

In the center of this incredible and dazzling display of gold, a great cascade of purple grape hyacinth flowed down like a waterfall of blossoms framed in its own rock-lined basin, weaving through the brilliant daffodils. A charming path wound throughout the garden. There were several resting stations, paved with stone and furnished with Victorian wooden benches and great tubs of coral and carmine tulips. As though this were not magnificent enough, Mother Nature had to add her own grace note - above the daffodils, a bevy of western bluebirds flitted and darted, flashing their brilliance. These charming little birds are the color of sapphires with breasts of magenta red. As they dance in the air, their colors are truly like jewels above the blowing, glowing daffodils. The effect was spectacular.

It did not matter that the sun was not shining. The brilliance of the daffodils was like the glow of the brightest sunlit day. Words, wonderful as they are, simply cannot describe the incredible beauty of that flower-bedecked mountain top.

Five acres of flowers! (This too I discovered later when some of my questions were answered.) "But who has done this?" I asked Carolyn. I was overflowing with gratitude that she brought me - even against my will. This was a once-in-a-lifetime experience.

"Who?" I asked again, almost speechless with wonder, "And how, and why, and when?"

"It's just one woman," Carolyn answered. "She lives on the property. That's her home." Carolyn pointed to a well-kept A-frame house that looked small and modest in the midst of all that glory.

We walked up to the house, my mind buzzing with questions. On the patio we saw a poster. "Answers to the Questions I Know You Are Asking" was the headline. The first answer was a simple one. "50,000 bulbs," it read. The second answer was, "One at a time, by one woman, two hands, two feet, and very little brain." The third answer was, "Began in 1958."

There it was. The Daffodil Principle.

For me that moment was a life-changing experience. I thought of this woman whom I had never met, who, more than thirty-five years before, had begun - one bulb at a time - to bring her vision of beauty and joy to an obscure mountain top. One bulb at a time.

There was no other way to do it. One bulb at a time. No shortcuts - simply loving the slow process of planting. Loving the work as it unfolded.

Loving an achievement that grew so slowly and that bloomed for only three weeks of each year. Still, just planting one bulb at a time, year after year, had changed the world.

This unknown woman had forever changed the world in which she lived. She had created something of ineffable magnificence, beauty, and inspiration.

The principle her daffodil garden taught is one of the greatest principle of celebration: learning to move toward our goals and desires one step at a time - often just one baby-step at a time - learning to love the doing, learning to use the accumulation of time.

When we multiply tiny pieces of time with small increments of daily effort, we too will find we can accomplish magnificent things. We can change the world.

"Carolyn," I said that morning on the top of the mountain as we left the haven of daffodils, our minds and hearts still bathed and bemused by the splendors we had seen, "it's as though that remarkable woman has needle-pointed the earth! Decorated it. Just think of it, she planted every single bulb for more than thirty years. One bulb at a time! And that's the only way this garden could be created. Every individual bulb had to be planted. There was no way of short-circuiting that process. Five acres of blooms. That magnificent cascade of hyacinth! All, just one bulb at a time."

The thought of it filled my mind. I was suddenly overwhelmed with the implications of what I had seen. "It makes me sad in a way," I admitted to Carolyn. "What might I have accomplished if I had thought of a wonderful goal thirty-five years ago and had worked away at it 'one bulb at a time' through all those years. Just think what I might have been able to achieve!"

My wise daughter put the car into gear and summed up the message of the day in her direct way. "Start tomorrow," she said with the same knowing smile she had worn for most of the morning. Oh, profound wisdom!

It is pointless to think of the lost hours of yesterdays. The way to make learning a lesson a celebration instead of a cause for regret is to only ask, "How can I put this to use tomorrow?"

Jaroldeen Asplund Edwards


Every year, high in the San Bernardino mountain range of Southern California, five acres of beautiful daffodils burst into bloom. Amazingly, this special spot, known as "The Daffodil Garden," was planted by one person, one bulb at a time, over a period of thirty-five years. The story of "The Daffodil Principle" originally appeared nearly ten years ago in Jaroldeen Edwards' book Celebration! Since that time, the story has gained international popularity and has been retold innumerable times. Available for the first time as an illustrated gift book, with artwork by Anne Marie Oborn, this story will touch hearts with its simple message: Start today, one step at a time, to change your world.