"Si
trabajas duro, vas a mejorar. Como atleta olímpico, entreno seis horas al día,
todos los días. Todo el mundo puede correr, Pero ¿Cómo consigues ser el mejor?
En los negocios, tus clientes tienen opciones, ¿Cómo vas a lograr ser el mejor?”
“If you work hard, you’re going to get better. As an Olympic athlete, I
train six hours a day, every day. Everybody can run; how do you get to be the
best? In business, your customers have choices; how do you get to be the best?”
Lopez Lomong nacido con el nombre Lopoepe
Lomong, (Kimotong, Sudán del Sur,1 de enero de 1985), es un atleta sudanés
nacionalizado estadounidense y especializado en carreras de medio fondo.
Lomong
es uno de los Niños Perdidos del Sudán, y fue a los Estados Unidos a la edad de
16 años convirtiéndose en un ciudadano de los EE.UU. en 2007.
Lomong
consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijin 2008 en la prueba
de los 1500 metros
lisos en los trials de Estados Unidos disputados en Eugene, Oregón. Lomong fue
el abanderado de la delegación de los Estados Unidos durante la ceremonia de
apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Compite ahora en Londres 2012.
Lopez Lomong (born Lopepe Lomong) is a
South Sudanese-born American track and field athlete. Lomong, one of the Lost
Boys of Sudan, came to the United States
at the age of 16 and became a U.S.
citizen in 2007. His real birthdate is January 5, 1985, but like all Lost Boys who
came to the United States
without paperwork, his official birthday is listed as January 1.
Lomong qualified for 2008 Summer Olympics in the 1500 meters at the United States Olympic track and field trials in Eugene, Oregon.
He was the flag bearer for the United
States during the 2008 Summer Olympics
Opening Ceremony. Now competes in London 2012.
Hoy una historia más de la vida real que supera con mucho la imaginación de un guionista del cine. La historia de un niño perdido del Sudán y que hoy compite en las Olimpiadas de Londres 2012...
Lopez Lomong, de un hoyo en un campo de Guerra
a competidor olímpico...
Compilado por Graciela Sepúlveda
Graciela Sepúlveda |
Iniciaron las Olimpiadas Londres 2012 y en mi
investigación de deportistas que han pasado por ellas y su arduo y difícil
caminar para lograrlo encontré a Lopez Lomong, un atleta africano, naturalizado
americano, que pasó grandes tristezas y sufrimientos físicos durante su
infancia y parte de su adolescencia, y que participó en Beijin 2008 y
participará este 2012 en Londres, veamos todo lo que pasó para llegar a este
gran momento de su vida…
Lopez
Lomong nació como Lopepe (significa veloz)
Lomong en 1985 en una pequeña villa, Kimotong, en Sudán del Sur, es el segundo
hijo de seis hermanos. Lopez tuvo una infancia feliz hasta que un día, cuando
tenía 6 años, su vida dio un gran vuelco. Mientras escuchaban misa él y sus
papás, su hermano mayor se quedó cuidando a los demás hermanitos, su villa fue
atacada por soldados rebeldes del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán,
los soldados entraron a la iglesia y se llevaron a todos los niños, niñas y
adolescentes, arrancándolos de los brazos de sus padres, los echaron en un
camión y se los llevaron, dejando a los desesperados padres impotentes ante tan
vil acción, Lopez no supo más de sus padres ni ellos de él, se dieron por
muertos.- No puedo imaginarme el dolor de
los papás al ver a sus hijos ser llevados por monstruos lejos de ellos, que
gran tristeza causan las guerras-.
Lopez fue
llevado a un campo rebelde donde estuvo prisionero 3 semanas comiendo una vez
al día una mezcla de sorgo y arena, aún a tan temprana edad se daba cuenta de
que los estaban envenenando y matando de hambre, veía la muerte todos los días
ya sea por enfermedad, violencia o inanición. Había tres jovencitos como de 14
años que habían descubierto un hoyo en la cerca que rodeaba el campo,
planeaban escapar y se llevarían con
ellos al pequeño Lopepe. Tal vez no tenía mucho sentido llevarse a un chiquito
que les haría más lento el escape, sin embargo, Lomong tenía una presencia
carismática, una rara espiritualidad, ya desde entonces. Por tres días Lomong y
sus compañeros corrieron hacia el sur, hacia Kenya, hacia la seguridad. Los
jovencitos se turnaban para cargar a Lomong porque él no podía mantener su
ritmo Cuando al fin llegaron a la frontera de Kenya, el destino les jugó una
broma cruel. Los tres adolescentes eran muy grandes para ser aceptados en el
campamento de refugiados, fueron arrestados y regresados a los oficiales de
Sudán. Solo Lomong fue aceptado en el refugio. “En cualquier cosa que hago en la vida, pienso en estos ángeles”
dice Lomong quien no puede recordar sus nombres y no tiene idea si sobrevivieron.
“Ellos fueron más que hermanos para mí”.- Siempre
hay gente buena alrededor que te da la mano, que te ayuda-.
Lopez y su familia adoptiva |
Lomong pasó
10 años en el Campo de Refugiados Kakuma,
el norte de Kenya, fue una experiencia muy difícil, pues constantemente había
tormentas de arena, además había mucha desnutrición, pues comían sólo una vez
al día, y padecían diferentes enfermedades. Ahí aprendió a escribir, dibujando
las letras en la arena con su dedo, sin embargo, esta rudimentaria educación
fue suficiente para ganar su liberación. -Nos
dijeron que Estados Unidos quería darle a 3,500 “Niños Perdidos de Sudán” (así
les llamaban a los niños que fueron secuestrados de sus hogares por los
soldados) un hogar- a través de Catholic
Charities comenta Lomong. “Nos
dijeron que si queríamos ir a América escribiéramos un ensayo explicando por
qué”. Un mes después su ensayo fue elegido y estaba en camino a América. Fuera de África.
Cuando
Lomong llegó a Estados Unidos junto con los otros “Niños Perdidos de Sudán” fue adoptado por Robert y Barbara Rogers,
una pareja que vivía en Tully, Nueva York.
Pero la vida en un pueblo rural era muy diferente a cualquier cosa que había
experimentado. No sabía cómo estirarle al baño, empezó a buscar sacos de maíz
cuando le dijeron que la casa estaba repleta de comida. El primer día durmió
con la luz encendida porque no sabía cómo se operaba el switch. Su primer baño
fue con agua fría. El segundo con agua hirviendo, se metía unos segundos y se
salía, luego otra vez, y así hasta que quedó limpio. Pero algo que sí sabía
hacer Lomong era correr. Un día le preguntó a su nuevo papá si podía salir a
correr 30 kilómetros,
la misma distancia que corría todos los días en el campo de refugiados. Como el
señor Rogers no estaba muy seguro de cuanto eran 30 kilómetros (el
usaba millas) le llamó a su amigo Jim Paccia, entrenador de atletismo de una
secundaria, y le preguntó. Paccia inmediatamente quiso a Lomong para las
competencias de cross-country. Antes de la primera carrera, Paccia trató de
darle las instrucciones de manera muy simple, así que le dijo que fuera al
frente y no dejara que nadie lo pasara. Lomong empezó su carrera de atleta
ganando un campeonato estatal en Nueva York de una milla.
Lomong es
exuberante, dinámico, magnético. En su segundo día en la secundaria, en la
clase de inglés, cada estudiante debía pararse y hacer un breve resumen de un
libro que hubiera leído el verano anterior. Lopez fue el segundo estudiante en
pasar al frente.
“Nunca tuve un libro” empezó…
Lomong
habló todo lo que restaba de la clase, compartiendo las aventuras y todos los
horrores de su propia autobiografía, hechizando a todos sus nuevos compañeros
de clase. Aquella noche los padres de sus compañeros estuvieron llamando a
Robert y Barbara Rogers preguntando: “¿Es cierto todo lo que le pasó?”
“Es negro como el carbón, asiste a una
secundaria de blancos” dice Robert, quien junto con Barbara han adoptado cinco jóvenes
refugiados Sudaneses más. “Y después de
dos días es el muchacho más popular ahí”. El festeja su cumpleaños el 1 de
enero igual que sus demás compañeros Sudaneses, ya que al llegar sin papeles se
les dio ese día como la fecha de su nacimiento.
Con el
coach Paccia inició su carrera de atletismo. Lopez mostró un inmenso potencial
y pasó de Nueva York a la Universidad de
Arizona donde ganó dos campeonatos de la National Collegiate Athletic Association. En el 2007 Lopez se
convirtió en un corredor profesional y en el 2008, después de convertirse en
ciudadano norteamericano, logró ser seleccionado para ser parte del equipo
Olímpico, representando orgullosamente a su nuevo país. En las Olimpiadas de Beijin Lopez fue elegido
por sus compañeros para llevar la bandera en la ceremonia de apertura, y tuvo
un buen desempeño llegando a las semifinales en los 1,500 metros. Se han
de preguntar porque Lopez Lomong si su nombre era Lopepe Lomong, pues él se
quedó con el apodo “Lopez” que le
pusieron los misioneros católicos cuando jugaba futbol, y aunque sería un gran
corredor él jugaba de portero.
En el 2003
la familia que él creía perdida fue localizada en Kenya y pudieron reunirse
después de 12 años, y en el 2009 se llevó a sus dos hermanos, Peter de 15 y
Alex de 14, a
Estados Unidos encontrando para ellos una familia que los adoptara en Virginia
y darles la oportunidad de tener una educación. “Hay muchos niños que están pasando por las mismas cosas que yo pasé,
están siendo secuestrados, entrenados para ser soldados, no quiero que mis
hermanos sean secuestrados como yo lo fui, quiero que estén seguros y vengan a
vivir a Estados Unidos como yo” dice Lopez. “Ellos saben para que están aquí—educación. Tienen
todas las herramientas frente a ellos. Que las aprovechen. Que vayan a la
escuela. Que se gradúen de Universidad. Porque puedes romper
todos los récords que quieras, pero esos récords serán rotos por alguien más.
Pero la educación, esa nadie te la puede quitar”, comenta
Lomong.
Lopez ha
estado contando su historia tanto como sea posible para que otros refugiados
Sudaneses puedan ser ayudados. Tiene un libro que salió en este mes de julio de
2012 “Running For My Life” y también
inició su Fundación “4 South Sudan/Lopez
Lomong Foundation” para recaudar dinero para su tierra natal.
“Agua limpia, cuidado de la salud, educación
y nutrición, son las 4 cosas en las que me estoy enfocando para darle a la
gente de Sudán del Sur oportunidades” dice Lomong quien ahora tiene 27
años. “Si yo no soy capaz de hacer algo,
nadie lo va a hacer, así que tengo que hablar”.
Lopez
Lomong calificó para competir en las
Olimpiadas de 2012 en Londres en la prueba de los 5,000 metros,
estaremos esperando que le vaya muy bien. Después de las Olimpiadas viajará
inmediatamente a Kenya y a su nativa Sudán del Sur en un viaje de 8 días como
parte de las actividades de la Fundación que creó.
Quisiera
platicarles mucho más de esta gran atleta y maravilloso ser humano, pero
termino diciendo que Lopez Lomong es un ejemplo de coraje, de nunca darse por
vencido y de tener esperanza aún cuando todo es desesperanzador alrededor, es
una prueba de que todo pasa por algo y para algo, y que al salvarse él, ayudará
a salvar a miles en su tierra natal. En su historia podemos encontrar la chispa
humana para perseguir sueños que pueden parecer impensables, incluso en las
circunstancias que pueden parecer sin esperanza.
Portando la bandera de su delegación en Beijin 2008 |
.
Con el entonces Presidente George Bush |
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