sábado, 5 de abril de 2014

El auto del pueblo


Compilado por Graciela Sepúlveda

Yo no sabía que el carro Volkswagen, el famoso “bocho” y llamad también el “Escarabajo”, fue diseñado por Ferdinand Porsche, el creativo y prolífico diseñador de los coches que llevan su apellido, y menos sabía que el Volkswagen nació a solicitud del funesto y terrible Adolfo Hitler, les comparto la semblanza de Ferdinand Porsche…

Ferdinand Porsche, el tercero de cinco hijos y nació el 3 de septiembre de 1875 en Maffersdorf (hoy: República Vratislavice / Checa). Su padre, Anton Porsche, era el dueño de un taller de fontanería y se esperaba que Ferdinand tomara las riendas del negocio familiar, pero él tenía otros intereses: a la edad de 14 años ya estaba realizando experimentos con la electricidad. Sin embargo, su padre no estaba muy impresionado con esto, por el contrario, durante mucho tiempo trató de prohibir a su hijo de que se ocupara de "esas tonterías". Por lo tanto, Ferdinand estableció su propio taller secreto en la casa de su padre para poder experimentar sin impedimentos.

A regañadientes, después de la escuela primaria, completó su aprendizaje de fontanería en la empresa de su padre. Ayudado por su madre, comenzó a asistir por las tardes a la escuela técnica imperial de Reichenberg. Poco después logró el permiso de su padre para trasladarse a Viena donde consiguió un empleo como estudiante en la "Sociedad de Electricidad Bela Egger S.A." que más tarde se convertiría en la famosa "Brown-Boveri". En Viena, ingresó en la Universidad Tecnológica como estudiante de tiempo parcial donde adquiriría el conocimiento teórico-científico del que carecía. Y así inició su precoz carrera a los 18 años de edad. Sus comienzos fueron de esfuerzo: años después recordaría que debió barrer talleres y aceitar maquinaria. Pero bien pronto se ganó el respeto de sus empleadores que reconocieron en él un sexto sentido para la solución de cualquier problema técnico. Sus innovadoras ideas siempre resultaban acertadas. En sólo cuatro años de duro trabajo se convirtió en jefe del departamento de ensayos y primer asistente de la sección de cálculo de costos.

Entre 1905 y 1923 fue el responsable del diseño de automóviles del fabricante Austro-Daimler, donde por ejemplo, con uno de sus diseños hecho en 1910 se impuso en la carrera de larga distancia "Prinz-Heinrich-Fahrt" en un vehículo de 90 CV diseñado y conducido por él mismo. 

Entre 1914 y 1918, desarrolló proyectos de gran importancia tales como remolques de artillería y sistemas de transporte que utilizaban petróleo y electricidad, para el ejército austríaco. Recibió la Cruz de Oficiales de la Orden Franz-Joseph del emperador austríaco y la Orden Prusiana al Mérito del emperador alemán. También recibió un doctorado honorario en ingeniería de la Universidad Tecnológica de Viena.

En 1923, Ferdinand Porsche se convirtió en Director Técnico y miembro del Consejo de Dirección de Daimler Motor Company, en Stuttgart, donde coches deportivos de la talla del Mercedes SSK entraron en producción bajo su dirección.

En 1931 fundó su propia empresa "Dr. Ing. h.c. Porsche GmbH, Konstruktionen und Beratungen für Motoren- und Fahrzeugbau" donde ofrecía servicio de asesoramiento e ingeniería para la construcción de motores y vehículos.

En 1934 la RDA (Asociación Alemana de la Industria del Automóvil) organizó un concurso para desarrollar un auto que estuviera al alcance de todos, y Ferdinand Porsche ganó, este concurso surgió porque la propaganda nazi quería llegar también al mundo del automóvil y quería presentar al mundo el "Volksauto" (coche del pueblo) como un triunfo del pueblo alemán. Porsche viajó a Berlín y se reunió con Hitler, este tenía bastantes conocimientos automovilísticos y le dio algunas ideas propias de cómo habría que hacer el "Volksauto". Meses después, pese a las reticencias de los fabricantes alemanes, la RDA contrató a Porsche para desarrollar un nuevo vehículo financiado por el estado alemán, un coche familiar para 4 personas, con un motor refrigerado por aire, con un consumo de 7 litros cada 100 km y con la posibilidad de alcanzar los 100 km/h. Nos guste o no, sin Hitler, el proyecto del Escarabajo (Volkswagen) no habría sido posible, y con toda seguridad es la única cosa que le podemos agradecer hoy a tan funesto personaje.

En 1950 su compañía comenzó a producir sus primeros automóviles de competencias. Muchos de los conceptos técnicos creados por Ferdinand Porsche han logrado reconocimiento mundial, entre ellos el vehículo eléctrico Lohner-Porsche, el Mercedes SSK o el automóvil de competición Auto Unión.

Durante la II Guerra Mundial la compañía de Porsche trabajó en el diseñó del carro de combate Tiger y otros vehículos militares para el régimen nazi, lo que provocó que Porsche fuera juzgado por cooperar con el enemigo en tiempos de guerra en 1945, fue encarcelado durante 20 meses, cuando contaba 70 años de edad.  En 1947 fue absuelto y regresó a Stuttgart, a su salida, Ferdinand Porsche se decidió a fabricar automóviles con su nombre, a pesar de que su salud estaba muy deteriorada, desarrolló el Porsche 356 que se convertiría en el primer Porsche de la historia.

El 356 utilizaba componentes Volkswagen, pretendía ser un deportivo liviano y económico con carrocería de aluminio. Ferdinand, además, recibía regalías por cada Volkswagen vendido debido a su colaboración en el posterior desarrollo del Volkswagen en 1949, lo que ayudó a concretar la producción de las primeras unidades del 356 en Austria, donde aún mantenía su base. Volkswagen, además, le suministraba piezas por ser el representante de la marca en dicho país, las facilidades estaban presentes. Pronto los pedidos del 356 superarían la capacidad de producción.

En 1950, Ferdinand sufrió un accidente cardiovascular del que no se recuperó, falleció el 30 de enero de 1951. En sus últimos días, pudo observar el éxito que comenzaba a tener su nombre sobre la carrocería de un automóvil, y que también comenzaba a tener éxitos en las pistas, su hijo Ferry tenía las riendas de la empresa y el camino se auguraba exitoso. Fue así como primero nació el Escarabajo y de sus “entrañas” el hoy, exclusivo, Porsche deportivo.


Qué bueno que el padre de Ferdinand Porsche lo dejó seguir sus sueños, alcanzar el éxito  y ser feliz, haciendo feliz también  a todos los que pudieron tener un medio de transporte al alcance de sus posibilidades, que de alguna otra manera tal vez no hubieran tenido,  y claro, también hizo feliz a los que pueden comparar un Porsche, porque no. Pero sobre todo Porsche es un claro ejemplo de cómo cuándo se responde al llamado de la vocación  y se hace con entusiasmo y perseverancia se alcanza el éxito, es decir, ser plenamente feliz con lo que se hace.