sábado, 12 de octubre de 2013

El adolescente que atrapó el viento


Compilado por Graciela Sepúlveda


¿Qué hizo William Kamkwamba cuando sus padres le dijeron que ya no le podían pagar la secundaria? No aceptó su destino y continuó estudiando él solo, logrando hacer algo que lo llevaría a lugares que nunca se imaginó y logrando el bienestar de su comunidad tan golpeada por la sequía y la hambruna, así empezó todo…

William Kamkwamba nació el 5 de agosto 1987 en Dowa, Malawi, y creció en la granja familiar en la Villa Masitala en Wimbe, dos horas y media al noreste de la capital de Malawi. William tiene seis hermanas quienes junto con él y sus padres cultivaban maíz y tabaco, su infancia fue interrumpida a menudo por la sequía y el hambre.

William fue educado en la Escuela Primaria de Wimbe, y luego fue aceptado en la escuela secundaria.

A los doce años, William estaba fascinado con la electricidad,  un lujo que solo podía disfrutar el 2 por ciento de Malawi. Él solito aprendió como reparar radios, y comenzó jugando con dinamos de bicicleta con la esperanza de entender el funcionamiento interno de los generadores.

Durante una hambruna devastadora en 2001-02, su familia no tuvo los recursos para pagar los  $80 dlls. de la cuota escolar anual y William se vio obligado a abandonar la escuela.

William tenía 14 años, y mientras miles morían en todo el país y él y su familia hacían solo una comida al día, en lugar de aceptar su destino de dejar la educación, comenzó a pedir prestados libros de una pequeña biblioteca de la comunidad ubicada en su antigua escuela primaria. Pidió prestado un libro de texto americano de octavo grado de nombre “Uso de la Energía”, que en la portada tenía la foto de unas turbinas de viento. Entonces decidió construir un molino de viento, aún cuando le decían que estaba loco, para alimentar con energía la casa de su familia y evitar la necesidad de kerosene, que proporcionaba sólo humo, parpadeo, luz distante y costosa por la noche. Utilizando piezas depuradas de un depósito de chatarra, el primer molino de William estuvo hecho con tubo de PVC, un ventilador de tractor, un viejo marco de bicicleta, y ramas de árboles, y con él pudo encender cuatro focos y cargar los teléfonos móviles de sus vecinos, hasta puso interruptores de luz hechos por él mismo. Después hizo un segundo molino de viento para bombear aguas grises para un huerto familiar.

Proyectos posteriores incluyeron el acceso a agua potable por medio de un pozo profundo con una bomba de energía solar, y la iluminación de las seis casas en el complejo de la familia así como un sistema de riego por goteo. Por primera vez su familia pudo trabajar, estudiar y leer en la noche y pudo regar sus cultivos.

Se corrió la voz de lo que William había hecho y el encargado de la biblioteca que le prestó el libro, después de preguntarle si con el libro había logrado hacer el molino, tuvo la curiosidad de ir a verlo en persona llevando a gente del periódico local, “The Malawi Daily Times”, quienes escribieron una larga historia. Un ingeniero de Malawi escribió en su blog sobre el artículo, y las noticias de los inventos de William llegaron a Emeka Okafor, director del programa de TEDGlobal, un prestigioso lugar de encuentro de pensadores e innovadores. Okafor buscó diligentemente hasta encontrar a William y lo invitó a dar una conferencia, la cual fue en Arusha, Tanzania.

Era la primera vez que se subía a un avión o que supo que existía Internet. Su discurso conmovió al público, y varios inversionistas y empresarios que estaban en la conferencia se comprometieron a ayudar a financiar su educación secundaria. Su historia fue cubierta por Sarah Childress para “The Wall Street Journal”. William continuó la secundaria en el África Bible College Christian Academy en Lilongüe. Completó su primer año en junio del 2008 y  ese verano se fue a estudiar inglés intensivo al Regents Language Institute en Cambridge, UK. Después recibió una beca para estudiar en la Academia de Liderazgo de África, se graduó en el 2010. William asiste actualmente al Dartmouth College, en Hanover, New Hampshire, USA, donde planea graduarse en la primavera del 2014. Su sueño es terminar su educación y en el futuro iniciar su propia compañía de molinos de viento para poder ofrecer electricidad a todos.

William es el tema de un cortometraje documental titulado “Moving Windmills” que fue seleccionado como una de las 50 películas de entre 2,500 para el Día de Pangea, que es un festival de cine en todo el mundo donde se presentan las películas ese mismo día en seis ciudades diferentes alrededor del mundo, y que tuvo lugar el 10 de mayo de 2008. La película ganó el Premio North American Filmmaker’s Award y sobre la base de su éxito inicial, Tom Rielly y Ben Nabors están produciendo actualmente un documental de larga duración sobre William Kamkwamba.

William escribió y actuó en una comedia sobre la prevención del SIDA con seis de sus mejores amigos titulada “No puedes juzgar un libro por su cubierta”

William también escribió su autobiografía: “El Niño Que Aprovechó El Viento: Creando Corrientes de Luz y Esperanza” (The Boy Who Harnessed the Wind: Creating Currents of Electricity and Hope), y con él William quiere que todos los niños sepan que pueden lograr lo que se propongan si creen en ellos mismos, y que todo lo que tienen que hacer es intentarlo.
William ha sido  entrevistado por un gran número de personalidades y en el 2011 fue el orador invitado en la Feria de Ciencias de Google. En el 2012 PCI, una organización que trata de terminar con la pobreza alrededor del mundo, tuvo el orgullo de honrar a William con el Premio Humanitario 2012.

Agnes (madre), William, Dr. Hartford Mchazime, Tryell (padre)
William Kamkwamba es definitivamente un joven exitoso y un modelo a seguir para los jóvenes, ya que los inspira a continuar su educación sin importar cuáles son los desafíos que enfrentan y a explorar soluciones no convencionales para resolver problemas comunitarios, utilizando el ingenio aun con recursos limitados. Un joven con el espíritu del “yo puedo” y con la perseverancia de hacer las cosas aunque la gente le decía que estaba loco, una muestra de que el trabajo duro tiene su recompensa y nos enseña la importancia de creer en los sueños. Cuándo William se iba a imaginar el giro que daría su vida al buscar el bienestar de su familia y comunidad, todos los viajes que haría, la gente que conocería, ojalá y muy pronto podamos verlo hecho todo un empresario ayudando a las comunidades más necesitadas.

Te invito a ver estos dos excelentes videos....

William en TED  en Oxford, Inglaterra (5 minutos) ¡¡no se lo pierdan!! En español:

William Kamkwamba: De cómo dominé el viento



El cortometraje:

Moving Windmills - Moviendo Molinos de Viento Inglés)