Tenemos una historia que contarte…
We have a story to
tell...
(Please read this story
below the Spanish version)
Desconéctate para reconectarte
Era un camino abierto, verde y exuberante al este de
Canadá, con las montañas a mi izquierda y el océano azul brillante a mi
derecha. Mi marido, Denis, es un ex-militar y había vivido durante una buena
parte de su carrera en la costa este de Canadá, por lo que cuando hablamos sobre a qué lugar podríamos ir de vacaciones este verano en particular, elegimos Nueva
Escocia para que por fin yo pudiera conocer Peggy’s Cove. Nunca había estado
allí y además, yo bromeaba, ¡fue nombrado
así por mí!
Así que finalmente, estábamos aquí, y Denis conducía. Y
por más que la vista era impresionante, ¿qué
estaba haciendo yo? Iba sentada en
el asiento del pasajero con la cabeza hacia abajo, mi nariz en mi celular
mientras intentaba devolver los “ene mil”
correos electrónicos que se habían estado acumulando como de costumbre,
mientras yo estaba en mis vacaciones.
¿Vacaciones? Sí ¡claro! No creo que yo supiera lo que
eran unas vacaciones. ¡Mi marido Denis me tuvo que suplicar para que mirara por
la ventana!
Un año antes de que hiciéramos este este viaje por la
costa, habíamos disfrutado de unas vacaciones en un centro turístico hermoso de
cinco estrellas en Kona, Hawaii. Antes de salir al viaje, Denis me preguntó: "Cariño, ¿estás planeando llevar tu
laptop y tu iPhone contigo?" Sabía que eran parte de mi anatomía y al
igual que el brazo o la pierna, iban a todas partes conmigo. Así aunque no le
hacía muy feliz que yo llevara a tales acompañantes conmigo, lo aceptó. ¡Decidí
establecer algunos límites en el uso de la tecnología, pensando que
probablemente no debería ir a otras vacaciones con mis ojos pegados a una
pantalla electrónica en lugar de dirigirlos a mi marido! No revisaría los
correos electrónicos en mi laptop o mi iPhone durante nuestras horas juntos o
cuando ambos estuviéramos despiertos. Debido a que Denis duerme más que yo, revisaría
mi correo electrónico en las primeras horas de la mañana después de levantarme
y cuando él todavía estuviera durmiendo. Todo salió bien, y me di cuenta de que
tener que contener mi uso de la tecnología no era un problema y, de hecho, me
hizo más fácil estar completamente presente cuando él y yo estuviéramos juntos.
Pero a pesar de mis mejores esfuerzos para frenar mis
hábitos con la tecnología en Peggy’s Cove,
dejé que predominara sobre mí. Finalmente, tuve una epifanía. La tecnología para
mí es utilizarla para lograr mis metas, ¡no
está ahí para que ella me use! Necesitaba desconectarme de ella y volver a conectarme
con mi marido, conmigo... ¡con la vida!
Es especialmente difícil para mí desconectarme de mis
dispositivos y conectarme con la familia, amigos, y conmigo misma, debido a la
naturaleza de mi trabajo. Como escritora y vendedora por Internet, puedo llegar
a disfrutar de las bendiciones de tener mi propio negocio. Mi amiga Sandy
Gallagher dice: "La tecnología nos
da la libertad", y estoy totalmente de acuerdo. Tengo bastante control
sobre mi propio tiempo. No es de extrañar que varios de mis clientes se hayan
convertido en buenos amigos. Estoy profundamente agradecida por la oportunidad
de trabajar con los escritores y los empresarios que se dedican a llevar la luz
y el amor al mundo.
Si quiero pasar un día entero con mi nieto de dos años
James, porque estoy hambrienta de un "Día
de James," puedo hacerlo, siempre y cuando mi hijo, Michel, y mi nuera,
Kayla, estén de acuerdo con esto. Tengo la libertad, la independencia, y la
elección. Soy muy afortunada, y cada día escribo en mi diario acerca de lo que
estoy agradecida. Pero la verdad es que como todos, tengo que ser consciente de
lo fácil que es dejarse atrapar por los dispositivos tecnológicos, correo
electrónico, redes sociales, WhatsApp y los mensajes de texto y llamadas telefónicas de otras
personas que no son necesariamente mi prioridad. He tenido que aprender a
contener mi uso de la tecnología de la comunicación, y la vida es mejor por eso.
¿Qué hay de ti?
Peggy McColl
Peggy McColl es una escritora del New York Times, autora
de 8 de los libros más vendidos. Sus libros han sido traducidos a 33 idiomas y se
han vendido en más de 82 países. Ella te puede ayudar a escribir tu libro, convertirlo
en un Best Seller Internacional y ganar dinero haciendo lo que amas. Su nuevo
programa de escritura de libros comienza pronto. Regístrate ahora, mientras hay
lugares disponibles: http://peggymccoll.com/programs/fast-track-to-write-your-book/
Historia publicada
originalmente en Internet en Insight Of The Day
de Bob Proctor
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
Here the English
version…
Disconnect to
Reconnect
It was a lush green
open road in Eastern Canada, with the mountains on my left and the sparkling
blue ocean on my right. My husband, Denis, is ex-military and had lived a good
portion of his career on the east coast of Canada, so when we discussed where
we might go on vacation this particular summer, we chose Nova Scotia so that I
could finally see Peggy’s Cove. I’d never been there and besides, I joked, it was named after me!
So finally, we were
here, and Denis was driving. And as much as the view was breathtaking, what was
I doing? I was sitting in the passenger seat with my head down, my nose in my iPhone as I attempted to return the
gazillion emails that had been pouring in as usual while I was on my vacation.
Vacation? Yeah right!
I don’t think I knew what a vacation was. My husband Denis had to plead with me
to get me to look out of the window!
A year before we took
this east coast trip, we had enjoyed a vacation at a beautiful five-star resort
in Kona, Hawaii. Prior to that trip, Denis asked me, “Honey, are you planning to take your laptop and iPhone with you?”
He knew they were part of my anatomy and just like my arm or leg, they go
everywhere with me. So while he wasn’t crazy about my taking them along, he
accepted it. I decided to set some boundaries on my technology use, figuring I
probably shouldn’t go on another vacation with my eyes glued to an electronic
screen instead of locked into my husbands’! I would not check email on either
my laptop or my iPhone during our hours together when we were both awake.
Because Denis sleeps more than I do, I would check email in the early morning
hours after I got up when he was still sleeping. It worked out well, and I
realized that having to contain my technology us e wasn’t a problem and in
fact, made it easier for me to be fully present when he and I were together.
But despite my best
efforts to rein in my technology habits in Peggy’s
Cove, I let them get the better of me. At last, I had an epiphany. Technology
is for me to use to accomplish my goals— it’s not there for it to use me! I
needed to disconnect from it and reconnect to my husband, myself... to life!
It’s especially
challenging for me to unplug from my devices and plug into family, friends, and
myself because of the nature of my work. As an author-preneur and internet
marketer, I get to enjoy the blessings of running my own business. My friend
Sandy Gallagher says, “Technology gives
us freedom,” and I completely agree. I have lots of control over my own
time. It’s no wonder that several of my clients have become good friends. I’m
deeply grateful for the opportunity to work with authors and entrepreneurs who
are dedicated to bringing light and love into the world.
If I want to spend an
entire day with my two-year-old grandson James because I’m hungry for a “James Day,” I can do it —as long as my
son, Michel, and my daughter-in-law, Kayla, are okay with it. I have freedom,
independence, and choice. I’m extremely fortunate, and every day I write in my
journal about what I’m grateful for. But the truth is that like everyone, I
have to be aware of how easy it is to get sucked in by technology devices,
email, social media, and text and phone calls from other people that aren’t
necessarily my priority. I’ve had to learn to contain my use of communication
technology, and life is better because of it. How about you?
Peggy McColl
Peggy McColl is a New
York Times best-selling author of 8 books. Her books have been translated into
33 languages and sold in more than 82 countries. She can help you write your
book, make it an International Best Seller and make money doing what you love.
Her new book writing program begins soon. Get registered now while spots are
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Originally published
on Insight Of The Day from Bob Proctor
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