sábado, 26 de enero de 2019

Fernando Apan: Un artista sin fronteras…



Compilado por Graciela Sepúlveda

Qué bonito es dejar que la vida fluya y que vayan apareciendo oportunidades, y que las disfrutemos y aprovechemos, como la que tuve hace días, cuando conocí a Fernando Apan, un joven de 27 años, muy talentoso, carismático y sensible, él vino a Monterrey a participar en un concierto-conferencia al que pude asistir y al día siguiente compartimos en el desayuno, me llenó de mucha alegría conocer a un joven invidente tan independiente, tan bien ubicado y sobre todo muy, muy feliz, les comparto una parte de su historia…

Fernando Apan Benítez nació en Villahermosa, Tabasco el 12 de agosto de 1991, fue un bebé prematuro y estuvo en incubadora, esto fue causa de que se le desprendiera la retina y quedara ciego, sus papás desesperados trataron por todos los medios de que su hijo viera, sin embargo, al ver que no se iba a lograr, pusieron todo su empeño y dedicación en darle la mejor educación, la misma educación que a sus otros dos hijos, claro que adaptada a su situación, con el Lenguaje Braille en lugar de hacerlo con papel y lápiz, con ejemplos didácticos en lugar de diapositivas en la pared, dictados en lugar de escritos en el pizarrón, se cambiaron ciertas cosas, pero la educación fue la misma, lo trataron igual y siempre era incluido e integrado en todas las actividades familiares. Y también tenía las mismas obligaciones que sus hermanos, por ejemplo, tenía que tender su cama perfectamente, si no, su mamá se la destendía y él la tenía que volver a tender, la inclusión empieza en casa. Su mamá se puso a investigar y encontró a otras mamás con hijos invidentes las cuales la exhortaron a prepararse para lo que habría de venir. Fue así como juntas integraron un grupo que más adelante se transformó en la escuela para ciegos en Villahermosa.

La mamá de Fernando, Ana María Benítez, aprendió Lenguaje Braille, aprendió musicografía en Lenguaje Braille, que es la simbología que usan los ciegos para aprender música, y agarró el bastón y cerró los ojos para enseñarle como moverse. También empezó a darle clases de piano desde muy pequeño, a los 5 años Fernando ya ofrecía audiciones, y cuando tenía 7 años sus papás decidieron que donde se veía más futuro musical para Fernando era en Xalapa, Veracruz, por lo que se mudaron para allá para que pudiera ingresar a la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana. Sus estudios básicos de kínder y primaria los hizo en una escuela para niños normales, “sin discapacidad” y ahí Fernando se enfrentó a muchos problemas, sobre todo por los maestros, pues algunos no sabían qué hacer y no estaban preparados o no le ponían creatividad para incluirlo en sus clases, porque lo peor cosa que una persona discapacitada pueda sentir es que no lo apoyen, que lo juzguen, sin embargo, también tuvo excelentes maestros que tanto ellos como sus compañeros incluían a Fernando en todo.

Cuauhtémoc Apan
Su papá, Cuauhtémoc Apan, también ha sido un gran apoyo para Fernando y ha logrado mediar entre el instinto protector de su mamá y el darle más libertad para que aprenda, de que se caiga y se vuelva a levantar, de que vaya y venga solo, de que sea independiente, hasta lo enseñó a andar en bicicleta, al principio tenía las rueditas de atrás, pero un día, sin decirle, se las quitó, y Fernando no sabía que pasaba, pero pudo seguir adelante y aprendió a andar con dos ruedas igual que sus hermanos. En la casa de Fernando hubo y sigue habiendo mucha fortaleza, mucho carácter, mucha voluntad, no hubo miedo, porque donde hay miedo hay limitantes, hay baja autoestima, hay carencias, y el miedo es la discapacidad más grande que pueda haber. La familia se unió, hizo equipo para sacar adelante a Fernando.

Cuando le dijo a su papá que quería ser pianista su papá le respondió: “adelante, pero vas a ser de los mejores” y empezó a exigirle, porque el exigirte es lo que te hace triunfar. Otras características que lo han llevado al triunfo son la constancia y mucha paciencia.

Alejandro Corona Aguilar
Otra razón por la que la familia se mudó a Xalapa fue que ahí daba clases el Concertista Alejandro Corona, un renombrado maestro de piano, y estaban decididos a que Fernando estudiara con él. En un principio Fernando estaba temeroso de que el Concertista Corona no lo aceptara como alumno, sin embargo, se preparó con mucha dedicación, su mamá le pasó a lenguaje Braille los ejercicios que le pedía, fue así que logró y se convirtió en uno de sus mejores alumnos, y el Concertista Corona se volvió su más notorio admirador e impulsor, y le enseñó que si quería ser un gran pianista, tenía que practicar 8 horas diarias, y así lo hizo.

Fernando además de ser un extraordinario pianista y compositor también es un especialista en musicografía, que como les dije anteriormente, es la escritura de música en Lenguaje Braille. Tiene una biblioteca de música en este sistema que cuenta con más de 400 partituras, para él era un sueño muy lejano, desde que tenía 6 años y empezaba a leer música, ahora ha motivado a más personas a leer música en Braille mediante la biblioteca del Congreso de Washington y otras bibliotecas para que los invidentes puedan dedicarse a la música de manera profesional si así lo desean,  y así como la música, “un ciego puede hacer todo si se lo propone” comenta Fernando. Para que se den una idea de lo complejo y todo el trabajo que implica el pasar un concierto a Lenguaje Braille, Fernando tardó 2 meses trabajando 5 horas diarias en el concierto para piano de Schumann, el cual presentó hace unos meses con la Orquesta Sinfónica de Xalapa, esto implicó además todo el trabajo de ensayarlo y estudiarlo meses y meses, y después tener el valor de presentarse ante el público y ser el solista con esta gran Orquesta, nunca nos imaginamos todo el trabajo que hay detrás cuando asistimos a un concierto.

Fernando da conferencias motivacionales acompañadas del piano, pero ¿Cómo y cuándo empezó a dedicarse a esto? Fue a los 13 años, cuando una amiga de su mamá lo invitó a dar una conferencia sobre su testimonio en la Escuela Siglo 21 en Xalapa, él no lo había pensado, pero se animó y le gustó, fue así como se especializó en cursos de coaching y liderazgo en España.

El papá de Fernando inició una empresa en Coatepec, Veracruz, llamada “Café-Tal Apan” donde colaboran los hijos, incluyendo Fernando, tienen un museo del café, un recorrido por la plantación del café, catación y degustación, y muchas cosas más, al final del recorrido Fernando da una pequeña plática y un concierto de piano a los asistentes.

Para Fernando el primer impedimento que tienen las personas que ven es la vista, porque la gente que ve vive muy rápido, se aburre muy rápido, se distrae con cualquier cosa y olvida lo que realmente vale que son los sentimientos, Fernando vive feliz siendo ciego, él ve a su manera y hace muchas cosas, a lo mejor más cosas que los que vemos. Él dice que lo que realmente vale la pena no se ve. A través de la pasión que le pone Fernando a las cosas que hace es como ha visto lo que con los ojos no ha podido.

Me encanta la definición que hace de la Inclusión: es el vernos igual que todos, pero trabajando de una forma diferente, que seamos una sociedad donde la gente sea reconocida por sus similitudes y no por sus diferencias. Y que de nada te sirve tener doctorados, maestrías, grandes estudios, si no tienes en el corazón humildad, sensibilidad y una actitud positiva en la vida.

También nos invita a ver los obstáculos como retos, pues en cada problema hay una oportunidad de renacer y una solución.

Fernando además de dar conciertos también continúa dando conferencias motivacionales y de liderazgo acompañadas por el piano, dirigidas prácticamente a todas las personas, ya sea equipos de trabajo en empresas, o a niños, jóvenes y adultos, y con ello busca compartir sus experiencias de vida e inspirarlos a vivir más plenamente amando todo lo que hagan, y fíjense como todo pasa por algo y para algo, pues tras una complicación severa de salud que lo llevó a estar hospitalizado, Fernando resurgió de nuevo apreciando aún más la vida y proponiéndose ser aún más consciente de la importancia de ser feliz.

Fernando Apan, un joven exitoso, que logró a base de perseverancia y mucha paciencia dedicarse a su pasión, la música, sin dejar que la falta de vista lo detuviera, y como hace lo que ama, vive feliz. Qué gran lección nos deja, amar lo que hacemos y no dejar que los obstáculos nos detengan. Además aquí vemos nuevamente el papel tan importante de los papás frente a las adversidades de los hijos, y que con su apoyo incondicional pueden salir adelante y lograr lo que se propongan. Con su juventud y las ganas que le pone a todo lo que hace seguramente le espera a Fernando una feliz y muy plena vida al lado de Paola Beureth, con quien contrajo matrimonio en noviembre de 2017.

Les comparto el concierto para piano de R. Schumann que dio recientemente Fernando con la Orquesta Sinfónica de Xalapa:

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