Compilado
por Graciela Sepúlveda
Qué bonito es dejar que la
vida fluya y que vayan apareciendo oportunidades, y que las disfrutemos y
aprovechemos, como la que tuve hace días, cuando conocí a Fernando Apan, un
joven de 27 años, muy talentoso, carismático y sensible, él vino a Monterrey a participar
en un concierto-conferencia al que pude asistir y al día siguiente compartimos
en el desayuno, me llenó de mucha alegría conocer a un joven invidente tan
independiente, tan bien ubicado y sobre todo muy, muy feliz, les comparto una
parte de su historia…
Fernando
Apan Benítez nació en Villahermosa, Tabasco el 12 de agosto de 1991, fue un
bebé prematuro y estuvo en incubadora, esto fue causa de que se le desprendiera
la retina y quedara ciego, sus papás desesperados trataron por todos los medios
de que su hijo viera, sin embargo, al ver que no se iba a lograr, pusieron todo
su empeño y dedicación en darle la mejor educación, la misma educación que a
sus otros dos hijos, claro que adaptada a su situación, con el Lenguaje Braille en lugar de hacerlo con papel y
lápiz, con ejemplos didácticos en lugar de diapositivas en la pared, dictados
en lugar de escritos en el pizarrón, se cambiaron ciertas cosas, pero la
educación fue la misma, lo trataron igual y siempre era incluido e integrado en
todas las actividades familiares. Y también tenía las mismas obligaciones que
sus hermanos, por ejemplo, tenía que tender su cama perfectamente, si no, su
mamá se la destendía y él la tenía que volver a tender, la inclusión empieza en
casa. Su mamá se puso a investigar y encontró a otras mamás con hijos
invidentes las cuales la exhortaron a prepararse para lo que habría de venir.
Fue así como juntas integraron un grupo que más adelante se transformó en la
escuela para ciegos en Villahermosa.
La
mamá de Fernando, Ana María Benítez, aprendió Lenguaje Braille, aprendió musicografía en Lenguaje Braille, que es la simbología que usan los ciegos para aprender
música, y agarró el bastón y cerró los ojos para enseñarle como moverse. También
empezó a darle clases de piano desde muy pequeño, a los 5 años Fernando ya
ofrecía audiciones, y cuando tenía 7 años sus papás decidieron que donde se
veía más futuro musical para Fernando era en Xalapa, Veracruz, por lo que se
mudaron para allá para que pudiera ingresar a la Facultad de Música de la
Universidad Veracruzana. Sus estudios básicos de kínder y primaria los hizo en
una escuela para niños normales, “sin discapacidad” y ahí Fernando se enfrentó
a muchos problemas, sobre todo por los maestros, pues algunos no sabían qué
hacer y no estaban preparados o no le ponían creatividad para incluirlo en sus
clases, porque lo peor cosa que una persona discapacitada pueda sentir es que
no lo apoyen, que lo juzguen, sin embargo, también tuvo excelentes maestros que
tanto ellos como sus compañeros incluían a Fernando en todo.
Cuauhtémoc Apan |
Su
papá, Cuauhtémoc Apan, también ha sido un gran apoyo para Fernando y ha logrado
mediar entre el instinto protector de su mamá y el darle más libertad para que
aprenda, de que se caiga y se vuelva a levantar, de que vaya y venga solo, de que
sea independiente, hasta lo enseñó a andar en bicicleta, al principio tenía las
rueditas de atrás, pero un día, sin decirle, se las quitó, y Fernando no sabía
que pasaba, pero pudo seguir adelante y aprendió a andar con dos ruedas igual
que sus hermanos. En la casa de Fernando hubo y sigue habiendo mucha fortaleza,
mucho carácter, mucha voluntad, no hubo miedo, porque donde hay miedo hay
limitantes, hay baja autoestima, hay carencias, y el miedo es la discapacidad
más grande que pueda haber. La familia se unió, hizo equipo para sacar adelante
a Fernando.
Cuando
le dijo a su papá que quería ser pianista su papá le respondió: “adelante, pero vas a ser de los mejores”
y empezó a exigirle, porque el exigirte es lo que te hace triunfar. Otras
características que lo han llevado al triunfo son la constancia y mucha
paciencia.
Alejandro Corona Aguilar |
Otra
razón por la que la familia se mudó a Xalapa fue que ahí daba clases el Concertista
Alejandro Corona, un renombrado maestro de piano, y estaban decididos a que
Fernando estudiara con él. En un principio Fernando estaba temeroso de que el Concertista
Corona no lo aceptara como alumno, sin embargo, se preparó con mucha
dedicación, su mamá le pasó a lenguaje
Braille los ejercicios que le pedía, fue así que logró y se convirtió en
uno de sus mejores alumnos, y el Concertista Corona se volvió su más notorio
admirador e impulsor, y le enseñó que si quería ser un gran pianista, tenía que
practicar 8 horas diarias, y así lo hizo.
Fernando
además de ser un extraordinario pianista y compositor también es un
especialista en musicografía, que como les dije anteriormente, es la escritura
de música en Lenguaje Braille. Tiene
una biblioteca de música en este sistema que cuenta con más de 400 partituras,
para él era un sueño muy lejano, desde que tenía 6 años y empezaba a leer
música, ahora ha motivado a más personas a leer música en Braille mediante la biblioteca del Congreso de Washington y otras
bibliotecas para que los invidentes puedan dedicarse a la música de manera
profesional si así lo desean, y así como
la música, “un ciego puede hacer todo si
se lo propone” comenta Fernando. Para que se den una idea de lo complejo y
todo el trabajo que implica el pasar un concierto a Lenguaje Braille, Fernando tardó 2 meses
trabajando 5 horas diarias en el concierto para piano de Schumann, el cual
presentó hace unos meses con la Orquesta Sinfónica de Xalapa, esto implicó además
todo el trabajo de ensayarlo y estudiarlo meses y meses, y después tener el
valor de presentarse ante el público y ser el solista con esta gran Orquesta,
nunca nos imaginamos todo el trabajo que hay detrás cuando asistimos a un
concierto.
Fernando
da conferencias motivacionales acompañadas del piano, pero ¿Cómo y cuándo empezó
a dedicarse a esto? Fue a los 13 años, cuando una amiga de su mamá lo invitó a
dar una conferencia sobre su testimonio en la Escuela Siglo 21 en Xalapa, él no
lo había pensado, pero se animó y le gustó, fue así como se especializó en
cursos de coaching y liderazgo en España.
El
papá de Fernando inició una empresa en Coatepec, Veracruz, llamada “Café-Tal Apan” donde colaboran los
hijos, incluyendo Fernando, tienen un museo del café, un recorrido por la
plantación del café, catación y degustación, y muchas cosas más, al final del
recorrido Fernando da una pequeña plática y un concierto de piano a los
asistentes.
Para
Fernando el primer impedimento que tienen las personas que ven es la vista, porque
la gente que ve vive muy rápido, se aburre muy rápido, se distrae con cualquier
cosa y olvida lo que realmente vale que son los sentimientos, Fernando vive
feliz siendo ciego, él ve a su manera y hace muchas cosas, a lo mejor más cosas
que los que vemos. Él dice que lo que realmente vale la pena no se ve. A través
de la pasión que le pone Fernando a las cosas que hace es como ha visto lo que
con los ojos no ha podido.
Me
encanta la definición que hace de la Inclusión: es el vernos igual que todos,
pero trabajando de una forma diferente, que seamos una sociedad donde la gente
sea reconocida por sus similitudes y no por sus diferencias. Y que de nada te
sirve tener doctorados, maestrías, grandes estudios, si no tienes en el corazón
humildad, sensibilidad y una actitud positiva en la vida.
También
nos invita a ver los obstáculos como retos, pues en cada problema hay una
oportunidad de renacer y una solución.
Fernando
además de dar conciertos también continúa dando conferencias motivacionales y
de liderazgo acompañadas por el piano, dirigidas prácticamente a todas las
personas, ya sea equipos de trabajo en empresas, o a niños, jóvenes y adultos,
y con ello busca compartir sus experiencias de vida e inspirarlos a vivir más
plenamente amando todo lo que hagan, y fíjense como todo pasa por algo y para
algo, pues tras una complicación severa de salud que lo llevó a estar
hospitalizado, Fernando resurgió de nuevo apreciando aún más la vida y
proponiéndose ser aún más consciente de la importancia de ser feliz.
Fernando Apan, un joven
exitoso, que logró a base de perseverancia y mucha paciencia dedicarse a su
pasión, la música, sin dejar que la falta de vista lo detuviera, y como hace lo
que ama, vive feliz. Qué gran lección nos deja, amar lo que hacemos y no dejar que
los obstáculos nos detengan. Además aquí vemos nuevamente el papel tan
importante de los papás frente a las adversidades de los hijos, y que con su
apoyo incondicional pueden salir adelante y lograr lo que se propongan. Con su
juventud y las ganas que le pone a todo lo que hace seguramente le espera a
Fernando una feliz y muy plena vida al lado de Paola Beureth, con quien
contrajo matrimonio en noviembre de 2017.
Les
comparto el concierto para piano de R. Schumann que dio recientemente Fernando
con la Orquesta Sinfónica de Xalapa:
Para verlo haz Click sobre la pantalla
Liga a YouTube: https://youtu.be/rjQLHwl1hto
Muy buen video, excelente sonido y la apertura, por mas conciertos de musica de este tipo
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