Hawa Abdi Dhiblawe
Compilado por Graciela Sepúlveda
Hay tantos y tantos héroes y heroínas en
nuestro mundo que han alcanzado el éxito ayudando a los demás, que tal vez no
tengan riquezas y poder, pero que al irse a dormir lo hacen con un sentimiento
de satisfacción y alegría que sólo en el servicio a los demás se puede
experimentar, yo creo que la Dra. Hawa Abdi es una de ellas, y les comparto su
historia para que la conozcan…
Mogadiscio, Somalia |
Hawa Abdi Dhiblawe nació
en Mogadiscio en 1947. Cuando su madre murió al dar a luz a uno de sus
hermanos, Hawa tenía 12 años, se le quedó grabado en la mente el cuidado y la
dedicación de los médicos para con su mamá y nació en ella el deseo de ser
también doctora, su padre la apoyó a seguir su sueño y a los 17 años ganó una
beca para estudiar medicina ginecológica en Kiev, Ucrania, durante la década de
1960. Después de terminar sus estudios, la doctora Abdi regresó a Somalia en
1971.
Se convirtió en la
única mujer médico en su país musulmán donde se espera que las mujeres no sean vistas
ni oídas. Cuando estalló la guerra en 1983, la doctora Abdi eligió permanecer
ahí. Con todo el dinero de su familia, mamá Hawa (como le llaman) logró
construir un hospital con 400 camas. Sus pacientes eran en su mayoría mujeres y
niños. "Yo trabajaba en una
situación muy difícil, muy peligrosa, y cuando vi a la gente que me necesitaba,
yo estaba allí para ayudar, porque yo podía hacer algo por ellos..." comenta
Hawa.
Pero curar a sus
pacientes no les mantenía a salvo de la guerra. Entonces, a principios de la década
de 1990 Mama Hawa abrió la granja de la familia a quienes se veían obligados a
huir de los combates en busca de alimento y atención, convirtiéndose en la
Fundación Hawa Abdi. Miles de mujeres somalíes construyeron sus chozas en forma
de cúpula con palos y láminas de plástico. Con el cambio de siglo, la comunidad
de 90,000 refugiados se había expandido para incluir una escuela para 800
niños, y clases para adultos de cocina nutritiva, agricultura, costura y pesca,
era un oasis de paz en tiempos de guerra.
Sin embargo, Hawa se
enfrentaba a mil y un problemas al vivir en un país en guerra, por ejemplo, una
mañana de mayo de 2010, Mama Hawa despertó con la guerra fuera de su ventana,
750 combatientes del Partido del Islam con armas automáticas rodearon su casa y
saquearon el hospital, destruyeron muchos de los aparatos que utilizaban para
operar y curar, dispararon contra el mobiliario y las paredes, entonces un
matón extremista le gritó: “¿Por qué
tienes este hospital? ¡Eres vieja y eres mujer!” Y una tenaz mujer de 1.57 m.
y 64 años, Mama Hawa, se mantuvo firme y le dio la mejor respuesta del mundo,
le dijo: “Sí, eres joven, y eres hombre.
Pero, ¿Qué has hecho por tu sociedad?...Yo no me voy de mi hospital. Si muero,
muero con mi gente y mi dignidad”.
Mientras los rebeldes
fuertemente armados mantenían el recinto a raya, ocurrieron dos cosas que
Somalia había visto pocas veces, las mujeres refugiadas musulmanes arriesgaron
sus vidas para estar al lado de Mama Hawa, y los líderes de los dos poderosos
clanes en guerra durante 25 años, coincidieron en dejar a la Dr. Hawa Abdi a
salvo. Avergonzados por las mujeres que protestaban, y presionados por los
jefes militares, los combatientes se echaron para atrás. La publicidad sobre el
incidente llamó la atención internacional para Mama Hawa, para obtener los
recursos tan necesarios para su fundación, y para sacar algunas conclusiones sólidas
acerca de las mujeres y la guerra. "No
somos sólo víctimas indefensas de la guerra civil, Somos las líderes... Hacemos
la paz. Nosotras somos la esperanza de las generaciones futuras... Nosotras
podemos hacerlo todo" fueron las palabras de Mama Hawa después de este
incidente.
La Revista Glamour en
ese mismo año, 2010, nombró a la Dra. Abdi y sus dos hijas “Mujeres del Año” dándoles también el nombre de “Las Santas de Somalia” diciendo que
eran en partes iguales La Madre Teresa y
Rambo.
Hawa tuvo tres hijos
con su esposo, dos mujeres y un hombre, su hijo murió muy joven en un accidente
y sus dos hijas han sido un apoyo para su causa como no se hubiera imaginado,
las dos son doctoras y tienen su misma fortaleza para luchar por el bien de su
gente, trabajan muchísimo pues como ella, pasan 12 horas al día, 7 días a la
semana, recibiendo recién nacidos, tratando heridas por arma de fuego, apoyando
por vías intravenosas a los niños desnutridos, y un sinfín de enfermedades que
pudieran aparecer entre todos los refugiados en su fundación, y ella lo ha
hecho todo a través de donaciones y de sus fondos personales, vendió todas sus
joyas, liquidó sus activos, vendió parte de sus tierras, y pidió la ayuda
humanitaria de las ONG, sin apenas financiación internacional o ayuda.
Para ver los
pantalones de esta mujer les quiero platicar otro incidente que pasó a principios del 2000, la Cruz Roja Internacional
envió un camión de ayuda el cual fue bloqueado por un grupo de la milicia
local, la Dra. Hawa enrolló sus mangas, salió sola, se interpuso entre la
milicia y los camiones de la Cruz Roja, y dijo a los hombres que ella iba
personalmente a llevar la comida a su gente y si querían detenerla, iban a
tener que poner una bala en ella. El líder de la milicia protestaba, la Dr.
Hawa protestaba también, les tronó los dedos, y les dijo que le bajaran al tono,
y cuando el sol se puso esa noche no sólo tenía las tropas milicianas
permitiendo el paso de la ayuda, sino que personalmente escoltaron el convoy de la buena
doctora todo el camino hasta el hospital. Wow ¡que pantalones!!!
Todo esto ha cansado
mucho a la Dra. Hawa y de repente se le baja la moral, pero en marzo de 2012,
fue nominada al Premio Nobel de la Paz, y he aquí su respuesta ante tal honor: “Quiero decirles que en los últimos 27
años le he dado a mi gente mi alma y mi
corazón. Todavía no pierdo la esperanza. Un día las vidas de mis gentes van a
mejorar. Espero que mis hijos, y los hijos que crecen en el campamento, y los
que nacen en el hospital, cambien las vidas de los somalís, porque los he
entrenado para ser honestos y trabajadores. La nominación al Premio Nobel de la
Paz llega en el momento justo. Estaba en
un nivel de esperanza bajo. Pero la nominación me levantó la moral y mantiene
mi esperanza viva. Si gano el Premio Nobel de la Paz, voy a capacitar
económicamente a las mujeres somalíes y dar hogar a los que no lo tienen.
Gracias”. Desafortunadamente no ganó el Nobel, este fue entregado a la
Unión Europea.
La doctora Hawa ha
logrado ser una persona exitosa utilizando su vocación de servicio, pudo
haberse quedado más cómodamente en Ucrania, pero prefirió luchar por su pueblo y enseñar a los
que vienen detrás de ella a ser mejores personas para lograr un mejor país,
ojalá que pronto pueda ver los frutos de lo que ha sembrado todos estos años.