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sábado, 13 de mayo de 2017

Nacido para cantar



Compilado por Graciela Sepúlveda



La película británica One Chance (y titulada en México como Mi Gran Oportunidad) que narra como el hoy famoso cantante de ópera Paul Potts llega a serlo gracias a un momento de decisión y determinación, a un ¡Sí! al llamado de su vocación. La película es muy emotiva, divertida e inspiradora y narra muchos de los momentos decisivos en la vida de Paul. Se las recomiendo ampliamente y me pareció una buena oportunidad para recuperar aquí algo de la semblanza de Paul Potts y algunos videos. Les invito a leer y a ver…

Paul Robert Potts nació el 13 de octubre de 1970 en Bristol, Inglaterra. Su papá era conductor de autobús y microbús, y su mamá, cajera de un supermercado, tiene dos hermanos y una hermana. Paul encontró y desarrolló su amor por el canto cuando asistía a la escuela St. May Redcliffe. De pequeño participó como soprano en el coro de la Iglesia de Cristo, ubicada en el centro de la ciudad de Bristol, tenían que ponerlo en donde iba el órgano, pues cantaba más alto que los demás niños.

Desde los seis años, a Paul lo molestaban sus compañeros, sufría de bullying, y esto duró hasta los 18 años, si le decía algo a los maestros era peor, o solo le decían que los ignorara, que pronto lo dejarían, pero nunca lo dejaron. Para escapar de quienes lo hostigaban, Paul se unió a clubes de música y se refugió aún más en su cantar, pues era la única forma de sentirse seguro y donde podía ser él mismo. A pesar del estímulo de sus padres y de su profesor de música, la confianza de Paul en sí mismo disminuyó considerablemente.

La primera experiencia de Paul con la música clásica ocurrió a los 11 años cuando escuchó la banda sonora de la película E.T., el extraterrestre y quedó encantado, de esto Paul cuenta: “Me envolvió. Ahorré mi dinero para comprar el disco (disco de vinilo) y lo dirigía con una de las agujas de coser de mi mamá”.

A los 14 años, mientras corría a la escuela para la práctica de coro, Paul se estrelló contra un andamio, dañando gravemente un diente y dejándolo con una sonrisa imperfecta. Cuatro años más tarde, una semana antes de sus exámenes  para entrar a al universidad, un coche lo atropelló, rompiéndole una vértebra y ocasionándole severas contusiones. Como consecuencia, Paul suspendió sus exámenes y tuvo que permanecer un año más en la escuela.

Paul estudió filosofía, teología, cine y estudios de televisión en la Plymouth University, titulándose en 1993. Después de graduarse, Paul se puso a trabajar organizando estantes en Tesco (la misma rama de tiendas donde trabajó su madre). Sin embarago, Paul tenía una ilusión, él quería cantar. Pero no música Pop o Rock, no… él quería ser cantante de Ópera.

Escena de la película
En 1999, con 28 años, Paul se vistió como Luciano Pavarotti y ejecutó su primera ópera en un evento de karaoke donde dejó a todos con la boca abierta, después apareció en el programa de talentos My Kind of Music ("Mi Clase de Música"), conducido por Michael Barrymore. A pesar de que Paul no ganó el concurso, obtuvo 8,000 libras, y en el 2000, con las ganancias obtenidas en el programa y junto con sus ahorros de toda la vida, pagó tres meses de lecciones de canto de ópera en Italia, así como tres semanas más en 2001. Durante su segunda visita le dieron la oportunidad de cantar frente a su héroe, el legendario tenor Luciano Pavarotti, mientras atendía su clase maestra, Paul comenta de esta gran oportunidad: “Canté un aria de Rodolfo, de La Bohème, y me quedé sin aliento. Pavarotti me dijo: 'Rodolfo no se quedaría sin aliento, debes cantarme algo más'. Fui el único al que pidió cantar otra vez, así que lo tomé como un gran elogio".

Entre 1999 y 2003, Paul apareció en cuatro producciones para la compañía de Opera de Bath, incluyendo Las bodas de FígaroDon GiovanniDon Carlos y Turandot. También actuó con la Royal Philharmonic Orchestra delante de 15,000 personas.

El año 2002 fue un poco difícil para Paul pues fue internado en un hospital por quejas de persistentes dolores estomacales. Le diagnosticaron una apendicitis y tuvieron que extirparle el apéndice. No mucho después de su tratamiento tuvo que ser readmitido en el hospital y los doctores descubrieron un tumor benigno en su glándula suprarrenal. Los doctores quisieron operar inmediatamente pero Paul estaba a mitad de camino con los ensayos para un papel en una producción aficionada de Aida y los persuadió a esperar. “Padecía muchísimo dolor, pero estaba decidido a tomar el papel. Había gastado 10,000 libras de mis ahorros de vida en dos escuelas de verano en Italia y no quería que todo ese dinero se perdiera” comenta Paul.

Después de su interpretación en Aida, Paul envió CD’s a varios agentes de ópera, sin embargo no recibió respuestas, seguía padeciendo por su falta de confianza y comenzó a preguntarse si todo eso valía la pena.

Escena de la película
Paul había empezado a trabajar en una tienda de teléfonos celulares,  y apenas cuatro días después de volver al trabajo, después de pasar meses en recuperación de su tumor, fue atropellado por un coche mientras volvía a su casa en bicicleta. En el accidente se fracturó la clavícula y su cuello resultó lesionado. Nuevamente, tuvo que dejar su empleo durante varios meses. Incapacitado para trabajar, Paul acumuló 30,000 libras en deudas y no volvió a cantar durante ese tiempo, estuvo recostado en el sofá viendo pasar el tiempo.

Por fin, ya en el 2004 Paul continuó con su trabajo en The Carphone Warehouse, obteniendo tiempo después un ascenso al llegar a ser  el "líder de equipo" en la sucursal localizada en Bridgend, pero Paul no era feliz, algo le faltaba. En el 2003 se había casado con una gran mujer que lo apoyaba incondicionalmente, pero no era del todo feliz.

En febrero de 2007, Paul se tropezó con el anuncio en internet para el concurso Britain’s Got Talent ("Gran Bretaña Tiene Talento"). Paul completó el formulario anhelando, solamente, la oportunidad de participar en el casting en el Cardiff’s Millenium Centre. No obstante, inseguro de su talento y apartado del canto durante cuatro años, estuvo a punto de no enviar el formulario de inscripción. Al cabo de una hora, según contó, decidió jugarse la decisión a cara o cruz. “Si salía cara me inscribía, si salía cruz no lo hacía. ¡Gracias a Dios que salió cara!”.

Su primera aparición en los castings para Britain's Got Talent fue el 4 de marzo de 2007, en la que cantó a capella. Su actuación demostró lo suficiente para verlo en la siguiente ronda, donde cantó una versión condensada del "Nessun dorma" de Giacomo Puccini frente al jurado seleccionador, incluyendo a Simon Cowell, y un público asistente de 2,000 personas. Paul estaba sumamente nervioso y por su cabeza pasó el pensamiento de retirarse antes de salir al escenario, pero no lo hizo, pues su interpretación recibió la ovación del público de pie y se encuentra, actualmente, entre los videos más vistos de todos los tiempos en el portal de YouTube.

Para la semifinal del 14 de junio, Paul representó "Time to say Goodbye”. Tres días después, obtuvo la victoria de la final con una segunda interpretación de "Nessun dorma". Por su triunfo, Potts recibió la suma de 100,000 libras, un contrato discográfico de Simon Cowell y una actuación en el programa del Royal Variety Performance (un prestigioso evento musical y artístico al que asiste la Reina de Inglaterra). Gracias al acto de valor que tuvo para la primera presentación, su confianza en él mismo aumentó muchísimo y se pudo dar cuenta de que podía lograr cosas, lo único que tenía que hacer era confiar…

A partir de su triunfo en el programa, Paul ha recibido la aclamación mundial con el debut de su primer álbum “One Chance” ("Una oportunidad"), pautado para ser lanzado en 15 países. El disco, que apareció el 16 de julio de 2007 en el Reino Unido, se posicionó como número uno de la cartelera, vendiendo más que la suma total del resto de los diez primeros álbumes de la lista. En el 2009 salió a la venta el álbum “Passione” y en el 2012 el álbum “Cinema Paradiso”, desde que ganó el concurso Paul ha estado en constante movimiento a través de todo el mundo y ahora vive en una lujosa casa en Port Talbot, Inglaterra. Sin embargo sigue siendo el tipo bueno que ha sabido asimilar el éxito sin que se le suba a la cabeza. Para él es muy importante regresar algo de lo mucho que ha recibido y está en constante ayuda donde ve alguna necesidad, como por ejemplo para las víctimas del terremoto en Nueva Zelanda recaudó $115,000 dólares, para un centro de rehabilitación en Gales donó 48,000 libras, 20,000 libras para las víctimas del terremoto de Haití, y muchas, muchas causas más. ¿Y que pasó con sus acosadores?, ahora, por Facebook, le piden disculpas por todo lo que le hicieron en el pasado, y le preguntan que si se va a vengar, el les contesta: “la venganza no es nunca, nunca dulce. Siempre es amarga. Y les contesté: no hay nada que perdonar. Eso fue hace 30 años – lo cual ¡me hace sentir viejo! - Y no se puede permitir que las cosas que te pasaron entonces controlen tu futuro. Porque eso es permitir que el lado oscuro gane".

Con la Reina de Inglaterra
Cuanto me ha enseñado la historia de Paul Potts, o más bien me ha recordado cosas que tenía empolvadas, por ejemplo que no puedo dejarme llevar por las apariencias, cuántos se burlaron de él cuando lo vieron entrar al escenario tímido y humilde, con su traje viejito. También que lo que me haya sucedido en el pasado no puede controlar mi futuro, y que la venganza solo causa amargura y dolor. Me recordó que hay que tener confianza en uno mismo, que hay que aventarse a hacer las cosas que uno quiere, al fin y al cabo, que es lo peor que puede pasar, es mucho peor no haberlo intentado nunca, y recordé también la importancia de regresar a la sociedad algo de lo mucho que recibimos, ser agradecidos, y no dejarse vencer por las adversidades. Paul Potts, un gran tipo que logró el éxito haciendo lo que más le gusta: cantar ópera.

Te invitamos ahora a ver estos videos (Subtítulos en Español) con los momentos en que Paul Potts audiciona para el programa Britain's Got Talent. ¡Realmente muy emotivo! Una prueba de que cuando seguimos el llamado de nuestra vocación, tarde o temprano el éxito llega…

La primera audición…


La final del concurso

Paul Potts, Final - parte2/3 (subtitulos - español)


Paul Potts, Final parte3/3 (subtitulos - español)




sábado, 25 de febrero de 2017

Un Indiana Jones ¡De verdad!...





Compilado por Graciela Sepúlveda

Hoy les compartimos la semblanza de un hombre que desde los 15 años  supo lo que  quería, y no era una sola cosa, ni dos, sino… ¡127!, él hizo la “Lista de mi vida” y se propuso lograr cada meta que escribió en ella, veamos qué y cómo le hizo…

John Goddard nació el 29 de julio de 1924 en los Estados Unidos, justamente en Salt Lake City, Utah; más tarde se mudaron a Los Angeles, California, donde creció junto a su familia.

En 1940, cuando John tenía 15 años, una tarde lluviosa escribió en una hoja tres palabras “My Life List” (La lista de mi vida), era una lista de 127 metas que quería lograr, el decía "Cuando tenía 15 años todos los adultos que conocía parecían quejarse, “¡Oh, si yo hubiera hecho esto o aquello cuando era más joven”. “Habían dejado escapar la vida. Estaba seguro de que si yo lo planeaba, podría tener una vida de emoción, diversión y conocimiento”, y continúa “desde la primera infancia siempre había soñado con ser un explorador. De alguna manera había adquirido la impresión de que un explorador era alguien que vivía en la selva con los nativos y un montón de animales salvajes, ¡y no me podía imaginar nada mejor que eso! A diferencia de otros niños, quienes en su mayoría cambiaron su mente acerca de lo que querían ser varias veces a medida que crecían, yo nunca dudé de mi ambición”. “Me interesaba muchísimo en todo: viajes, medicina, literatura, la naturaleza. Deseaba yo hacerlo todo, y servir de inspiración a otros hombres. Elaboré un proyecto de metas para tener siempre algo por qué trabajar. También me daba cuenta de que me rodeaba gente que había caído en la rutina, que nunca había corrido riesgos, que nunca se ponía a prueba en modo alguno. Yo estaba resuelto a no seguir esa trillada ruta.

Y así fue, la lista que escribió era ambiciosa y esperaba irla logrando en el transcurso de toda la vida. Los objetivos se dividían en ocho categorías: Explorar, Estudiar culturas primitivas, Escalar, Fotografiar, Explorar bajo el agua, Visitar, Nadar en, y Lograr.

A la edad de 18 años se alistó en la Fuerza Aérea del Ejército y estuvo destinado en Foggia, Italia, durante tres años. Después de servir en la Segunda Guerra Mundial recibió numerosos honores pues estableció varios records siendo un civil que piloteaba un jet, incluyendo un récord de velocidad de 1,500 kilómetros por hora en un Cazabomardeo F-111, y un récord de altitud de 63,000 pies en un F-106 Delta Dart.

Estudió en la Universidad del Sur de California donde se graduó en Antropología y Psicología, Goddard estudió los efectos de la civilización moderna en culturas primitivas en todo el mundo. Además, escaló 12 de las montañas más altas del mundo, llevó a cabo 14 expediciones importantes en regiones remotas, recorrió 15 de los ríos más traicioneros del mundo, visitó casi todos los países del mundo, estudió 260 tribus primitivas, y viajó más de un millón de millas durante su vida de aventura, el equivalente a 45 veces la vuelta al mundo.

John Goddard fue atacada por feroces hipopótamos y cocodrilos, mordido por una serpiente venenosa, perseguido por un elefante y un rinoeronte desbocados, casi enterrado vivo en una cegadora tormenta de arena, casi alcanzado por los disparos de piratas en un río egipcio, apedreado por una multitud de nativos hostiles, sobrevivió a temperaturas del desierto de más de 60 grados centígrados, fue atacado por la malaria y la disentería, y atrapado en arenas movedizas. Sobrevivió a un accidente de avión y varios terremotos, y casi se ahoga cuatro veces durante la ejecución de los rápidos y de buceo en aguas profundas.

John Goddard fue honrado por la Encyclopededia Britannica con el Premio “Achievement in Life” (Logros en la vida), también fue miembro vitalicio del Club de Aventureros de Los Ángeles (miembro más joven admitido ); y también miembro del Club de Aventureros de Chicago, del Club de Exploradores de Nueva York, del Club de Salvajes de Londres, de la Real Sociedad de Geografía, de la Sociedad Francesa de Exploradores (único miembro americano), de la Sociedad Arqueológica, del club Mach II, y de la fraternidad Sigma Chi.

También fue objeto de numerosos artículos en revistas como National Geographic, Life, People, Selecciones de Reader’s Digest y apareció en más de 200 entrevistas de televisión y shows de aventuras. Fue invitado por famosos personajes de la televisión como Bob Hope, Johnny Carson, y David Frost.

Escribió dos libros (escribir un libro era una de sus metas) donde dio a concer algunas de sus aventuras, “El Sobreviviente, 24 aventuras escalofriantes al borde de la muerte” y “Por el Nilo en Kayak” donde habla de todo lo que pasó al explorar todo el Río Nilo (6,632 kilómetros recorridos en kayak), lo cual logró a los 26 años, con respecto a esta aventura comenta: “Aprendí mucho de mí mismo en ese viaje, de la alegría del triunfo, de vivir la vida cabal e intensamente. Esto me dio nuevo impulso para perseguir mis otras metas. Si hubiéramos previsto las distancias y los problemas que pasaríamos, quizás nunca habríamos salido de la tienda de campaña. Pero, al ocuparnos de un sólo día a la vez, alcanzamos finalmente nuestra meta. Y yo creo que así se debe afrontar la vida: en pequeños incrementos, a los que dedicamos todo lo posible de actividad, aprendizaje, amor y amistad.”

John Goddard falleció en mayo de 2013, a la edad de 88 años. En ese momento, había logrado 111 de sus 127 metas. Algunas, las logró varias veces, como dar la vuelta al mundo cuatro veces. Otras,  estaban en el proceso de ser completadas en el momento de su muerte, y de algunas otras, la oportunidad no existía aún, como visitar la luna.

John Goddard fue un hombre de éxito, vivió feliz haciendo lo que le gustaba, y logró todo esto haciendo uso de sus recursos de tiempo, energía y dinero (y, por cierto, fue completamente autofinanciado, trabajó para ganar dinero para cada una de sus aventuras), entonces que esperamos, si él lo hizo, que nos impide lograr mucho más de lo que estamos haciendo ahora, lograr nuestros sueños, vivir la aventura de la vida más intensamente para no lamentar después el tiempo perdido.

El lema de John Goddard era: “To dare is to do—to fear is to fail.”  (Atreverse es hacer – temer es fallar).






Si son curiosos y les interesa, les dejo la lista de las 127 metas de John Goddard, las marcadas fueron las que logró, por cierto, en total fueron 600 las metas en su vida de las cuales logró 520.



Un flashback de John Goddard:


                

sábado, 2 de mayo de 2015

De bracero a neurocirujano...

"...Mis manos que alguna vez recogieron tomates, ahora realizan cirugías en el órgano más complejo del cuerpo humano”.


El Dr.   Alfredo Quiñones Hinojosa...
Dr. "Q"

Graciela Sepúlveda y el Dr. Q
Compilada por Graciela Sepúlveda

Durante las festividades de los 60 años del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (TEC) en 2013, tuve oportunidad de asistir a la presentación del libro del Dr. Q, desde luego lo compré y por supuesto le pedí me lo dedicara. El Tec le honró dedicando un programa de becas con su nombre Dr. Alfredo Quiñones para apoyar económicamente a estudiantes de medicina.
Él es un extraordinario ser humano y quiero compartirles porqué...

Alfredo Quiñones es el mayor de seis hijos, nació en un pequeño pueblo, Palaco, en las afueras de Mexicali, Baja California, México. Su familia era muy pobre, sin embargo él era muy feliz pues recuerda que estaba rodeado del amor de su familia que motivó siempre su gran imaginación, además de que le permitió convivir con mucha gente con la que aprendió a identificarse. Un día cuando era adolescente, encontró a su papá llorando desesperado porque no podía ser un proveedor de su familia. Entonces Alfredo se prometió que haría todo lo posible para mejorar la situación no solo de sus padres y hermanos, sino de su futura familia también.

En 1987, cuando tenía 19 años, nada de dinero y sin hablar una gota de inglés, Alfredo emigró ilegalmente a los Estados Unidos brincando la barda de la frontera que separa Mexicali de Calexico, California, lo hizo por necesidad, porque creía que en Estados Unidos podía hacer algo por él mismo y porque quería poner comida en la mesa de sus papás.
Después de saltar la barda de casi 5 metros de altura el viaje se convirtió en una odisea de eventos, la vida ahí fue difícil. Trabajó en los campos de tomate y algodón, arrancando malas hierbas, cargando vagones de tren con azufre y aceite de pescado, trabajó también como soldador… y estaba solo, sin apoyo familiar. Vivía en un pequeño remolque que rentaba por $300 dólares al mes.


Alfredo, antes de irse a Estados Unidos era maestro de primaria, y aunque su título no le fue invalidado en Estados Unidos, tenía mucha falta de conocimientos. Se dio cuenta de que la única manera de ascender en la sociedad americana era a través del trabajo duro y la educación, y tuvo que encontrar la manera de combinar las dos cosas, pues sabía que si lo hacía sería un ganador. Las oportunidades estaban ahí, solo tenía que  llamar a la puerta, pero era difícil. Alfredo no podía dejar de trabajar, así que iba a clases en las noches, llegaba con olor a azufre, pero perseveró.

Después de años como trabajador en el campo, ahorró suficiente dinero para asistir al Colegio San Joaquín Delta donde tuvo un excelente desempeño, Alfredo comenta que los maestros hicieron la diferencia al ver el potencial que había en él. Él era como un diamante en bruto y ellos podían verlo brillar a través de la superficie si pulir, dice que sin lugar a dudas no estaría donde está ahora si no fuera por el Colegio San Joaquín Delta… pero tuvo que llamar a la puerta. Eventualmente en ese mismo colegio se desempeñó como asistente educativo, lo que lo ayudó cuando aplicó para la Universidad de California, Berkeley. También dirigió talleres para otros inmigrantes.

En la Universidad de California, Berkeley, obtuvo una licenciatura en Psicología con los más altos honores, cuando estaba en el último año de la licenciatura él pensaba que iría después a la escuela de leyes, sin embargo, tenía que adentrarse en él para pensar que era lo que reamente quería, pero tenía que dejar que la decisión llegara a él. Ayudar a la gente siempre había sido su motivación, entonces su mentor, que dirigía el Centro de Excelencia Hispánica, vio su currículo y sus calificaciones y le dijo que podría ir a Harvard.

En Harvard Medical School, Alfredo estudió Medicina obteniendo al final de su carrera el grado de cum laude y siendo elegido para dar el discurso de graduación. Mientras estudiaba en Harvard tuvo que adaptarse a vivir en otro lugar, pero él se considera como un camaleón, muy adaptable, hubo mucha presión en los estudios, de hecho algunos de sus compañeros se suicidaron porque no soportaron la presión, sin embargo, su mayor reto fue encontrar su propio camino. Después de terminar en Harvard, completó su residencia en Neurocirugía en la Universidad de California en San Francisco, donde también logró una beca para un postdoctorado en Desarrollo y Biología de Células Madre.

Cuando lo preguntaron al Dr. Q cual había sido su cirugía más memorable esto fue lo que dijo: “Todas son memorables. Imagínate –mis pacientes me confían sus cerebros- toco su imaginación, sus recuerdos… Todas las cirugías hacen palpitar mi corazón. Mis manos que alguna vez recogieron tomates, ahora realizan cirugías en el órgano más complejo del cuerpo humano”.

Una de las cosas que caracterizan al Dr. Q es que es conocido por pasar tiempo con sus pacientes y sus familias, él explica que esto es importante pues tanto los pacientes como sus familiares necesitan saber y entender los riesgos que envuelve la cirugía del cerebro. Él mira a sus pacientes a los ojos, toca sus manos… pero involucrarse con los pacientes puede ser la parte más dolorosa, porque un pequeño porcentaje no logra sobrevivir.

Si él no hubiera sido médico ¿qué otra cosa hubiera hecho para vivir? A lo que contesta: “No sé… yo creo que nací para hacer lo que hago. Estoy seguro de que hubiera sido exitoso si hubiera elegido otro camino, pero ¿algo me hubiera hecho más feliz? No.”

El Dr. Alfredo Quiñones ha ganada muchísimos premios, sin embargo, dice que los premios, la fama y la gloria no significan nada si no los usas correctamente, que no hay un premio más importante que otro, más bien él siempre está pensando cómo puede usar lo que ha logrado para hacer más, para hacer del mundo un lugar mejor. Su abuelo le dijo una vez: “Un tonto con una buena herramienta sigue siendo un tonto”.

El Dr. Quiñones es actualmente profesor de neurocirugía y oncología en el Johns Hopkins Hospital, y se desempeña como director del programa de tumor cerebral en The Johns Hopkins Bayview  campus. Quiñones realiza tanto investigación clínica como en ciencias básicas. El Dr. Q. lleva a cabo numerosos esfuerzos de investigación en dilucidar el papel de las células madre en el origen de los tumores cerebrales y el rol potencial que pueden desempeñar las células madre en la lucha contra el cáncer cerebral y la recuperación de la función neurológica. Ha participado activamente en eventos para recaudar fondos para la investigación del cáncer cerebral. En el 2011, corrió el medio maratón de Baltimore con su equipo de investigación y algunos de sus propios pacientes para recaudar fondos para la investigación del cáncer. Terminó la carrera en una hora y cincuenta y siete minutos.

En el 2011 publicó su autobiografía “Becoming Dr. Q.” ("Dr. Q" en su edición en Español). También es el editor principal de la próxima edición de “Schmidek and Sweet's Operative Neurosurgical Techniques”, una de las enciclopedias más importantes del mundo de la neurocirugía.

En 1997 el Dr. Q. se convirtió en ciudadano americano. Vive en Bel Air con su esposa y tres hijos.

Si el Dr. Q. tiene un secreto para el éxito, es la inquebrantable confianza de que no siempre tienes que saber exactamente a dónde vas en la vida. Solo da un salto de fe, sabiendo que no hay una apuesta más segura que en ti mismo.

“Todos los días, todo lo que hago – no importa si era soldador o recogedor de tomates – di lo mejor de mí” dice el Doctor. “He tenido mucha suerte y muchas veces me pregunto qué me apartó de los demás. El mismo año en que llegué, había miles de ilegales que cruzaron también la frontera”.
El Doctor Alfredo Quiñones Hinojosa nos enseña que todo lo que ha logrado ha sido gracias a la persistencia, trabajo duro, el poder de la esperanza y la imaginación, y la búsqueda de la excelencia. Nos muestra también la importancia de la familia y de los mentores que lo apoyaron y vieron en él lo que podría llegar a ser, así como la importancia de darle a la gente una oportunidad, y sobre todo, cuando esta llega, saber aprovecharla y nunca desperdiciarla.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Los Cuatro Acuerdos

Don Miguel Ruiz y “Los Cuatro Acuerdos”


Compilado por Graciela Sepúlveda

Recientemente visitó Monterrey, N.L. México el Dr. Don Miguel Ruiz para ofrecer una de sus conferencias, y al ver los panorámicos anunciando su presentación me sentí atraída a investigar sobre él y sobre su vida, y hoy les comparto una semblanza de los éxitos que ha alcanzado y de cómo un accidente casi fatal lo regresó a lo que la vida esperaba de él, a cumplir su misión…

Miguel Ángel Ruiz Macías, mejor conocido como Don Miguel Ruiz, nació en Guadalajara, Jalisco el 27 de agosto de 1952 en el seno de una familia humilde y practicante de las antiguas tradiciones del México rural, es el más joven de 13 hermanos. Él se considera muy afortunado, ya que de su familia aprendió desde muy temprana edad que todo es posible, si realmente lo queremos.

Sus padres, Don José y doña Sarita, así como su abuelo, Don Leonardo eran curanderos y todos creían que Miguel iba a continuar su legado de la centenaria tradición tolteca, sin embargo Don Miguel se sintió atraído por la vida moderna y asistió a la escuela de medicina, se convirtió en un neurocirujano y estuvo trabajado en Estados Unidos dedicándose a hacer cirugías de cerebro y de médula espinal con sus hermanos, también médicos.

Un accidente automovilístico casi fatal cambió el rumbo de la vida de Don Miguel; ese día de 1979, tendido en el suelo, sintió que salía de su cuerpo y que al verse, preguntó: “¿Si no era cuerpo, qué soy?”. Siempre quiso saber cómo funcionaba la mente humana, y con esa intención, dejó la medicina y se dedicó al estudio de la psique, para saber cómo el ser humano acciona y reacciona ante lo que percibe. Así, regresó hacia lo que aprendió de sus padres y sus abuelos, este legado del tolteca, nombre que significa “artista” y se dio cuenta de que la sabiduría tolteca de su familia contenía todas las herramientas necesarias para cambiar la mente humana. Don Miguel permaneció 10 años compartiendo su legado con otros aprendices de esa cultura. Se convirtió en chamán, descubrió maneras de vivir mejor y se preparó para llevar su mensaje por todo el mundo.

Se trasladó a vivir a Estados Unidos y ahí escribió “Los Cuatro Acuerdos”, libro que fue publicado por primera vez en 1997, y que es la introducción al tipo de vida del artista, o sea del Tolteca, porque una vez que cambias tus ojos tu atención se fija en lo bello, dejas de fijarte en lo dramático, ya no eres una víctima sino te conviertes en un héroe que ve todos los eventos que están sucediendo como obstáculos que va a vencer, porque se tiene la calidad y capacidad de vencerlos. Hasta hoy, el libro ha sido traducido a 36 idiomas y por más de siete años estuvo en la lista de best sellers de The New York Times. Este libro contiene una serie específica de medidas prácticas, que cuando es utilizado por cualquier persona, puede dar lugar a la transformación personal consistente y de largo plazo. Los cuatro acuerdos son:
  1. "Sé impecable con tus palabras".
  2. "No te tomes nada personalmente".
  3. "No hagas suposiciones".
  4. "Haz siempre tu máximo esfuerzo".
En febrero de 2002, don Miguel sufrió un ataque al corazón casi fatal. El daño causado por el ataque al corazón y el posterior coma lo dejaron con un corazón funcionando a sólo el 16% de la capacidad y en constante dolor. Don Miguel no aceptó el pronóstico de su médico de que iba a estar limitado a una vida inactiva de reposo en casa. Él, personalmente, encarnaba el mensaje que compartía, y continuó viviendo con alegría su vida, compartiendo su mensaje a través de libros, conferencias y jornadas. A pesar de que estaba disfrutando de la vida, también sabía que se estaba muriendo lentamente y se centró en la preparación de sus hijos para continuar con su legado.

En 2009 el cuerpo de Don Miguel comenzó a deteriorarse mucho más rápidamente y solicitó un trasplante de corazón. En agosto de 2010 fue puesto en la lista de espera del trasplante. El 9 de octubre de 2010, estando en un retiro en Wimberley, Texas, se enteró de que un corazón estaba disponible y tuvo que encontrar rápidamente un avión que lo llevara a Los Ángeles. Don Miguel recibió con éxito el trasplante de corazón y fue un nuevo comienzo vivido con profunda gratitud y generosidad y en el que estaba dispuesto a compartir su mensaje con toda la humanidad.

En la tradición de los toltecas, un Nagual (chamán) guía a un individuo a la libertad personal. Después de explorar la mente humana de un tolteca, así como la perspectiva científica, Don Miguel ha combinado la antigua sabiduría con ideas modernas y creó un nuevo mensaje para toda la humanidad, con base en la verdad y el sentido común. Ha dedicado su vida a compartir este nuevo mensaje a través de conceptos prácticos que promuevan la transformación. Su mensaje es simple y cuando se aplica, incluso de forma gradual, cambia vidas.

Don Miguel es muy respetado en todo el mundo. Ha recibido numerosos reconocimientos, incluyendo una moneda de la Fuerza Aérea de Estados Unidos grabada con Los Cuatro Acuerdos, y hacen referencia a él como una reliquia de México, también es un escritor muy conocido tanto por lectores de habla hispana como por sus lectores de habla inglesa, especialmente desde que fue presentado a la audiencia del programa de televisión de Oprah por Ellen DeGeneres en 1999. Su libro “Los Cuatro Acuerdos”, se ha mantenido en la lista del programa como una de las recomendaciones favoritas de todos los tiempos.
Otros libros que ha escrito son: “La Maestría del Amor”, “La Voz del Conocimiento”, “El Quinto Acuerdo”, en colaboración con su hijo Don José y el “Libro de la Sabiduría”. Todos sus libros son best-sellers internacionales.

Don Miguel con la conductora de TV Oprah Winfrey
Don Miguel Ruiz, un hombre que encontró el éxito continuando con el legado de sus ancestros y compartiéndolo con todo el mundo, encontrando en esto su plena realización y felicidad. Para terminar les comparto un pensamiento de Don Miguel Ruiz: «No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento».