“Mi médico me dijo que nunca volvería a caminar. Mi
madre me dijo que sí lo haría. Yo le creí a mi
madre.”
Wilma Rudolph (Clarksville, Tennessee,
E.U.A. - 23 de junio de 1940 - 12 de noviembre de 1994) fue una atleta
estadounidense.
Niña prematura, tuvo una doble neumonía a los cuatro años, y con seis, un
ataque de poliomielitis le dejó paralizada una pierna durante varios años. A
pesar de eso, su tesón le llevó a superar estas contrariedades, y fue una buena
jugadora de baloncesto y corredora en el instituto. Wilma fue considerada como
la mujer más veloz del mundo en la década de los 60 y compitió en las
Olimpiadas de 1956 y 1960.
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